Argentina- 3 de septiembre.-La asimetría, desigualdad y violencia de género son resultado de una mecánica social cimentada desde hace siglos, los mandatos de género en pro de fundamentar al capitalismo.
Pero en términos sociales ¿qué consecuencias traen estos mandatos para el desarrollo humano?
“El impacto del capitalismo en la vida del siglo XXI. La situación de las mujeres” fue el tema sobre el que invitaron a pensar a dos grandes feministas contemporáneas: Eva Illouz y Rita Segato.
Las pensadoras formaron parte del encuentro “Santa Fe debate ideas”, que organiza el gobierno de El Rosario, Argentina, un programa que invita mensualmente a intelectuales de la República y el exterior a debatir y compartir ideas.
Alrededor de 1500 asistentes a la charla, tuvieron la oportunidad de reflexionar sobre las principales consignas de éstas dos mujeres que estudian la teoría de género.
Por un lado, la reconocida antropóloga Rita Segato, llama la atención por la forma en que aborda la “pedagogía de la crueldad” para interpretar la violencia que sufren las mujeres. Dentro de su discurso demandó la necesidad de no naturalizar la violencia y mucho menos hacerla un espectáculo.
Dentro de la “pedagogía de la crueldad”, Segato trajo a la luz el término “mandato de masculinidad”, un deber ser para los hombres. Dentro de este mandato que ellos mismos han creado, han quedado excluidos, menciona la antropóloga.
“Ese mandato de crueldad los retira de la proximidad, de la afectividad, los destruye. Aprenden a ser crueles sin sentirlo, a disminuir su capacidad de ver el sufrimiento del otro”, señaló. “Los hombres están preparados para tener y usar su poder, pero a la vez están expulsados del sistema. Es esa frustración, y no el avance de las mujeres en la vida pública, lo que explica la violencia sobre los cuerpos de las mujeres. Tenemos que desmontar ese mandato de masculinidad, que rápidamente se convierte en un mandato de crueldad.” Señaló Rita.
A lo largo de los estudios de las luchas feministas modernas, Segato ha llamado a no poner las expectativas y esfuerzos en el Estado, tomando en cuenta que es este uno de los propiciadores de la violencia y desigualdad de género.
“Hay que pensar dentro y fuera de lo estatal, desde y para la sociedad”, dijo.
Por su parte la socióloga Illouz cuestiona sobre los ideales de las relaciones amorosas heterosexuales, y con una pregunta clave abre la discusión, ¿cómo pudo Donald Trump lograr el 53% de los votos de las mujeres en Estados Unidos siendo que, de manera tan abierta llevó a cabo su campaña al tope de la misoginia?
En su discurso tomó como ejemplo la historia de “La Bella y la Bestia”, señalando que la historia vislumbra la ilusión de enamorarse de hombre que tenga el poder de someter, no solo al género femenino, sino también al masculino y al final de la contienda, eso es lo que representa Trump, “una bestia que se convierte en príncipe. Aunque todos sabemos que las cosas no funcionan así.
“Es una historia que nos enseña a aceptar lo horrible que es la Bestia, nos conduce a imaginar que detrás de esa imagen hay un alma buena. Para mí Grey —en referencia al personaje de “50 Sombras” — la Bestia y Donald Trump representan lo mismo”, afirma Eva
Illouz reflexiona sobre las afectaciones que ha tenido el capitalismo en las formas que adoptan las mujeres al amar.
“Las mujeres están inmersas en una cultura que mezcla y borra las diferencias entre cuidado y cautividad, amor y poder, autosacrificio y sumisión, masculinidad y crueldad, una Bestia y un Príncipe Azul, un sádico y un amante, un hombre que ataca a las mujeres y uno que les provee seguridad material”, dijo Illouz.
Ambas pensadoras concluyeron en que la masculinidad debe cambiar por completo.