9 marzo,2018 6:45 am

Votar por las mujeres

Jorge Camacho Peñaloza
A la memoria de Antonia y Dulce.
Más allá de porcentajes y cuotas en las asignaciones de cargos de elección popular, a partir del momento en que se entiende que hacer política no es un asunto de género la sociedad está preparada para ser gobernada por una mujer. La participación y capacidad de la mujer para hacer política no es un asunto de concesión, de cuota o de empoderamiento de la mujer, es de reconocer que el hombre no es por naturaleza superior a la mujer y que ésta puede hacer política tan bien o mejor como lo hace el hombre.
Es cierto que desgraciadamente tenemos arraigada una cultura machista y peor aún estructuras sociales milenariamente diseñadas por el hombre con las cuales se ha situado en una posición de desventaja a la mujer respecto al hombre, estructuras contra las que también milenariamente se han rebelado muchas mujeres y por lo cual el 8 de marzo de ha instaurado como el Día Internacional de la Mujer, pero también afortunadamente gracias a estas luchas esa cultura y estructuras se han ido modificando hasta el punto de entender que la política, a pesar de que se dice que nació como una actividad de hombres excluidas las mujeres, no es un asunto de género. Actualmente ya son altos los porcentajes de participación de la mujer en la economía, la política y gobierno, pero falta mucho todavía por hacer.
A pensar de lo anterior, todavía hay muchas resistencias, quienes siguiendo atorados en la idea de que el hombre es superior, que la mujer es un ser inferior y que necesita ser dirigida por los hombres. Lo más lamentable de esta situación es que en la política, en los partidos políticos, en los poderes públicos, en el gobierno hay todavía funcionarios con una exacerbada cultura machista, para ellos la equidad de género es un rubro de gobierno o una norma establecida, hasta una moda, el tema lo ven con desinterés, de segundo orden, de tratamiento forzoso, y son funcionarios responsables de impulsar que estos temas no son sólo de cumplimento a leyes, recomendaciones o alertamientos, sino una oportunidad para superar la cultura y estructuras que colocan en desventaja a la mujer en la familia, el trabajo, la política, la economía y la cultura.
Desgraciadamente en el actual proceso electoral ese machismo se ha expresado de la peor manera con el asesinato en Chilapa de dos mujeres que se estaban abriendo camino en la política, de Antonia Jaimes Moctezuma y Dulce Rebaja Pedro, su muerte sólo motivó sendas esquelas y lamentaciones oficiales de los dirigentes de sus partidos y una que otra expresión de repudio a estos hechos dese el gobierno y organizaciones de defensa de las derechos de las mujeres, así se consignó en las nota periodísticas de los sepelios de ambas mujeres, a los que no asistieron ni los dirigentes de sus partidos.
Afortunadamente en la sociedad ya es claro que la política no es un asunto de género y eso ha quedado confirmado con el apoyo de más de un millón de personas que decidieron que una mujer contienda por la Presidencia de la República, Margarita Zavala ha sido confirmada por el Instituto Nacional Electoral de que puede solicitar su registro como candidata a la Presidencia de la República, es decir habrá candidata mujer por decisión ciudadana.
Confío en que Margarita va a levantar un gran movimiento de mujeres que al igual que muchos hombres queremos que el talento, capacidad y sensibilidad de una mujer gobierne al país, el paradigma político patriarcal ya dio de sí y no da para más, con mujeres en la toma de decisiones políticas hay más justicia, equidad, transparencia, eficiencia, y eso lo demuestran estudios que han puesto de relieve que cuando hay mayor participación de la mujer hay más desarrollo económico y social.
Vuela vuela palomita y ve y dile: A las huercas, que si hay una de candidata en la comarca, pos ya ni pensarlo; hay que votar por ella, para que esos que creen que el machismo es necesario ya no se pasen de la raya.