1 octubre,2024 5:03 am

Regresa una acapulqueña de Saltillo para perder a su hija sepultada por un deslave cerca de Puerto Marqués

 

Acapulco, Guerrero, a 1 de octubre de 2024.-  Viviana Zamora creció en una casa en la colonia Glorieta de Puerto Marqués en las faldas del cerro El Veladero, luego se fue a Saltillo, Coahuila, de donde regresó 15 días antes de que el huracán Otis devastara Acapulco hace casi un año. El jueves, cinco integrantes de su familia y ella fueron sepultados por un deslave ocasionado por las fuertes lluvias de huracán John, que le arrebató la vida a su hija, a quien el 15 de septiembre le había festejado 7 años.

La mujer de 30 años tiene moretones y rasguños por todo el cuerpo. Apenas y quiere moverse porque todo le duele. Su mamá está postrada en un sillón, evita el más mínimo movimiento para no sentir el dolor de las heridas.

Eran alrededor de las 3 de la madrugada del jueves, cuando escuchó la voz de su hermano gritar que saliera de la casa, a donde habían ido a refugiarse al sentirse más segura en esa vivienda que en la suya, cuando el lodo y piedras de más de 10 metros de diámetro, golpeaban todo a su paso.

El deslave se llevó unas 15 casas de la colonia que está ubicada a un costado de la glorieta de Puerto Marqués, en dirección hacia el centro de la ciudad por la avenida Escénica. La mayoría de las casas son de paredes de cemento y losa, y todas tienen espacios con techos de láminas.

Según los vecinos, el domingo fueron desenterrados los cuerpos de dos hombres en el cauce que se formó, además indicaron que en la parte alta puede haber otro o más cuerpos sepultados porque los olores nauseabundos son muy fuertes.

Viviana llora, toma una bocanada de aire y cuenta lo que recuerda de aquella madrugada del jueves. Ella ha perdido la noción del tiempo, y el recuerdo de ese momento la aturde, siente rabia, impotencia y un gran dolor que trata de apaciguar apretando los puños.

El 15 de septiembre, día en que muchos festejaron el Grito de Independencia, en su casa festejó el último cumpleaños de su hija Yanet Isabel Lira Zamora quien cumplió 7 años. La recuerda como una niña alegre que había entrado apenas a primero de primaria, y que al llegar a casa, contaba a detalle lo que la maestra le había enseñado.

La emoción era mayúscula cuando le colocaban una estrella en la frente por cumplir, comportarse y hacer las cosas bien en clases. La niña era feliz, dice su mamá porque iba con sus primas a la misma escuela.

La mujer junto a su hija de 2 años, Yanet Isabel de 7, y su mamá, decidieron refugiarse la noche del jueves en casa de su hermano, ubicado a metros de su casa, porque pensó que estaría más segura. Ahí estaba su cuñada, y otros cuatro menores.

Pero la intensa lluvia provocó un gran deslave que abrió paso al pequeño canal de un metro de ancho que había, a un afluente de más de 20 metros de ancho y que a su paso se llevó unas 15 casas, la mayoría estaban desocupadas porque la gente se había salido.

Viviana, quien llevaba en sus brazos a su hija de 2 años, fue lanzada contra la pared por el lodo y el agua, perdió el conocimiento y no supo de su hija. La otra menor, quien ya había salido de casa, regresó por sus sandalias, y cuando se disponía a salir por segunda vez de la mano de su abuela, y la cuñada el lodo las alcanzó.

Cuando ella recobró el conocimiento gritó hasta que su hermano quien ya había salido de la casa con sus hijos la encontró sepultada, y quien logró desenterrarla, solo porque nadie los socorrió. Momentos después una vecina llegó con su hija de 2 años en brazos porque la menor fue a dar a la puerta de su casa.

Casi al amanecer encontraron a su mamá, a su cuñada, y a uno de sus sobrinos, pero a su hija de 7 años no. Fue hasta cuando el sol salió que un vecino subió hasta la casa donde le dieron alojo con el cuerpo de su hija.

La tragedia para la señora aún no terminaba, los integrantes de la Marina que estaban en la glorieta, bajo el puente a desnivel no quisieron ir a apoyarlos, hasta que una de sus familiares les rogó, fue así que los trasladaron al Hospital Naval para su atención.

El viernes fueron dadas de alta. Ella quería cremar el cuerpo de su hija y llevar las cenizas a Saltillo, Coahuila, de donde es originario su padre y quién llegó la tarde de este lunes. La mujer denunció que la funeraria no quiso cremar a su hija hasta que presentará un acta de defunción, pero en el Ministerio Público tampoco se lo dieron porque querían una denuncia de ella.

Uno de sus vecinos optó por cederle un espacio en el panteón de la colonia para que la niña fuera enterrada porque ya presentaba signos de descomposición. “Yo le pedí a Dios que no me quitara a ninguna de mis hijas, que me llevara a mí”, dijo llorando.

De la casa de su mamá, donde vivía, no quedó rastro, de la casa de su hermano, sólo quedó la cocina, el resto está despedazado. Su mamá quien apenas pudo decir algunas palabras dijo que ni con el huracán Paulina, en 1997, ni con Ingrid y Manuel en 2013, y menos con Otis el año pasado había crecido el afluente.

Viviana dijo que se va a regresar con su esposo a Saltillo y se va a llevar a su mamá, aunque dejar a su hija enterrada en Acapulco le pesa.

Texto: Jacob Morales Antonio / Foto: Jesús Trigo