25 julio,2018 10:35 am

A la universidad a los 8 años: Laurent, un pequeño gran genio

Superdotado, niño genio, niño milagro: este niño con un coeficente intelectual (IQ) de 145, ya ha sido comparado en los medios con Albert Einstein y Stephen Hawking. Pero no parece que eso lo intimide lo más mínimo.

Texto: Annette Birschel / DPA / Foto: DPA
Ámsterdam, Países Bajos, 25 de julio de 2018. Siempre que los bajos retumban por la vieja casa junto al canal Prinsengracht de Ámsterdam, Laurent está estudiando. “Prefiere estudiar sin auriculares”, dice su madre, Lydia Simons, mientras pone los ojos en blanco simulando fastidio.
Laurent, que muestra una sonrisa pícara, está sentado junto a ella ante una gran mesa redonda. Ahora no tiene que estudiar, acaba de aprobar la prueba de acceso a la universidad y con ello se hizo famoso en casi todo el mundo. Y es que Laurent solo tiene 8 años de edad.
Superdotado, niño genio, niño milagro: este niño con un coeficente intelectual (IQ) de 145, ya ha sido comparado en los medios con Albert Einstein y Stephen Hawking. Pero no parece que eso lo intimide lo más mínimo. Laurent es un niño amable y reservado. “Me gusta saber cosas”.
Siempre fue así, recuerda su madre. “Por qué, por qué, por qué, preguntaba siempre”. Ahora a menudo es al revés, admite. “Sabe explicar bien y tiene paciencia”, confirma su padre, Alexander. “Cuando le gusta alguien”, apunta. Laurent sonríe.
Se considera que toda persona con un IQ superior a 130 es superdotada y a partir de 140, genio.
¿Y qué quiere ser Laurent de mayor? Aún no lo sabe. Pero sí sabe lo quiere estudiar: Matemáticas. Era su asignatura favorita en el instituto en Brujas, donde se sacó el nivel superior en unos pocos meses. Por lo general los alumnos tienen 18 años cuando hacen la prueba de acceso a la universidad, según explica un trabajador del colegio.
A Laurent también le entusiasmaba la Geografía y la Historia. “Lo que más me interesaba era la Guerra Fría”, comenta. Su padre es belga y su madre holandesa. Puesto que los dos estaban muy ocupados con su clínica dental, el pequeño Laurent pasó seis años con sus abuelos en Ostende, Bélgica.
Antes de mudarse a Brujas entró en enero de 2017 en un instituto privado de Ámsterdam. Pero las primeras semanas no fueron demasiado bien, recuerda su madre. “En cuanto el profesor lanzaba una pregunta, Laurent respondía”, dice Lydia Simons. “Naturalmente esto no les parecía bien a los otros niños”. Finalmente se diseñó un paquete de clases particulares especialmente para él.
Laurent fue avanzando, señala su padre. “Cuando se le exige de verdad va realmente rápido, demasiado para nosotros”.
El niño aprobó la enseñanza básica y superior en un tiempo récord. En Ámsterdam hizo unas prácticas con un cardiólogo, en las vacaciones de verano asistió a cursos especiales para superdotados y recientemente recibió las notas de la prueba de acceso a la universidad.
Pero cuando llegó el austero diploma en formado A4, reaccionó como muchos otros estudiantes. “¿Para esto he trabajado tan duro?”. Laurent se ríe entre dientes cuando recuerda aquel momento. “Pero también estoy muy orgulloso”.
Pasado el verano (boreal) empezará la universidad. La familia está viajando ahora por Europa buscando el centro de estudios adecuado. Y no, el pequeño no se sentará en un aula junto a los demás alumnos de 20 años -posiblemente no llegaría a la altura de la mesa-. Laurent recibirá clases particulares. “Con una probabilidad del 50 por ciento, en Bélgica u Holanda”, dice el niño. Prefiere quedarse cerca de sus abuelos y sus amigos.
Pero primero disfrutará de las vacaciones. Al pequeño genio también le gusta de vez en cuando descansar. “Vamos a Marbella”, dice alegre. “Ahí puedo montar en moto de agua y nadar”. También irá con sus padres al parque temático Europa-Park, en el suroeste de Alemania.
Pero primero concederá un par de entrevistas más: “A veces está bien y otras es estúpido”, dice muy diplomático. Y es que las preguntas pueden ser agotadoras. Sus padres esperan que una vez se pase el revuelo, lo dejen en paz y pueda hacer lo que más le gusta: pensar y aprender.