2 octubre,2024 12:45 pm

Intentan salvar sus pertenencias sin ayuda del gobierno 120 familias damnificadas en Tixtla

 

La laguna se desbordó después del domingo a causa de las fuertes lluvias que dejó el huracán John. Están inundadas calles de los barrios Santuario, Campo Santo y Santa Cecilia. Cierran los comercios y se perdieron las cosechas de flor de terciopelo, cempasúchil y pericón, que los campesinos siembran para vender en esta temporada del Día de Muertos

 

Tixtla, Guerrero, 2 de octubre de 2024. Más de 120 familias afectadas por las inundaciones causadas por el desbordamiento de la laguna de Tixtla intentan salvar sus pertenencias, montaron campamentos de vigilancia y asistencia, y comenzaron el censo de los daños de manera independiente.

En un recorrido este martes en los barrios del Santuario, Santa Cecilia y Campo Santo se observó que el nivel del agua avanzó hasta cubrir las calles que el domingo pasado estaban despejadas, debido a las fuertes lluvias registradas los últimos días.

Al menos una docena de negocios ubicados en la calle Vicente Guerrero, una de las principales y más transitadas de la cabecera municipal, están cerrados debido a la inundación en los alrededores.

Con ayuda de lanchas inflables y tinas, algunos vecinos sacan bolsas de ropa y objetos valiosos para su familia, otros optan por abrirse paso entre el agua cargando sus pertenencias, a pesar del riesgo que representa avanzar entre los escombros que se encuentran esparcidos bajo el agua.

Peces y sapos que normalmente se encuentran a orillas de la laguna, ahora pasean de casa en casa. Las cosechas de flor de terciopelo, cempasúchil y pericón, que los campesinos cultivaban para vender durante la temporada de Día de Muertos, se perdieron totalmente, al igual que las siembras de Jamaica y maíz.

El agua afectó a 60 casas que representan igual número de familias en las calles Pinzón, Prolongación Pinzón y Caritino Maldonado, ubicadas entre los límites de los Barrios del Santuario y Santa Cecilia, de acuerdo con el censo que los representantes de campamentos hicieron de manera independiente.

Mientras que, en el Barrio de Campo Santo, los vecinos contabilizaron a 66 familias afectadas. Algunos de los damnificados optaron por instalarse en los refugios temporales habilitados por las autoridades, otros decidieron buscar alojamiento con vecinos o rentar casas.

En los campamentos, los vecinos montan guardias desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la noche para vigilar que ninguna persona entre a robar; agentes de la Policía Municipal recorren las calles perifoneando que “a partir de las 9 de la noche, toda persona sospechosa que se encuentre en las zonas afectadas por la laguna será remitida a Barandillas y, de comprobarse algún delito, será consignada a la autoridad correspondiente”.

No obstante, los damnificados afirman que esta acción por parte de la Policía Municipal se realizó tras varias quejas que presentaron por intentos de robo en algunas casas inundadas. La mayoría de los damnificados prefiere no hablar de los hechos por temor a represalias, no del gobierno, sino de la delincuencia.

En declaraciones un damnificado que pidió omitir su nombre dijo que Tixtla “ya se había inundado en años anteriores, pero no de esta manera, sí se afectó a varias familias, hay gente que va al día, no tiene ningún empleo formal y estos son los que más están sufriendo”.

“Los albergues no son suficientes, hay mucha gente que tuvo que irse a rentar casas y ojalá la gente, los paisanos de aquí sean más conscientes y no se abuse (con los precios) ahorita de la desgracia de los que estamos en este problema”, expresó.

Se quejó de que la gobernadora Evelyn Salgado Pineda visitó Tixtla el lunes pasado, pero llegó al Barrio de San Antonio donde las casas no están inundadas.

Texto: Alina Navarrete Fernández / Fotos: Jessica Torres Barrera