27 diciembre,2023 10:28 am

A dos meses del impacto de Otis la mayoría de locales siguen cerrados en playa Revolcadero

 

No se ven las filas de camiones que todos los diciembres se aglomeran en el estacionamiento

 

Acapulco, Guerrero, 27 de diciembre de 2023. Familias de diferente condición económica visitan la playa Revolcadero, donde no se observaron las filas de camiones de visitantes en el Paseo de los Manglares, y donde la mayoría de los locales están cerrados, a dos meses del impacto del huracán Otis.

La primera impresión al entrar a la que todos los diciembres es una muy concurrida playa es la desolación: manglares secos y retorcidos en medio del agua pantanosa color verde. Le sigue el acceso, libre y sin camiones estacionados, y con los locales de artesanías, de ropa, accesorios de playa y cerveza, cerrados.

Apenas dos promotores reciben a los visitantes y los meseros se concentran en la zona de playa cuando antes del impacto del huracán, lo hacían desde el estacionamiento. En los locales, los vendedores y propietarios esperan sentados a que algún visitante vaya a comprar, otros ríen y juegan en familia.

Sergio Soriano y su familia de cinco integrantes llegaron este lunes de la Ciudad de México, “venimos para el apoyo económico después de la desgracia, somos cinco pero van a llegar más”.

La familia está hospedada en un hotel de la zona Tradicional, cerca de La Quebrada, donde por noche pagan 400 pesos por persona. Es cómodo y sólo es para dormir, porque han venido, como lo hacen desde hace nueve años, a disfrutar de las vacaciones decembrinas.

La primera impresión que tuvieron al entrar en su auto a Acapulco fue la devastación, “ver lo real, que devastó la ciudad, pero que le están echando ganas, se están levantando poco a poco”.

Daba el mediodía y recién habían llegado a la playa, se instalaron en una mesa, bajo una de las ramadas de uno de los restaurantes. El hombre dice que no le cobraron el mobiliario de playa, pero había que consumir.

En otra ramada, a unos cinco metros, estaba Joaquín Acosta y su familia de cinco integrantes, quienes llegaron de la Ciudad de México para pasar la navidad, como lo hacen desde hace 16 años.

La familia siempre ha llegado al hotel Princess, que quedó totalmente devastado por el huracán, o en verano en un departamento en uno de los condominios aledaños a la playa Revolcadero.

“Venía con la expectativa de que iba a estar todo muy feo, y la verdad es que está mejor de como yo lo imaginaba, pero si da tristeza ver a la gente en la calle formada para las despensas, los edificios sin cristales, pero se nota que ha habido mucha garra de la gente local para levantar el puerto”.

La familia comentó que vinieron al puerto para apoyar su reactivación, además de que por tradición la pasan en diciembre en la playa. En esta ocasión estarán durante 15 días, y con un presupuesto de 100 mil pesos, incluido el hospedaje, gasolina, y comida.

A pesar de la estabilidad económica de la familia, el joven comentó que en el restaurante donde estaban los precios eran muy elevados para el mexicano promedio y señaló que cada una de las seis piñas coladas que pidieron les costó 180 pesos, y una cerveza 80 pesos.

“No sé si es la desesperación de querer sacar el mayor provecho de un platillo, hagan que no saquen nada. Estábamos por usar el club de playa, donde llevan cuatro días sin una sola persona, te piden un consumo mínimo de 600 pesos por persona”.

Agregó que “entonces nadie se va a parar ahí porque somos pocos los que estamos viniendo, y en lugar de decir consumen lo que puedan, yo se que están en una situación compleja, pero espantan a la gente. No hay una conciencia de equilibrio”.

El joven dijo que además los espacios no estaban en las mejores condiciones para que las bebidas cuesten como en los hoteles donde acostumbran llegar, pero eso no lo desalienta a seguir disfrutando de los atardeceres en la playa.

 

Texto: Jacob Morales Antonio / Fotos: Jesús Trigo