17 enero,2023 1:36 pm

“A ver si dejo el vicio”, dice boleador del Zócalo de la nueva prohibición de fumar

 

Acapulco, Guerrero, 17 de enero de 2023. El señor Mario Olea de 62 años, fuma desde los 32. El vicio le nació porque su papá, quien falleció hace ocho años, fumaba puro, pero con la prohibición de fumar en espacios abiertos espera le ayude a dejarlo.

El hombre trabaja como bolero en el Zócalo de Acapulco, ahí en un rincón limpia el calzado de aquellos que lo solicitan por 30 pesos.

Como todos los días don Mario en un espacio libre de trabajo, agarró su cigarrillo y tranquilamente le prendió fuego y le dio un jalón de aire con la boca. Segundos después exhaló el humo que se esparció por el Zócalo.

El señor reconoció que no sabía de la nueva disposición que prohíbe fumar desde este domingo en espacios abiertos, parques, restaurantes incluso con espacios especiales para fumadores

“No sabía que había entrado en vigor la prohibición, yo trabajo y siempre que trabajo me echo mi cigarro”.

Compartió que él comenzó a fumar cuando tenía alrededor de 32 años. Dice que su papá fumaba puro, pero él no pudo, porque era muy fuerte, y optó por los cigarros.

En un día llega a fumar seis cigarrillos. La cajetilla que compra trae 14 piezasn yle dura dos días.

–¿Qué opina de la nueva Ley que prohíbe fumar en espacios abiertos?

–Pues es bueno y a la vez malo. Uno tiene su vicio, y si no lo haces te ponen nervioso, y a la vez es bueno, porque evitas fumar, porque es un bien para los pulmones y para que uno no se enferme, yo lo comprendo de esa forma.

–¿Cuál sería su opción para poder fumar aquí?

–Sirve que uno deja el vicio.

El hombre dice que tenía otro vicio igual de dañino que el cigarro, el alcohol, pero lo dejó hace 16 años por problemas de salud.  Si deja de fumar reconoce que le traerá beneficios a sus pulmones pero tajante afirmó que para él, el Covid-19 no existió y que fue otro invento del gobierno, por eso no usa cubrebocas y no se ha enfermado.

Dice que su oficio para él es el ánimo de seguir adelante cada día. Lo aprendió de su papá quien falleció hace ocho años. Desde hace 40 años se sienta en el zócalo a bolear zapatos. En promedio al día bolea diez pares. En el recorrido en el Zócalo, y la zona del Malecón se observó a otras personas fumar, incluso a turistas extranjeros, y al ser abordadas y preguntarles si sabían de la nueva disposición indicaban que no, y prometían apagar su cigarrillo.

También se le preguntó a los policías municipales que daban recorridos en el centro del puerto, quienes indicaron que sabían de la disposición porque se enteraron de las noticias pero no se les había dado ninguna orden para llamar la atención a las personas, amonestarlas o realizar alguna otra acción.

En las tiendas de conveniencia se observó que los anaqueles donde se mostraban las distintas marcas de cigarros fueron cubiertas con plástico negro, y las vendedoras indicaron que es por la nueva disposición pero que si los clientes preguntaban y decían que marca querían venden las cajetillas sin mayores complicaciones, siempre que sean mayores de edad.

Texto: Jacob Morales Antonio