16 julio,2020 5:14 am

A la sombra, con Martín Luis Guzmán

Anituy Rebolledo Ayerdi

(Tercera de cuatro partes)

 

La sombra del caudillo (resumen)

Libro primero

Ignacio Aguirre, joven ministro de Guerra, se ve orillado a aceptar la candidatura presidencial del Partido Radical Progresista. Rompe necesariamente con el presidente de la República, quien ha escogido a Hilario Jiménez para que sea postulado por el Partido Nacional Obrerista.

La competencia por la presidencia de México se vuelve motivo de las pasiones más bajas de los seres humanos: la traición, la hipocresía, la confusión, las dobles intenciones, la calumnia, el nepotismo, el tráfico de influencias y de favores. En esa guerra electoral las fuerzas ocultas de las facciones revolucionarias conspiran para eliminar y desacreditar a Ignacio Aguirre y a sus allegados, que cada vez más presionado por el complot del Caudillo, se ve comprometido para un presumible levantamiento en armas.

Solo, en el ambiente de traición que viven los protagonistas, uno de los aliados, Juan Elizondo, general de las fuerzas del Estado de México (Morelos), en vez de protegerlos, como lo había ofrecido, los entrega a manos de la fracción hilarista y al propio Caudillo. Estos, habiendo armado una intriga enterando a la opinión pública del levantamiento, aún no consumado, se cobran justicia con la propia mano. Asesinan a los aguirristas Remigio Tarabana y Emilio Olivier Fernández.

Desde los primeros capítulos, Aguirre se ve presionado para tomar postura ante las elecciones nacionales que se avecinan, manteniéndose siempre renuente a aceptar la candidatura para la que sus amigos lo consideran apto. La rechaza siempre por respetar el deseo del Caudillo, quien a su vez ha escogido, de manera encubierta, a Hilario Jiménez para sucederlo. Aquí se encierra el principal nudo dramático de la novela.

Libro segundo

En este Aguirre tiene un encuentro con el Caudillo para conocer su parecer sobre la candidatura de Hilario Jiménez y la posibilidad de la suya; el Caudillo, al escucharlo, encuentra insinceras sus réplica de poco merecimiento para contender por la presidencia de la República. Aguirre sabe que desde ese momento su relación con el Jefe Máximo se acabó. También tiene una entrevista con Hilario Jiménez, quien tampoco cree en su renuncia a la candidatura ofreciéndole una muestra de adhesión. Para esto sus partidarios tendrían que respaldar la de Aguirre, lo que da pie a que se rompan las relaciones entre ambos.

Libro tercero

Viendo los partidarios de Aguirre que se pasa el tiempo y no acepta su candidatura buscan, encabezados por Olivier Fernández, adherirse a Hilario Jiménez. Preparan una convención para lanzarlo como su candidato oficial siendo rechazados por Jiménez. Entonces los del Partido Radical Progresista vuelven e insistirán en Aguirre como su hombre. La Convención termina en un altercado entre los progresistas, que se han dividido en dos facciones.

 Libro cuarto

Axcaná González sufre un atentado. Aguirre se encuentra cerrando un negocio fraudulento con Remigio Tarambana, y al enterarse del atentado sabe que las fuerzas de Hilario Jiménez y El Caudillo se ciernen sobre su incipiente candidatura. Decide investigar sobre el atentado, y el coronel Zaldívar, encargado de la policía de la ciudad le confiesa que Jiménez ordenó el secuestro de Axcaná. Aguirre renuncia a su puesto como ministro de Guerra para declararse oficialmente como candidato al Partido Radical.

 Libro quinto

Los diputados Ricalde y López Nieto, miembros del Partido Nacional Obrerista, traman un complot con el general Protasio Leyva para asesinar a los diputados aguirristas en la Cámara de Diputados. Un objetivo principal: Olivier Fernández. El complot se les sale de las manos pues un día antes de su ejecución asesinan a un aguirrista, que no estaba en la lista de los señalados. El complot es descubierto y los responsables son detenidos. Entre los coludidos se encuentra Julián Elizondo, jefe de las fuerzas armadas acantonadas en Toluca.

