19 octubre,2024 5:46 am

Tierra inhóspita para el bienestar social

Héctor Manuel Popoca Boone

 

Sin una participación consciente, activa y organizada de la ciudadanía, cualquier estrategia de seguridad pública en Guerrero está destinada al rotundo fracaso.

 

En su último reporte anual de septiembre-octubre de 2024, la Comisión Económica para la América Latina (Cepal) señala los principales factores que han obstruido un sano desarrollo económico sostenible en la mayoría de los países que la integran. Dichas trabas transversales se manifiestan con gran contundencia en algunas partes de México, entre ellas, Guerrero; a saber:

Su economía se caracteriza por su baja tasa de crecimiento económico anual, según el Inegi. Al respecto somos de los tres estados del sur de la república, con el más bajo indicador (1.2 por ciento). La fuerza laboral se ubica con gran amplitud en la informalidad económica (sin empleo fijo, y protección social); de la población ocupada más del 77.3 por ciento de los trabajadores guerrerenses se ubican en esta categoría (Secretaría de Economía); tenemos un bajo nivel promedio educativo de sexto año de primaria, con gran deserción escolar; las actividades laborales y las productividades socioeconómicas son inferiores a otros estados.

Es decir, nuestra plataforma laboral es de baja calidad y, por tanto, las remuneraciones salariales son de baja cuantía. Tenemos un sistema fiscal local regresivo y evasivo, es decir, los de menos ingresos proporcionalmente pagan más que aquellos que obtienen mayores emolumentos y además eluden pagar los gravámenes, por lo que el escamoteo en el pago de las contribuciones fiscales es alto provocando un déficit financiero público perenne.

En general la inversión privada productiva es escasa y la inversión externa es recibida a cuentagotas y en su mayoría es extractivista de nuestros recursos naturales: la minería, lo que nos queda de macizo boscoso y nuestros bancos pesqueros en nuestra plataforma marítima, por no tener embarcaciones para la captura del camarón y del atún.

Es digna de destacar la evolución positiva acumulada en el año de 2023 de los ingresos por remesas, por el orden de un mil 580 millones de dólares que nuestros connacionales migrantes nos remitieron desde allende nuestras fronteras. (Banco de México). Por el contrario, nuestra escasa cultura contra riesgos, nos hace pagar muy caro los desastres naturales climatológicos que se presentan.

El resultado raquítico del comportamiento de estos factores económicos trae como consecuencia la pobreza y, por ende, la desigualdad social permanente (en Guerrero, el 10 por ciento de los hogares de menores ingresos tuvieron un ingreso promedio trimestral de 8 mil pesos en 2022, mientras que el 10 por ciento de los hogares de mayores ingresos tuvieron un ingreso promedio trimestral de 114 mil pesos en el mismo periodo (Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares. ENIGH). México en general y Guerrero en lo particular, ocupa vergonzosamente uno de los primeros lugares en materia de desigualdad social (la pobreza castiga al 65.7 por ciento de la población. Coneval); en virtud de que es un indicador multidimensional, vuelve casi nulas las posibilidades de hacer realidad una mayor superación y cohesión social.

Si a lo anterior le agregamos otros factores sociales de anclaje improductivo, como son los endebles sistemas de salud y educación pública; las inequidades y desigualdades de trato de género en todas las actividades sociales y económicas; la subrepticia segregación económica y racismo expoliador contra los pueblos indígenas y los altos diferenciales de atención gubernamental a las necesidades del medio urbano y del rural; todo eso le otorgan a estas tierras del sur las características de ser hábitat de mucha pobreza y un verdadero santuario de alta criminalidad y delincuencia.

Estos últimos factores actúan con mucha impunidad, gracias a la condescendencia histórica que han tenido de malos gobiernos, corruptos y clasistas, apuntalados por una clase política variopinta, mediocre y parasitaria, con una administración pública que en la mayoría de los casos se ha destacado por su ineptitud, mendacidad y ladronerías, coludidos con empresarios inescrupulosos, sobre todo en los giros de la construcción y las adquisiciones de mercancías y servicios de toda naturaleza. El saqueo del erario ha sido y es de antología legendaria. ¡Ah!, pero se cuidan de dejar pocas o nulas huellas de sus pillerías. Guerrero es un pueblo pobre, con una casta de políticos y empresarios que lucran ilícitamente y gozan de total impunidad. Por si fuera poco, Guerrero está atravesado por el narcotráfico.

De colofón es de lamentar que la administración federal próxima pasada (AMLO) no le haya dado un trato deferente y favorable a Guerrero, al igual del que les otorgó a otros estados del sureste del país.

 

PD1. La impunidad total sigue cubriendo el asesinato del luchador social rural, Ranferi Hernández Acevedo; la investigación lleva siete años sin arrojar resultado alguno. ¿Cuántos años habrá que esperar en el caso de Alejandro Arcos Catalán y otros muchos más?

PD2. Hasta hace dos días, aún seguía inundada, con más de un metro de altura, la mitad de la ciudad de Tixtla, a resultas del huracán John. Es un problema de drenaje micro regional de gran calado.

PD3. La dirigente nacional de Morena, Luisa María Alcalde, afirmó en el reciente congreso nacional de su partido que sus esfuerzos están encaminados a “volver al origen”. O sea que en el tiempo que ha estado en el poder, el partido Morena ¡se deformó!

 

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