11 octubre,2024 4:22 am

Censan en la Alejo Peralta II sólo a 60 damnificados de 164 por falta de papeletas

 

Acapulco, Guerrero, a 11 de octubre de 2024.- En la unidad habitacional Alejo Peralta II no alcanzaron las papeletas para el censo, este jueves sólo fueron censadas 60 personas, de las 164 que viven en esa zona donde fueron reubicados los damnificados del huracán Paulina.

En la colonia La Esperanza el censo fue selectivo, las casas que ya fueron limpiadas por sus moradores ya no fueron consideradas en el censo.

En la carretera Cayaco-Puerto Marqués, que es de unos 5 kilómetros que van desde el crucero de El Cayaco a la glorieta de Puerto Marqués, siguen los montones de tierra acumulados en las calles, se ha limpiado el paso de la vialidad, pero los entronques con las calles se volvieron depósitos de arena.

A dos semanas que pasó el huracán John, en el acceso a la colonia Navidad de Llano Largo siguen los cerros de tierra a un costado de la calle, y frente a la gasolinería no los han retirado; lo mismo sucede en la Pepsi, a un costado del bar La Marquezana, están los cerros de tierra que fueron retirados de la carretera y abandonados en los entronques de las calles de acceso a las colonias.

Colonia Alejo Peralta II

En la unidad habitacional Alejo Peralta II, apenas comenzó la limpieza, con el retiro de colchones, sillones, refrigeradores, estufas y todo tipo de muebles que fueron dañados por la inundación del huracán, en el lugar quedaron sepultados por la arena 21 vehículos y prácticamente la totalidad de las viviendas. Los vecinos no han hecho la limpieza de sus casas en espera de que lleguen los Servidores de la Nación a censar para que constaten que fue “pérdida total”.

Algunos vecinos que sí fueron censados ya comenzaron a sacar el lodo de sus casas. En esta zona, la mayoría de las viviendas son de un solo nivel, hay muy pocas casa de dos niveles, además las viviendas fueron construidas con tablarroca. Una de las casas que está a un costado del acceso principal tiene las paredes quebradas por el peso de la tierra que arrastró el huracán John.

El censo en esta unidad habitacional comenzó ayer, los Servidores de la Nación llegaron a medio día, pero sólo llevaron 60 papeletas para el censo por lo que no todas las viviendas fueron censadas, a algunos de los vecinos les dijeron que regresarán mañana o hasta el lunes.

Los trabajos de limpieza en esa colonia están a cargo de Sector, Fidetur y Fonatur, empezaron con el retiro de los muebles afectados con el huracán y después van a retirar la arena, tierra y lodo que están acumulados en la zona.

En las calles se ve arena acumulada en más de un metro de altura, pero dentro de las casas los vecinos sacan lodo negro y pegajoso, ayer un vecino con una carretilla sacaba el lodo con la ayuda de una carretilla, en las paredes de las casas se ve que el nivel del agua alcanzó más de un metro de altura.

Colonia La Esperanza

En la colonia La Esperanza trabajan maquinarias del Ejército y agentes de la Guardia Nacional en el retiro de la tierra acumulada en el acceso a la unidad habitacional El Coloso, en el sitio conocido como Piedra Roja. En el lugar la tierra acumulada alcanzó unos dos metros de altura, todavía hay cuatro carros sepultados por la cantidad de tierra que bajó de la parte alta del cerro.

Los trabajos de retiro de la tierra comenzaron el martes por la tarde, pero ayer a mediodía se pudo constatar que no van ni al 50 por ciento, el retiro de la tierra está concentrado en la avenida Gran Vía Coloso, que es la vía principal por la que circulan los autobuses del transporte público Acabús y la ruta Costera, aún les falta las calles Simón Bolívar donde hay cuatro vehículos enterrados y la calle Jabonera.

En la calle Jabonera, los encargados de una tienda de artículos de belleza dijeron que los Servidores de la Nación no los querían incluir en el padrón porque su local ya estaba limpio, les explicaron que al ser un local que vende productos de belleza no podía estar bajo el lodo hasta que llegaran a censarlos se dedicaron a lavar sus exhibidores y sus productos, finalmente los censaron. Los locales adjuntos sí fueron censados porque todavía tienen lodo, pero el que está limpio ya no lo querían incluir.

También en la calle La Fábrica, una vecina, María de Lourdes Jacinto, contó que ahí el agua alcanzó un metro de altura, pero que la Servidora de la Nación que fue a censar les dijo: “yo aquí veo las casas muy bonitas de dos pisos, no les pasó nada”, se quejó de que esperaba encontrarlos inundados y en el lodo para poderlos incluir en el censo, contó que esa calle fue afectada porque el agua del arroyo que se desbordó dio vuelta de la calle Simón Bolívar donde escurre el arroyo, pasó a la calle Jabonera y dio vuelta por la calle La Fábrica. En esa calle, dijo, la persona más afectada fue la adulta mayor, Sofía Pastrana porque su casa está por debajo del nivel de la calle pero ni a ella la censaron.

Dos vecinos de la calle Simón Bolívar contaron que el problema en la zona se debe a que durante el huracán Otis, dos carros fueron arrastrados al canal por donde escurre el agua, en la calle Simón Bolívar y nunca fueron retirados ni por sus propietarios ni por las autoridades y sobre el cauce se construyó un edificio de cuatro pisos.

Un vecino dijo que reportó en varias ocasiones, antes de que comenzara la temporada de lluvias que el cauce del agua estaba bloqueado por los carros, pero nunca atendieron su petición y ahora su casa quedó completamente inundada, se llenó de lodo y es uno de los que logró censarse porque el lodo sigue dentro de su vivienda, debido a que el arroyo pasa a un costado de su casa, sus vecinos no fueron censados porque sus casas estaban limpias ayer miércoles cuando pasaron los Servidores de la Nación a censar, pero dejó de llover el sábado 28 de septiembre, hace dos semanas. El nivel de tierra que está por encima de las casas no fue evidencia suficiente para que los vecinos acreditaran que fueron afectados por las inundaciones.

En la calle Vicente Guerrero, la tierra, arena y lodo que arrastró el arroyo tiene dos metros de altura.

Texto: Daniel Velázquez/ Foto: Carlos Carbajal