Ciudad de México, 16 de octubre de 2023. El Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) señala en su reporte anual que Acapulco tiene un déficit de 58 mil viviendas y Chilpancingo de 22 mil, es decir, hay más familias buscando un espacio para vivir, que el total de viviendas disponibles y con condiciones mínimas habitables, como la calidad del material de construcción, el hacinamiento y el acceso al agua.
Y son los jóvenes menores de 40 años el grupo poblacional que más tiene dificultades para formar un hogar en una vivienda independiente, debido a los altos precios, señala el Reporte Anual de Vivienda 2023, publicado el jueves pasado.
Además, Guerrero reporta un menor número de créditos Infonavit tramitados respecto al promedio nacional, lo que sugiere que los salarios son bajos y los trabajadores cotizan menos años.
De acuerdo con la definición que utiliza el Infonavit, “el déficit de vivienda consiste en la diferencia entre la cantidad de viviendas “objetivo” requeridas por el incremento neto de los nuevos hogares que demandan vivienda y el acervo total de viviendas disponibles y habitables para residencia principal”.
Los datos utilizados provienen del censo de 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Las viviendas “objetivo” incluyen aquellas censadas aquel año y las “faltantes”, es decir, las personas de entre 15 y 39 años que no han podido formar un hogar en una vivienda independiente “debido a los altos precios de la vivienda”.
Por otro lado, el acervo de viviendas disponibles y habitables, incluye las viviendas particulares de residencia permanente no las de uso temporal, y que no sufran alguna de estas carencias: calidad estructural del inmueble; es decir, si el piso es de tierra o el techo de cartón; si hay espacio suficiente (más de 2.5 personas por cuarto); el acceso a agua potable, al drenaje, la luz eléctrica; y el uso de leña o carbón para cocinas sin chimenea.
La investigación del Infonavit encuentra que hay un déficit de 1.2 millones de viviendas en las 74 zonas metropolitanas del país, “considerando las características de la vivienda (déficit cualitativo), y la relación entre hogares y viviendas (déficit cuantitativo)”.
En términos porcentuales, el déficit de viviendas se traduce en 5.6 por ciento de los hogares a nivel nacional que requiere una vivienda. Esto significa “que la tendencia de la producción no ha logrado satisfacer las crecientes necesidades habitacionales de los hogares mexicanos, pues el crecimiento anual promedio de las viviendas particulares es 0.8 puntos porcentuales más bajo que el crecimiento de los hogares”.
El Valle de México es el área metropolitana que mayor concentra este problema, pues son 5.9 millones de viviendas habitables y por el otro lado, son 6.2 millones de parejas conformadas como hogar y 119.7 mil que no lo hicieron “ante el crecimiento de los precios de la vivienda”.
La resta entre las viviendas habitables y las parejas conformadas como hogares y las que vivir es un espacio independiente por dinero, resulta en un déficit de 589 mil viviendas. Las siguientes áreas metropolitanas con más déficit de viviendas son Tijuana (105 mil), Poza Rica (61.6 mil) y Cancún (58.7 mil).
Luego se encuentra Acapulco con un déficit de vivienda de 58 mil. Sólo otra área metropolitana de Guerrero está incluida en la lista y es Chilpancingo, que reporta un déficit de 22 mil viviendas.
Monterrey, Pachuca y Guadalajara reportan, al contrario, un superávit de vivienda por los niveles altos de viviendas disponibles y menos viviendas inhabitables por alguna carencia de espacio o servicio. Es decir, la ciudad regiomontana tiene 40 mil viviendas más que las que demandan los habitantes, la capital de Hidalgo tiene 22 mil y la capital de Jalisco 3 mil viviendas de más.
El Infonavit prevé que entre 2020 y 2030, la cantidad total de hogares buscando vivienda en el país habrá crecido 1.95 por ciento anual, 0.25 puntos porcentuales más que el 1.7 por ciento del promedio anual de crecimiento del acervo de viviendas particulares. Por ello, encomienda a “generar soluciones que aseguren el acceso equitativo a viviendas seguras, adecuadas y asequibles para las personas que habitan el país”.
Entre los indicadores destaca que ha disminuido el número de créditos formalizados por año en Guerrero, en el 2018 fueron 3 mil 800, subieron a 3 mil 900 en 2019 y a partir de 2020, en el inicio de la pandemia de Covid-19, bajaron, primero a 2 mil 900 y en 2022 a 2 mil 200, una de las cifras más bajas del país.
Y es que el promedio del país indica que entre más cotizan los trabajadores afiliados y tienen mejores salarios, existe una mayor probabilidad de que tramiten un crédito Infonavit, como en Nuevo León, donde el sueldo mensual es de 9 mil 539 pesos en promedio y la media es de 5.7 años cotizados.
En este estado del norte de México, el 60 por ciento de los trabajadores con más de 15 años cotizando ha tramitado un crédito Infonavit, el promedio del país es de 50 por ciento y en Guerrero desciende a un 30 por ciento con estos años cotizados y un crédito originado.
Texto: Ramón Gracida Gómez / Foto: Archivo
