28 noviembre,2023 8:46 am

A 34 días del paso de Otis, siguen cerradas las grandes tiendas que fueron saqueadas

 

Diversos testimonios de empleados dan cuenta de las pérdidas que tuvieron y lo difícil de rehabilitar su centro de trabajo

 

Acapulco, Guerrero, 28 de noviembre de 2023. Las grandes tiendas de la avenida Cuauhtémoc que fueron saqueadas, aún se mantienen cerradas a 34 días del paso del huracán Otis, como Sears, Soriana, Office Depot, Woolworth, Modatelas y el restaurante Toks, y sólo están abiertos algunos pequeños negocios de refaccionarias y de venta de ropa.

Algunos comercios de esta importante vialidad se recuperan aún de la rapiña que sufrieron los primeros días de la catástrofe por el huracán Otis y los transeúntes padecen los olores fétidos que desprenden las grandes acumulaciones de basura.

Diversos testimonios de trabajadores de esta zona del municipio dan cuenta de las pérdidas que tuvieron y lo difícil de restablecer su centro de trabajo, por los desechos arrojados a la vialidad, que se acumulan a más de un mes del meteoro, sin que las autoridades acudan a levantarlos.

Una de las tiendas más grandes en la avenida Cuauhtémoc, Home Depot, abrió sus puertas el 11 de noviembre y desde aquel día cientos de personas acuden a comprar diferentes productos para la construcción de su casa, principalmente láminas y cemento, comentó una trabajadora.

Dentro de la tienda había un gran movimiento este lunes, a las 11 de la mañana había hasta una fila de personas para entrar, al lado de ellas dos tráileres transportaban decenas de tinacos Aguaplas, similares a los conocidos Rotoplas. Parte del estacionamiento sirve de bodega porque la sucursal de Diamante está cerrada, y por ello también hay un control de carros que entran, y los que se quedan esperando afuera forman un pequeño congestionamiento vial.

Por el mismo cierre de su par de Diamante, la tienda que está en la avenida Cuauhtémoc concentra a 180 trabajadores que laboran en turnos de cuatro horas, expuso la empleada, y relató que no sufrieron una rapiña de grandes proporciones, sólo pequeños productos durante las primeras noches después del huracán. “Defendimos” la tienda, indicó, cubriendo las instalaciones con el material de piso en rondines que hacían por las mañanas.

A un costado se encuentra la calle Montenegro, frente al Ayuntamiento de Acapulco, en el parque Papagayo, y que tiene una hilera de más de 50 metros de basura y escombro que se acumula en la, de por sí vialidad estrecha y maltrecha.

A diferencia de Home Depot, otras sucursales de importantes cadenas nacionales siguen cerradas en la avenida Cuauhtémoc, como son Toks, Office Depot y Soriana, que se concentran en una plaza, al lado del río del Camarón. Ahí también se encuentran sucursales del restaurante de comida rápida Burger King y el banco Santander, ambos cerrados.

Fue esta plaza, particularmente Soriana, uno de los grandes puntos del saqueo que realizaron cientos de personas durante los primeros días después del huracán Otis. En la banqueta hay acumulación de basura que apesta, y trabajadores entran y salen del Toks, muy concurrido por políticos, y donde una enorme lámina se sostiene peligrosamente de una lámpara.

Misma suerte corrió Interceramic, especializada en pisos y baños, y hasta el área de comida de los trabajadores fue saqueada, por lo que los 10 empleados se dedican estos días a tramitar envíos desde las bodegas de Chilpancingo e Iguala.

Asimismo, la Super Ferretera Trani, una de las más grandes de la zona, fue saqueada por completo y sólo dejaron algunos productos que intentan vender, comentó un trabajador. Las instalaciones, en la calle Sebastián Vizcaíno, se encuentran amuralladas con láminas y muebles para que las personas no entren, como lo intentó uno este domingo.

Hasta un mes podría tardar la reapertura del negocio que inició hace 40 años y que tiene afuera escombros y láminas, dijo el trabajador, quien comentó que le pidieron dinero para recoger la basura, pero no aceptó.

Casi enfrente está el Hotel Marsol, que nunca cerró después del huracán, expuso su encargada Antonia. El mismo 25 de octubre recibió personas que se quedaron sin una casa, a pesar de que el hotel no tenía luz. Son 34 cuartos que conforman este hotel de paso, 200 pesos las dos horas y 400 la noche.

Otro hotel de la Cuauhtémoc, D’César, parece estar cerrado porque pedazos de madera y lámina funcionan como un portón, pero la entrada es por la lateral, comentó la gerente Hermicarme Marqués, quien enfatizó la necesidad de que las autoridades se lleven la basura que está afuera de las instalaciones, para atraer clientes.

Los escombros de algunos negocios siguen desparramados, parecen intactos desde el principio de la catástrofe, y tapan por completo las banquetas, como es el punto frente a la tienda La casa del azulejo y el mármol, a un costado de Sears, y que obliga a las personas a caminar sobre la avenida. Sears, la tienda departamental de uno de los hombres más ricos del mundo, Carlos Slim, también fue saqueada y ahora está tapizada con triplay de madera.

El movimiento mayor de comercio en la avenida Cuauhtémoc, una de las más importantes de Acapulco, después de la Costera, es ocasionado por los pequeños negocios de refaccionarias y venta de ropa, en los que hay un constante trajín de comerciantes y clientes, sobre todo en el área cercana al Mercado Central.

La música, los puestos ambulantes y el tráfico de siempre entre la calle Manuel Acuña y Diego Hurtado de Mendoza dan la impresión de que no hubo un huracán que destruyó la ciudad. Algunas personas portaban su cubrebocas, otras no, a pesar de los olores pestilentes en la zona. “Los vuelos de la muerte”, dijo un vendedor en la esquina de la calle Ignacio Vallarta leyendo la edición de El Sur de este lunes.

Pero la imagen cambia tan sólo cruzando la avenida Cuauhtémoc, en el sentido hacia la Cima. Woolworth y Modatelas, dos de las grandes tiendas de esta vialidad están cerradas y sólo hay algunos puestos ambulantes y reparaciones de otros locales. Unos trabajadores realizaban sus labores de herrería en la banqueta, interrumpiendo el paso de los transeúntes.

Son estos ciudadanos que sortean el cruce de calles porque no hay semáforos, algunos desaparecieron y otros cuelgan de los postes que sobrevivieron a los vientos huracanados de la madrugada del 25 de octubre. Pitidos y permisos de paso entre las personas que caminan y los automovilistas son la solución ante la falta de agentes de Tránsito que regulen la circulación.

La única presencia de alguna autoridad es la vigilancia que realizan elementos de la Guardia Nacional, a las sucursales de los bancos Bancomer y Scotiabank. El resto del panorama es trabajadores de la tienda 3B sacando aún los escombros a la calle, la oferta de colchones a bajo precio “en apoyo para Acapulco” de la tienda Atlas de descanso, y unos letreros en la muy dañada terminal de autobuses Costa Line pidiendo a sus trabajadores que se comuniquen para saber cómo están y ofreciendo empleos de maleteros y guardias de seguridad.

Texto: Ramón Gracida Gómez / Fotos: Carlos Carbajal