El especialista Fermín Damián Adame explica que en cuatro días llovió lo que se acumula en todo el año y saturó el suelo. Fue un fenómeno atípico porque “hizo una especie de gaza o de nudo que no es normal para los ciclones, salió al océano, se fortaleció y nuevamente ingresó … y en este proceso continuó alimentándose y aportando humedad”
Chilpancingo, Guerrero, 7 de octubre de 2024. El huracán John trajo “muchísima, muchísima agua”, que afectó a todo Guerrero, en 4 días llovió lo que típicamente se acumula en todo el año; no hay un registro de lluvias extraordinarias en la entidad como las que provocó John, “es inédito esto”, explicó el meteorólogo Fermín Damián Adame.
John comenzó como depresión tropical Diez-E, en menos de 12 horas el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) reportó su intensificación a tormenta tropical y 7 horas después, se convirtió en huracán.
En entrevista, Fermín Damián Adame, quien se desempeña como analista técnico en la Subsecretaría de Prevención y Reducción de Riesgos que depende de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil del Estado, explica que la evolución de John fue “rápida” en comparación con el comportamiento normal registrado desde hace 20 años.
Dice: el comportamiento de John fue atípico, cuando ya había tocado tierra y se había disipado, sólo quedaban sus remanantes, “hizo una especie de gaza o de nudo que no es normal para los ciclones, salió al océano, se fortaleció y nuevamente ingresó, pero en esta ocasión hacia la costa michoacana y en este proceso continuó alimentándose y aportando humedad”.
Los pronósticos meteorológicos
El 22 de septiembre a las 6:34 de la tarde se emitió el primer reporte sobre la formación de la depresión tropical Diez-E, su centro se localizó estacionario a 265 kilómetros al sur-suroeste de Lagunas de Chacahua, Oaxaca, y a 280 kilómetros al sur de Punta Maldonado, Guerrero, con vientos de 55 kilómetros por hora y rachas de 75.
Los pronósticos indicaron que John tendría vientos de 63 a 119 kilómetros por hora, frente a las costas de Guerrero y Oaxaca, para luego desplazarse lentamente hacia el noreste, con dirección hacia las costas de Oaxaca y Chiapas.
A las 8:01 y 9:38 de la noche del 22 de septiembre, se reportó que habría lluvias intensas en la entidad y que la depresión tropical permanecía estacionaria frente a las costas del Pacífico Sur; se mantuvo la zona de vigilancia, en coordinación con el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, por efectos de tormenta tropical.
A las 7 de la mañana del lunes 23 se reportó que el centro de John se localizó a 200 kilómetros al sur de Punta Maldonado y a 250 kilómetros al oeste-suroeste de Puerto Ángel, Oaxaca.
Cinco horas después, se advirtió que John se intensificaría a huracán categoría 1 y se desplazaría “lentamente” hacia Oaxaca y Guerrero; los pronósticos indicaban que, antes de tocar tierra, John alcanzaría la categoría 2 o incluso 3.
A las 3:44 de la tarde, John se intensificó a huracán categoría 2 a 90 kilómetros al sur de Punta Maldonado y a 155 kilómetros al oeste-suroeste de Puerto Escondido, Oaxaca, con vientos máximos sostenidos de 155 kilómetros por hora, rachas de 195 y se desplazaba hacia el norte. Las lluvias extraordinarias seguían.
A las 8:04 de la noche, se informó que se aproximaba “lentamente” hacia las costas de Oaxaca y Guerrero; los pronósticos indicaron que su centro tocaría tierra entre Santiago Pinotepa Nacional, Oaxaca, y Copala, Guerrero, entre las 8 y 11 de esa noche.
Tocó tierra en Marquelia como huracán categoría 3
Finalmente, John tocó tierra como huracán de categoría 3 al sur-suroeste de Marquelia, con vientos máximos sostenidos de 195 kilómetros por hora, rachas de 220 y se desplazaba hacia el norte a 13 kilómetros por hora.
La madrugada del martes 24 se reportó que John se degradó a la categoría 2, para entonces, las lluvias continuaban.
En un nuevo reporte a las 4 de la madrugada, se informó que John estaba en tierra sobre Guerrero como tormenta tropical; su centro se localizó a 45 kilómetros al nornoroeste de Acapulco y a 70 al este-noreste de Tecpan, con vientos máximos sostenidos de 110 kilómetros por hora y rachas de 140.
A las 8 de la mañana se reportó que John continuaba generando lluvias puntuales extraordinarias en Guerrero y Oaxaca, la zona de prevención se estableció desde Punta Maldonado hasta Zihuatanejo.
El 25 de septiembre a las 7:59 de la mañana, se reportó que “una zona de baja presión con probabilidad de desarrollo ciclónico frente a la costa limítrofe de Guerrero y Michoacán, los remanentes de John y la vaguada monzónica” mantendrían las lluvias.
Se indicó que la zona de baja presión se localizaba a 175 kilómetros al suroeste de Acapulco y mantenía “el 100 % de probabilidad de desarrollo ciclónico en el pronóstico a 48 horas”.
Fermín Damián detalló que la vaguada monzónica es “un cinturón de nubes que rodea nuestro planeta”, y es el que “típicamente” trae las lluvias de verano.
