13 enero,2023 5:34 am

Aerobús y Maribús para Acapulco

La política es así

Ángel Aguirre Rivero

 

Cuando inicié mi segundo gobierno, trabajamos a marchas forzadas para concretar un proyecto que me había trazado desde mi campaña. Se trataba del Acabús, proyecto para mejorar la movilidad y que modernizó la infraestructura urbana de Acapulco; fue evaluado como uno de los mejores en América Latina.

En ese entonces, me acerqué de inmediato a los directivos del Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin), con quienes hicimos una mezcla de recursos para la elaboración del proyecto. Pocos meses después, detonamos la inversión de uno de los sistemas de transporte más modernos de nuestro país.

Es cierto que el proyecto (ya vuelto realidad) ha enfrentado algunos problemas administrativos y operativos que poco a poco han sido sorteados. El modelo de trabajo del Acabús funciona bien en la Ciudad de México, y bien puede estudiarse la forma en que se trabaja en la capital del país para retomar sus buenas prácticas. Espero que el Acabús mejore su eficiencia y atención, a partir de que fue concesionado a la iniciativa privada.

Debo reconocer que esta magna obra fue concluida gracias al sentido de responsabilidad del entonces gobernador Héctor Astudillo Flores, quien otorgó los apoyos y facilidades necesarias para su continuidad.

El propósito de mi gobierno, era heredar un sistema de movilidad completo para nuestro querido puerto de Acapulco, por ello elaboramos dos proyectos adicionales: el Maribús y el Aerobús.

Tengo conocimiento que el gobierno que encabeza la maestra Evelyn Salgado Pineda en coordinación con Banobras, están por suscribir un convenio para actualizar el estudio del Aerobús y poder detonar un proyecto con una inversión de más de 2 mil 500 millones de pesos, los cuales tendrían que ser aportados por el gobierno federal a través de la Sedatu.

Dado que hoy el Fonadin ya no realiza ese tipo de inversiones, aunque hay también inversionistas privados interesados en participar en este proyecto modernizador, sin duda una gran noticia para Guerrero y para Acapulco.

El Aerobús es un sistema de tranporte que ya funciona en la Ciudad de México, y en ciudades como Medellín en Colombia; Mérida en Venezuela; y la Paz, en Bolivia que poseen altas colinas. Son de probada eficiencia porque facilitan la movilidad de los ciudadanos en esos lugares de difícil acceso para el transporte ordinario.

El proyecto contempla instalar uno en palma Sola, para enlazarlo con su zona arqueológica; otro en la Unidad Deportiva Acapulco para conectarlo con la Avenida Adolfo Ruiz Cortinez, y un tercero que enlazaría el Zócalo con el Mercado Central.

Seguramente en su momento dicho proyecto tendrá que ser consensuado con los diversos sectores de la comunidad acapulqueña.

Por lo que toca al Maribús, en mis últimas charlas con el ingeniero Carlos Slim, siempre mostró un gran interés en participar, que no costaría nada al gobierno municipal ni al gobierno del estado.

El Maribús es un sistema marítimo de transporte de pasajeros, que recorrería varios puntos de la bahía, que permitiría acortar los tiempos de traslado, y en el caso de los turistas, sería un magnífico paseo. El éxito empresarial del sistema estaría garantizado y brindaría un gran servicio en el tema de la movilidad.

Sin embargo alguien me ha informado la oposición de la alcaldesa Abelina López, no sé cuáles sean sus argumentos, convendría tal vez que conozca las bondades de esta inversión.

Hace poco dije que cuando existen programas y proyectos a los que se les puede dar continuidad sin importar el tiempo político en que se hayan hecho, habla de una actitud madura, lo que le sirva al pueblo, que siga en beneficio del pueblo.

 

Del anecdotario

 

Se trata de un supuesto diálogo entre Porfirio Díaz y Francisco I. Madero.

–Panchito ¿qué carajos haces aquí?

–Vengo a verlo, don Porfirio. Muchas noches he venido, pero usted no se inmuta.

– ¿Estoy muerto entonces?

–No, aún no. Casi.

–Hierba mala nunca muere dicen.

–Así es, don Porfirio ¿No le da pena? Debería ya morirse, liberarnos de su presencia. Usted, don Porfirio, pudo irse por la puerta grande ¿por qué mintió diciendo que se iría, que convocaria a elecciones? ¿Pensaba morirse siendo presidente ? Es inútil, don Porfirio. Pensé que se arrepentiría, que al menos pensaba morir en paz.

–Soy un soldado, Panchito. Un militar. La mitad de mi vida me la pasé peleando. En medio de una batalla o de otra. La otra mitad de mis años la ocupé en evitar más guerras, en construir la paz… ¡La paz que tú echaste a perder con tus sueños de democracia! ¿Cuántos Santa Ana más quieres en México?, ¿cuantos Victoriano Huerta?

–No me lo mencione, don Porfirio. Es uno de los suyos, uno de sus leales, no lo olvide.

–Si algo comprendes cuando haces política, es que no hay leales. No existe la lealtad, todo es negociación, todo es precario, efímero. Los amigos de un día son los enemigos de la mañana siguiente…

¿A cuántos políticos de mi estado le ajusta este párrafo?

(De la novela política de Pedro Angel Palou, Pobre Patria Mía).

Vale la pena la lectura de este excelente texto.

La vida es así…