 Libro sexto

Será entonces cuando El Caudillo e Hilario Jiménez Jiménez deciden dar a conocer como un hecho consumado un inexistente levantamiento en armas, ordenando el arresto de sus cabecillas. Los aguirristas huyen a Toluca (Cuernavaca) a buscar respaldo de Elizondo quien, para variar, los traiciona entregándolos a las fuerzas leales al Caudlllo.

La orden de ejecución incluye a todos los involucrados. A la opinión pública, se le miente informando que un inexistente golpe de Estado fue evitado gracias a la rápida actuación de las fuerzas armadas leales a la Revolución. El primero que muere es Aguirre y luego cada uno de sus compañeros. El único que se logra escapar, malherido, es Axcaná González, quien es rescatado por Mister Winter, primer secretario de la Embajada de Estados Unidos en México que regresaba de Cuernavaca. La novela termina con una escena en la que Manuel Segura, uno de los encargados de la ejecución de los aguirristas, compra unos aretes con el dinero que los sublevados habían reunido para la rebelión.

Martín Luis Guzmán

Martín Luis Guzmán Franco nació en Chihuahua el 6 de octubre de 1887, escritor, periodista y diplomático considerado uno de los pioneros de la novela revolucionaria. Estudió Derecho en la Ciudad de México y en 1914 se unió a las tropas de Francisco Villa, con quien trabajó muy de cerca. Tras salir de la cárcel se exilia en España donde, en 1915, publica en Madrid su primero libro: La querella de México. Entre 1916 y 1920 vivió en Estados Unidos, dirigiendo en Nueva York una revista en español llamada El Gráfico, además de colaborar con la revista Universal. Con los artículos publicados en ambas integró en 1920 su segundo libro: A orillas del Hudson.

Regresa a México donde continúa ejerciendo el periodismo y es elegido diputado federal. Exiliado, deberá viajar a España donde de 1924 a 1936 colabora en varios periódicos. Escribe El Aguila y la Serpiente, publicado en 1928, libro que contiene memorias de las luchas civiles de México, y La Sombra del Caudillo, en 1929, un análisis de la crisis política de México. Posteriormente, Guzmán publica en 1932 Mina, el Mozo Héroe de Navarra, la biografía de Francisco Xavier Mina y Memorias de Pancho Villa, en 1940. Muertes Históricas, de 1958, le valdrá en México el Premio Nacional de Ciencias y Artes en Literatura y Lingüistica.

Guzmán Franco prestó grandes servicios al país, particularmente bajo la dirección de la Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuito, de la cual fue su primer presidente y dirigiéndola de 1959 a 1975.

Periodista de combate

Como periodista fundó a los 14 años el periódico quincenal La Juventud de Veracruz; dirigió El Gráfico de Nueva York (1917); fundó en 1922 el periódico vespertino El Mundo; escribió en El Sol y la Voz de Madrid, colaboró en El Heraldo de México. Finalmente, fundó su semanario Tiempo, que dirigió desde 1942 y hasta su muerte, sin duda una de las mejores revistas literarias de América, además de crear la editorial Ediapsa. En el terreno político Martín Luis Guzmán fue embajador de México ante las Naciones Unidas, de 1953 a 1959 y senador de la República de 1970 a 1976. Miembro a partir de 1940 de la Academia Mexicana de la Lengua.

La personalidad y la obra de Martín Luis Guzmán deben perfilarse en tres aspectos esenciales: político liberal, periodista de combate y novelista de fondo histórico. Durante el período revolucionario fue primeramente seguidor de Francisco I. Madero y de Francisco Villa después. En los años 30 sintió inclinaciones y simpatías por el comunismo, que se perciben claramente en los comienzos de la Segunda Guerra Mundial. Persistió en dicha postura durante algún tiempo, hasta que se convenció de la incompatibilidad de tales inclinaciones con su sentido liberal, y desde entonces levantó con decisión la bandera liberal de la Revolución mexicana.