Abundó que hay “tres ingredientes en la receta para cocinar un ciclón tropical”, el primero es una temperatura superficial del océano mínima de 26 grados, el segundo es un sistema de baja presión previa y el tercero es poco cizallamiento del viento.
La temperatura superficial del mar rondaba los 30 y 31 grados
“John se pudo lograr porque la temperatura superficial del océano frente a las costas de Guerrero estaba rondando los 30 y 31 grados centígrados, por lo tanto, tenemos temperatura de sobra… se cumplía con esta zona intertropical de convergencia y por último, teníamos poco viento en altura que pudiera cortar el libre desarrollo del ciclón”.
A las 10:09 de la mañana del 25 de septiembre, se reportó que John “nuevamente” subió a tormenta tropical, se localizaba a 170 kilómetros al sur de Zihuatanejo y a 180 kilómetros al oeste-suroeste de Acapulco, por lo que se estableció zona de vigilancia por efectos de huracán desde Acapulco hasta Zihuatanejo, y por efectos de tormenta tropical desde Punta Maldonado hasta Lázaro Cárdenas, Michoacán.
A la 1:03 de la tarde, se reportó que la tormenta tropical John se desplazaba sobre el Pacífico Sur con trayectoria hacia las costas de Guerrero; en tanto que la zona de vigilancia seguía vigente.
A las 4:15 de la tarde, John continuaba como tormenta tropical, se estableció zona de prevención por efectos de huracán desde Tecpan hasta Lázaro Cárdenas, desde Acapulco hasta Tecpan y desde Lázaro Cárdenas hasta Punta San Telmo, Michoacán.
También se mantuvo la zona de prevención por efectos de tormenta tropical desde Punta Maldonado hasta Acapulco.
A las 7:34 de la noche, se reportó que John, frente a las costas de Guerrero, y el huracán Helene, de categoría 1, sobre el golfo de México, provocarían lluvias extraordinarias. Las zonas de vigilancia en Guerrero se mantuvieron.
A las 9:44 de la noche, el centro de John se localizó a 95 kilómetros al suroeste de Zihuatanejo y a 110 al sur de Lázaro Cárdenas. Se estableció zona de prevención por efectos de huracán desde Tecpan hasta Punta San Telmo y zona de prevención por efectos de tormenta tropical desde Punta Maldonado hasta Tecpan.
Por segunda vez John se volvió huracán
El jueves 26 de septiembre a las 8:11 de la mañana, John se intensificó a huracán categoría 1 al sur de las costas de Guerrero, por lo que se mantuvo la zona de prevención en los puntos anteriores y se amplió desde Punta San Telmo hasta Manzanillo, Colima, por efectos de tormenta tropical.
A las 2:32 de la tarde, se informó que las bandas nubosas del huracán John continuarían ocasionando lluvias de intensas a extraordinarias en un periodo de 24 a 72 horas en Colima, Guerrero, Jalisco, Michoacán y Oaxaca, así como en entidades del centro y sureste del país. Además, comenzó a desplazarse “lentamente” hacia las costas de Michoacán y Colima.
Una hora después, se reportó que John se dirigía a la costa central de Michoacán, aunque continuaba generando lluvias en Guerrero.
Finalmente, John tocó tierra al mediodía del viernes 27 de septiembre en Aquila, Michoacán, pero sus remanentes provocaron lluvias hasta un día después.
Destacó que septiembre es el mes con más lluvias en el año en Guerrero.
No obstante, con John “tan sólo en 4 días tuvimos la cantidad de lluvia que se acumula en todo el año, así es que no hubo un terreno que pudiera soportar tal cantidad de agua”.
Señaló que el agua saturó el terreno, “ya no podía absorber más agua, la tuvo que dispersar, se fue anegando y se fue inundando, tal cantidad de agua tampoco la soportan los drenajes”, en tanto que la basura acumulada tapó drenajes, avenidas y cañadas, esto derivó en “crecidas repentinas que rompieron carreteras, puentes, inundaron casas”.
Manifestó que, estadísticamente, dos ciclones tocan tierra en la entidad, “pero este año 2024 esperábamos de tres a cuatro ciclones categoría 5, tal como fue Otis, y de esos, tres posiblemente podrían tocar tierra aquí en Guerrero, ya tocó tierra uno, no fue categoría 5 fue categoría 3, sin embargo, hizo daños tremendos”.
“Esto es provocado por el calentamiento global, en términos generales, el océano ha incrementado su temperatura 1.5 a 2 y en algunos puntos muy específicos, hasta 3 grados centígrados… Hay zonas, justamente frente a la costa de Guerrero, en donde tenemos de 2 a 2.8 grados centígrados arriba de lo que es normal y esta condición, aparentemente, va a continuar, la tendencia global es que sigamos aumentando la temperatura del planeta y se vea reflejado en la temperatura del océano”.
Por último, informó que el “pico máximo” de actividad ciclónica en Guerrero es la segunda quincena de septiembre y la primera quincena de octubre, es decir, estamos a la mitad del periodo, por lo tanto “todavía esperamos otro ciclón, aparte de John, pudiera ser de magnitud 3”.
Sin embargo, en este momento, “nos haría mucho, mucho daño, no necesariamente tiene que ser un huracán para que nos haga daño… Tenemos mucha humedad, nuestro terreno está muy saturado en Guerrero, no podemos recibir más agua”.
Texto: Alina Navarrete Fernández / Foto: Jessica Torres Barrera