24 septiembre,2024 9:50 am

A un año, está en la impunidad total el asesinato de Enrique Hinterholtzer, denuncia su padre

 

Debido a las extorsiones en Chilpancingo, sicarios fueron a atacar el bar donde el joven se encontraba con amigos y le tocaron las balas al entonces encargado de la CEAV, y a otro funcionario, explica

 

Chilpancingo, Guerrero, 24 de septiembre de 2024. Al cumplirse ayer un año del asesinato del ex encargado de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), Enrique Hinterholtzer Rodríguez, su padre el ex delegado de la Secretaria del Trabajo y Previsión Social (STPS), Fernando Hinterholtzer Diestel, declaró que el caso permanece en la impunidad total.

A las 5 de la tarde de ayer se ofició una misa en la capilla del Sagrado Corazón de Jesús, de la colonia Burócratas, al sur de la ciudad, donde vivía la víctima.

Entrevistado antes de la ceremonia religiosa, Hinterholtzer Diestel, declaró que en la Fiscalía General del Estado (FGE), nunca le dieron información de los avances de la investigación y que, por el contrario, fueron prepotentes y groseros con él y con su familia cuando iban a consultar por el caso.

Hinterholtzer Rodríguez, fue asesinado el 23 de septiembre del 2023 en el bar Valhalla, junto con Hugo Carreto, quien trabajaba en el área de Adquisiciones de la Secretaría de Finanzas y Administración del Gobierno del estado. En la balacera otros cuatro hombres resultaron heridos.

“Mi hijo representa una estadística más de las casi 200 mil personas asesinadas en México en este gobierno, y realmente al principio, el año pasado, estuvimos muy metidos con la Fiscalía, estábamos yendo diario. Mis hijas estaban recibieron malos tratos, improperios, agresiones del Ministerio Público, pero no conseguimos absolutamente nada”, contó el ex funcionario federal.

Dijo que le daban largas a todo, “primero ni siquiera les querían regresar sus pertenencias; decían que porque habría que hacer las periciales, puro pretexto y eso que tratábamos directamente con el fiscal regional de Chilpancingo, pero aun así traían una pugna espantosa y no se resolvía nada”, declaró.

Explicó que una vez, incluso, se puso (Hinterholtzer) “picudo”, pero que de plano le dijeron: “mire, sabemos su pena y su dolor, pero no va usted a conseguir nada”.

Agregó que debido a ello se resignó que “esto es así aquí en México, y peor en Guerrero”.

De las circunstancias en que perdió la vida su hijo, Hinterholtzer Diestel, declaró que sabe que no fue un ataque directo hacia él; “él estaba platicando con sus amigos, tomándose una cerveza y llegaron a tirotear el establecimiento por causa de la extorsión, yo se lo platiqué a una gente de Latinus que esto es culpa de Narcootilia por haber hecho tratos con los bandidos y, por supuesto, de la gobernadora que no hace absolutamente nada, ni sirve para nada, lamentablemente para los guerrerenses”.

-¿Su hijo fue una víctima colateral de la violencia?.

-Colateral, exactamente. Al igual que el otro muchacho que falleció.

-¿A un año no se sabe absolutamente nada de las investigaciones?.

-Nada, no se sabe nada. Está impune totalmente.

“A mí lo que más me preocupa de las autoridades que no investigan, que no hacen nada, es que ahora con la reforma (judicial), tampoco va a servir de nada, más que para tener a los jueces y a los magistrados de su lado, puesto que no hicieron lo que tenían que hacer; comenzar por las fiscalías, por los ministerios públicos, que son las gentes más cercanas a la sociedad para que pudiéramos tener avances en los casos”.

A un año del asesinato de su hijo, declaró que las autoridades “son unas fracasadas, que es un narcogobierno el que opera en Guerrero, como en todo México, y que la verdad no sirven para nada, son una vergüenza”.

El 19 de agosto, María Amparo Hinterholzer Rodríguez, hermana de Enrique, quien colabora para el Observatorio Nacional Ciudadano, escribió en El Universal que “la experiencia de querer obtener justicia y ser víctima en Guerrero, es un camino empedrado difícil de cruzar”.

Contó en su artículo el caso de su hermano, de 30 años, “cuya vida fue arrebatada a manos del crimen organizado y la incapacidad de un Estado para brindar seguridad y paz”.

Escribió que el primer contacto con la Fiscalía se realizó en la Unidad de Atención Temprana, para dar inicio a la carpeta de investigación de oficio y aportar información personal de mi hermano. “El trato que brindaron fue frío, indiferente y poco empático, se enfocaron en realizar preguntas para recopilar información. Nos ofrecieron apoyo psicológico sin mayores detalles o seguimiento para concertar una cita”.

Sin embargo, reprochó que nadie del personal pudo otorgarles información básica: “dónde estaban ubicadas las Unidades especializadas, si la carpeta ya había sido canalizada o quién era el agente investigador a cargo. En todo momento inspiran la sensación de no querer ayudar o de decidir desentenderse para evitar el compromiso”.

Contó que al inicio obtuvieron información errónea respecto a la Unidad en que podían recoger los objetos personales de su hermano.

“Se notó una clara falta de comunicación y coordinación entre las unidades. Ambas partes se excusaron del exceso de trabajo que tenían y, por eso, se retrasó la entrega de las pertenencias”.

Para eso, según María Amparo, habían pasado aproximadamente de dos a tres semanas, “cuando pudimos tener contacto con el agente del Ministerio Público. Dado que la Unidad de Homicidios se estaba re acomodando, el agente no tenía oficina dónde atendernos, por lo que los primeros contactos se dieron en los pasillos de la Fiscalía”.

Refirió en su escrito que en esta situación “tan carente de formalidad y confidencialidad, se nos entregaron parcialmente los objetos personales de mi hermano, además, se nos proporcionaba información (incluyendo posibles hipótesis) que estaba a la escucha de cualquier persona que transitara por ahí”.

También descubrieron que el personal había extraviado diligencias. “Esto debido a que en un inicio, observamos que cuando la Unidad recibe una diligencia, lo colocan en una carpeta entre el montón de asuntos acumulados, para después coserlo a su expediente. Sin embargo, la abrumadora cantidad de casos que manejan, hizo que se traspapelara”.

Contó que, finalmente, decidieron dejar de acudir a la Fiscalía y acudir a Asuntos Internos para externar la situación. “De esto, solamente se recibió una llamada para solicitar información de la carpeta, sin embargo, desconocemos qué pasó con la queja”.

“En vista de la situación, después de casi un año de la pérdida de mi hermano, de múltiples visitas y horas invertidas; de malos tratos, poca capacidad de atención y contención a las víctimas, desconocemos si hay algún tipo de avance, o si habrá. La teoría indica que nos tienen que informar sobre los avances de la investigación, sin embargo, eso no ha sucedido. Lo único certero es que no habrá justicia para Enrique Hinterholzer Rodríguez”.

 

Texto: Zacarías Cervantes / Foto: Jesús Eduardo Guerrero