10 julio,2019 7:25 am

Ahora la firma Louis Vuitton plagia diseños indígenas; Alejandra Frausto pide explicación

 
Ciudad de México, 10 de julio de 2019. La secretaria de Cultura federal Alejandra Frausto Guerrero, secretaria de Cultura, envió una carta a Héctor Pardo, director de Comunicación y Relación con clientes Louis Vuitton México, Centroamérica y el Caribe; para conocer si para la elaboración de la silla modelo R98619 consultaron a la comunidad de Tenango de Doria, Hidalgo.
La silla pertenece a la colección Dolls by Raw Edges, por ello “nos sentimos obligados a consultarles, de manera respetuosa, si para la elaboración de la silla buscaron, y en su caso, contaron con la colaboración de la comunidad y de sus artesanos”, dice el texto.
En la misiva, fechada el 5 de julio, Frausto Guerrero señaló que “México no está cerrado al diálogo con el mundo”, al contrario, por ello, “les proponemos participar en una mesa de trabajo donde dialoguemos a la par empresa, gobierno y comunidades”.
La carta no es la primera que envía Alejandra Frausto a una firma de moda, pues el 10 de junio, la secretaria de Cultura pidió a los diseñadores Carolina Herrera, fundadora de la marca del mismo nombre, y a Wes Gordon, director creativo de la compañía y quien encabeza la colección, dar a conocer los fundamentos para hacer uso de elementos culturales de Hidalgo, Oaxaca y Coahuila, que están presentes en diferentes prendas de la colección Resort 2020.
“(Solicito que los diseñadores) expliquen públicamente con qué fundamentos decidieron hacer uso de elementos culturales cuyo origen está plenamente documentado, y cómo su utilización retribuye beneficios a las comunidades portadoras”, dice la carta anterior.
En la colección Resort 2020 aparecen los modelos 8 y 23, con bordados originarios de Tenango de Doria, Hidalgo; los modelos 11 y 13 que incorporan bordados del Istmo de Tehuantepec; así como los modelos 14 y 16 que incorporan el sarape Saltillo.
Instituciones y artesanos como Martha Caro Castillo, de San Nicolás, de Tenango de Doria, se han sumado a las protestas.
Caro Castillo envió una carta a Alejandra Frausto, en la expresó su “enojo por el constante uso de nuestros dibujos y diseños de marcas del mundo, como ahora lo hace Carolina Herrera, sin tomarnos en cuenta. Solicitamos su apoyo para evitar estos abusos”.
Historial de apropiaciones
A finales de septiembre de 2018 artesanas de la localidad de Aguacatenando, Chiapas, denunciaron que Zara plagió su bordado tradicional y que ellas usan diariamente.
La artesana María Méndez dijo entonces que el plagio les afectaba porque la gente ya no les compraba a ellas porque lo podían encontrar en una tienda o que eran parecidos. “Perdemos ese beneficio, que es nuestro principal sustento en el hogar”.
Meses antes, en junio, la cadena Liverpool también estuvo en una polémica pues puso a la venta unos tenis de la marca That’s it que tenían como estampados una serie de tenangos.
En esa ocasión clientes de la tienda exhibieron el caso en redes sociales, por lo que promotores culturales y artesanos enviaron una carta a los directivos de la empresa para señalar un posible caso de plagio y violación de los derechos culturales.
Entre octubre y noviembre de 2017 artesanos de Tenango de Doria estuvieron en litigio con dos empresas diferentes: Nestlé y Mango, las cuales tomaron diseños artesanales y los emplearon en sus propios productos.
La firma española de ropa lucró con los bordados de Tenango de Doria, Hidalgo, al vender en sus sucursales y su tienda en línea prendas con valor entre mil 599 pesos y blusas de 899 pesos.
Kenia Montiel Pimentel, subsecretaria de Participación Social y Fomento Artesanal de la Secretaría de Desarrollo Social de Hidalgo, asegura que es toda una cosmovisión lo que tienen los tenangos y que el área jurídica de la dependencia analizó acompañar a las artesanas en la denuncia penal ante el Ministerio Público.
En julio de 2016 se dio a conocer una petición en la plataforma Change.org contra la marca de ropa Rapsodia, la cual se habría apropiado de iconografìa de la comunidad de San Antonino Castillo Velasco, Oaxaca. En el mensaje se leía que la empresa se aprovechaba de la desigualdad de oportunidades y mercados para que los creadores no pudieran comercializar sus productos bajo precios justos.
Antes de la polémica por la marca Rapsodia, a finales de 2015 la diseñadora francesa Isabel Marant estuvo en una controversia luego que reprodujera los bordados de huipil de indígenas mixes de Santa María Tlahuitoltepec.
La comunidad de cerca de 10 mil habitantes rompió el silencio ante los rumores de que la empresa poseía una patente legal por los bordados. La empresa Antik Batik llevó a Marant ante los tribunales. La diseñadora francesa reconoció la apropiación del arte mixe en sus estampados.
Isabel Marant retiró las blusas de los aparadores, donde se vendían a unos 290 dólares. “Se deben vender, pero debe ser la confección, las ganancias, las atenciones para el pueblo mixe, no para otra persona, no de otras empresas”, dijo en esa ocasión Carmelitana Vázquez, regidora de Asuntos Educativos y Culturales de Tlahuitoltepec.
Texto: Redacción / Fotocomposición: El Sur