Chilapa, Guerrero, 14 de octubre de 2024. Familiares, amigos y líderes de organizaciones sociales exigieron justicia a siete años de impunidad de los asesinatos del dirigente social Ranferi Hernández, su esposa, suegra y su ahijado, ocurridos en Chilapa.
A las 11:00 de la mañana se depositó una ofrenda y se realizó un acto político en memoria del líder social y sus familiares en la carretera Chilapa-Ahuacuotzingo, a la altura de Nejapa, donde sus cuerpos fueron encontrados la noche del 14 de octubre de 2017.
Asistieron dirigentes del colectivo de desaparecidos Lupita Rodríguez, del Colectivo contra la Tortura y la Impunidad, de la Asamblea Popular de los Pueblos de Guerrero, del Centro de Derechos Humanos Tlachinollan y padres de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos en 2014.
El acto se convirtió en un puñado de reclamos al gobierno estatal y federal por la impunidad en los asesinatos de activistas y luchadores sociales.
Abel Barrera, director de Tlachinollan, señaló que la intención del asesinato de Ranferi Hernández fue causar terror, “mandar un mensaje”.
“Nunca va a ser posible que un luchador cristalice su sueño, sino más bien va a ser una pesadilla, un infierno en su vida”, reprochó.
Por su parte, el abogado Vidulfo Rosales planteó la creación de una Fiscalía especial para esclarecer los asesinatos de luchadores sociales en Guerrero.
La representante del colectivo Lupita Rodríguez denunció que en la entidad hay 4 mil 241 desaparecidos.
“Chilapa es uno de los municipios más inseguros del estado, donde la prensa calla, donde todo mundo tiene que mantenerse callado porque sabemos lo que puede pasar”, señaló.
Diana Hernández pidió a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo cumplir con la demanda histórica de justicia.
“Sin justicia, no hay transformación”, manifestó.
Texto y foto: Luis Daniel Nava
