LA POLÍTICA ES ASÍ
Ángel Aguirre Rivero
La crisis en que se sumió Guerrero y en especial el municipio de Acapulco, será recordada por muchas cosas. Las situaciones que se vivieron en las horas previas, durante, y en las horas y días siguientes al paso del huracán Otis, nos deben servir como aprendizaje. Entender lo que ocurrió es vital para no repetir errores.
He estado atento a los debates que se han suscitado en la Cámara de Diputados federal y en el Congreso local. Percibo con tristeza un diálogo roto, una cerrazón a establecer entre todas las fuerzas políticas, un acuerdo que dé certeza a Guerrero, para dar paso a una nuevo inicio en Acapulco.
También he visto que existe una polarización de los actores políticos, algunos de manera pública, otros desde el anonimato. Como sea, es lamentables que se pretenda utilizar la desgracia para mover el ánimo de los electores.
Me preocupa Acapulco, me preocupa mi estado, también me ocupo pero no es el espacio para dar cuenta de ello.
No tengo el ánimo de criticar, pero es necesario reflexionar y ser propositivos en estos momentos aciagos que viven mis paisanos.
Veo que muchas personas que aún no han sido censadas, no saben bien a bien cuál será su destino, particularmente las que viven en departamentos o condominios, sobre todo a la luz del anuncio que se hizo de que el censo ya se cerró.
Estimo pertinente que se definan muy bien los criterios de quiénes tienen derecho a recibir la ayuda del gobierno federal y establecer los suficientes módulos de Bienestar para que aquellos que no lograron ser incluidos en el censo, particularmente las familias más pobres, tengan la oportunidad de registrarse.
La contaminación de la ciudad persiste. El problema de acumulación de la basura no se resolverá con brigadas de limpieza, a quienes se reconoce su esfuerzo, sino de maquinaria y una gran cantidad de camiones recolectores, que deben de ser contratados de distintas entidades del país; y pedir el apoyo a gobernadores y gobernadoras amigas que ayuden a salvar la emergencia enviando sus servicios de limpia como lo hicimos durante Ingrid y Manuel y durante Paulina.
Se podrá aducir que por ahora no se tienen recursos para contratar cientos de camiones recolectores y maquinaria especializada para acabar de tajo con el problema de la basura, pero eso es secundario, hay que contratar ya, pero ya, a ese tipo de empresas, y después se verá cómo se les paga. Acapulco no puede exponerse a una posible crisis sanitaria, la tarea de un gobernante es tomar las decisiones en el momento preciso.
De nuestra propuesta de iniciar cursos de capacitación en diversos oficios como carpinteros, vidrieros, electricistas, fontaneros, albañiles y otros, no veo evidencia de que se haya puesto en marcha, no ha encontrado eco o no se informa al respecto. Por lo pronto estimo que hay que traer gente de la Ciudad de México u otras latitudes para la reparación de casas y condominios.
Aún no se ha entendido que miles y miles de acapulqueños no tendrán de qué vivir después de tres meses que concluyan los apoyos del gobierno federal. Entonces vendrá la verdadera crisis –sin ser ave de mal agüero–, pues habrá hoteles, restaurantes y centros turísticos que les llevará uno, dos o hasta tres años en volverse a levantar. Y habrá otros que tristemente, si no cuentan con el apoyo del gobierno federal a fondo perdido, tendrán que cerrar sus puertas. No hablo de Las Brisas, ni del Mundo Imperial. Veo con preocupación que ha empezado el despido de cientos de trabajadores.
De la deforestación hagamos algo como sociedad civil, no esperemos a que el gobierno lo inicie, sembremos cada familia uno o dos o tres árboles en nuestros hogares, Otis se llevó una gran parte de nuestra flora.
Y vale la pena preguntar: ¿Qué significa decir que existen recursos para Guerrero sin que se conozca un diagnóstico preciso de la problemática, así como las soluciones en el corto, mediano y largo plazo?
¿Cuáles son las reglas de operación de los presupuestos que ha anunciado el gobierno federal? No existen o no las conocemos. ¿Qué dependencias los van a ejercer, en qué cantidad?, ¿cuáles son las acciones, sus metas y plazos de ejecución?
¿Cuáles serán los programas para apoyar a las micro, pequeñas y medianas empresas, y sobre todo, a los que trabajan por cuenta propia?
Los municipios no incluidos en la emergencia, ¿qué suerte correrán? Ellos también son guerrerenses, también son mexicanos, también les urge la ayuda. ¿Hasta cuándo?
Por último, confío en la voluntad del presidente Andrés Manuel López Obrador y en su palabra. Tal vez muchos no estemos de acuerdo en sus formas, pero creo que él entiende como lo ha dicho, que la recuperación de la actividad turística, la atención inmediata de la contingencia y la preservación de la seguridad pública, son los temas prioritarios que ya resuelve su gobierno. En los meses que siguen, se irá despejando la incertidumbre.