Texto: DPA/ Foto: EFE
San Juan, Puerto Rico, 6 de julio de 2018. El Gobierno de Puerto Rico se mantenía hoy en alerta ante la trayectoria de Beryl, que se convirtió en la madrugada en huracán sobre el Atlántico y se espera que pase cerca de la isla el domingo en la noche o el lunes de madrugada.
El más reciente boletín del Servicio Nacional de Meteorología de Estados Unidos pronosticó que el ciclón debe debilitarse en los próximos días, pero aún así pasaría al sur de Puerto Rico como una tormenta tropical.
El gobernador Ricardo Rosselló Nevares mantuvo reuniones el jueves y volverá a encontrarse hoy con su equipo de emergencias para repasar los planes para enfrentar cualquier incidencia provocada por este sistema.
Roselló anunció que el domingo se abrirán los refugios que administra el Departamento de la Vivienda local para aquellas personas que viven en zonas de peligro.
A pesar de que se considera este sistema como uno pequeño y que debe pasar a unos 120 kilómetros al sur de Puerto Rico, se espera que traiga cuantiosas lluvias sobre todo el territorio, particularmente las regiones sur y oeste de la isla, que el año pasado resultó devastada por el huracán Maria.
La mayor preocupación en la isla es el hecho de que aún hay miles de residencias con toldos o lonas como techos, tras los daños causados por María en septiembre pasado, y que no resistirán ningún tipo de viento ni la cantidad de lluvia que se espera.
También preocupa la fragilidad del sistema eléctrico, que aún no se recupera del impacto de María.
El meteorólogo Gabriel Lojero advirtió que “la ciudadanía se tiene que mantener atento a los pronósticos”. “Hay mucha incertidumbre de la trayectoria y de la intensidad”, señaló en declaraciones al diario El Nuevo Día.
Beryl tiene vientos máximos sostenidos de 130 kilómetros por hora, con ráfagas más fuertes, y se pronostica intensificación adicional durante los próximos días. Se anticipa que el huracán se debilite una vez alcance el este del Mar Caribe.
El más reciente boletín del Servicio Nacional de Meteorología de Estados Unidos pronosticó que el ciclón debe debilitarse en los próximos días, pero aún así pasaría al sur de Puerto Rico como una tormenta tropical.
El gobernador Ricardo Rosselló Nevares mantuvo reuniones el jueves y volverá a encontrarse hoy con su equipo de emergencias para repasar los planes para enfrentar cualquier incidencia provocada por este sistema.
Roselló anunció que el domingo se abrirán los refugios que administra el Departamento de la Vivienda local para aquellas personas que viven en zonas de peligro.
A pesar de que se considera este sistema como uno pequeño y que debe pasar a unos 120 kilómetros al sur de Puerto Rico, se espera que traiga cuantiosas lluvias sobre todo el territorio, particularmente las regiones sur y oeste de la isla, que el año pasado resultó devastada por el huracán Maria.
La mayor preocupación en la isla es el hecho de que aún hay miles de residencias con toldos o lonas como techos, tras los daños causados por María en septiembre pasado, y que no resistirán ningún tipo de viento ni la cantidad de lluvia que se espera.
También preocupa la fragilidad del sistema eléctrico, que aún no se recupera del impacto de María.
El meteorólogo Gabriel Lojero advirtió que “la ciudadanía se tiene que mantener atento a los pronósticos”. “Hay mucha incertidumbre de la trayectoria y de la intensidad”, señaló en declaraciones al diario El Nuevo Día.
Beryl tiene vientos máximos sostenidos de 130 kilómetros por hora, con ráfagas más fuertes, y se pronostica intensificación adicional durante los próximos días. Se anticipa que el huracán se debilite una vez alcance el este del Mar Caribe.