 General Claudio Fox

Claudio Fox nació en Hermosillo, Sonora, el 25 de abril de 1885. Fue constitucionalista y operó en los estados de Sonora y Chihuahua con el general Francisco Urbalejo. No se unió a la rebelión de Agua Prieta en 1920, pero sí se alió con el obregonismo. (Wilkipedia)

“Enviado a Guerrero como jefe de Operaciones Militares, encargado primero de combatir a los insurrectos de la entidad y más tarde a los cristeros, el general Claudio Fox asume de hecho el poder militar y político del estado. Obliga la salida del gobernador Héctor F. López, originario de La Unión (1925-1928) nombrando como interino al coronel Enrique Martínez (1 de febrero de 1928 al 30 de marzo de 1929). Finalmente, designa al gobernador sustituto, general agrarista Adrián Castrejón, originario de Apaxtla, hoy de Castrejón (abril de 1929 a marzo de 1933).

“Para lograr el control de la Cámara de Diputados, el general Fox presiona sobre las presidencias municipales, manipula las elecciones legislativas obligando la renuncia de cuatro diputados disidentes para lograr el control de la Cámara. Gracias a ello podrá instalar a un agrarista en la gubernatura de Guerrero. Lo logra pasando sobre las más elementales normas democráticas, la división de poderes, la libertad municipal y el respeto al voto”. (Guerrero Bronco, Armando Bartra, Ediciones Era) .

Como ya se vio en el capítulo anterior, el general Claudio Fox es comisionado por el presidente Calles para pasar por las armas al general Serrano y a sus 13 acompañantes, bajo el cargo de rebelión contra el gobierno constitucional. Cumplida su trágica encomienda regresa a su cargo de jefe de las Operaciones Militares en Guerrero. Comisión de la que es relevado apenas asume la presidencia el general Lázaro Cárdenas, haciendo efectivo su retiro de la milicia. La reasume con el grado de general de Brigada durante el mandato presidencial de Manuel Avila Camacho (1940-1946). Fallece el 15 de mayo de 1961 en la Ciudad de México, a los 76 años.

Los Fox Leyva

La unión matrimonial de Claudio Fox con la guerrerense María Luisa Leyva procrea seis hijos: Claudio, Ricardo, Guillermo, Alejandro, Raquel y Ringue. Ella, Raquel, conocida popularmente como La Güera Fox fue una   acapulqueña icónica que se burló de los convencionalismos sociales del momento, haciendo escuela con ello. Contrae matrimonio con Alfredo Piliquío Berreatúa procreando niño y niña, pero la enfermedad del primero (lupus) los hace viajar a Los Ángeles, California, donde finalmente toman residencia. Ella sobrevivió varios años a su esposo al que siguió hace relativamente muy poco tiempo. Lila Berreatúa Fox, la hija, reside en el puerto.

Alma Rebolledo viuda de Pano a cuyas órdenes laboró La Güera Fox en el hotel El Mirador la recuerda bella, alta, cuerpo armonioso y cabello largo y suelto. Desprejuiciada, alegre, ocurrente, atrevida, irreverente y muy disparatera. Toda una leyenda en el prejuicioso medio siglo acapulqueño.

Una forma

María Luisa Leyva, la madre de los Fox- Leyva, laboró muchos años en la oficina de Telégrafos localizada en el actual Palacio Federal, donde alguien elaboró este chascarrillo.

–Señor, deseo poner un telegrama, ¿podría darme un machote para enviarlo?

–¿Machote?: Aquí solo hay uno y es el administrador: don Filiberto M. Arredondo.

–No señor lo que yo quiero es un esqueleto.

–Si me espera le traigo a Bertha Solano (empleada muy delgada).

–¡Usted no me entiende, señor, lo que yo quiero es una forma!

–¡Haberlo dicho antes, amigo, orita voy por María Luisa Leyva!