1 julio,2024 9:17 am

Alto a la violencia y justicia para los crímenes de odio, reclaman en las marchas LGBTTTIQ+ en el país

 

Se movilizan decenas de miles, con las banderas multicolor, por el Día del Orgullo

 

Ciudad de México, 1 de julio de 2024. La conmemoración de la diversidad sexual convivió con los reclamos de justicia para los casos de crímenes de odio y para víctimas de desaparición que forman parte de la comunidad LGBTTTIQ+.

El sábado, durante la 46 Marcha del Orgullo, que partió del Ángel de la Independencia hacia el Zócalo, Paseo de la Reforma se convirtió en un hervidero de banderas y sombrillas multicolor.

Más de 150 mil personas asistieron a la movilización en la capital del país, según datos del comité organizador del Gay Pride 2024.

En medio de la marea arcoíris, un ataúd blanco avanzó lentamente sobre los hombros de las personas del Bloque Disidente.

En el féretro estaba escrito el nombre de Ociel, en referencia a Jesús Ociel Baena, la primera persona no binaria en ocupar una magistratura Judicial en México y América Latina, quien fue asesinado de manera violenta el pasado 13 de noviembre.

Para la población de mujeres trans, la 46 Marcha del Orgullo LGBT+ de la Ciudad de México no podía ser un festejo, y buscaron que fuera un acto de protesta y lucha.

En la capital del país se han cometido nueve casos de transfeminicidios en lo que va del año, por lo que los gritos de “No siento orgullo, yo siento rabia” resonaron en las calles.

“Marchamos por nuestras hermanas, por nuestras amigas que salieron a la calle y no regresaron y, peor, que, cuando fuimos a buscarlas, nadie sabía nada de ellas y sólo se burlaron o nos revictimizan”, dijo Sara Ortiz, una mujer trans que exigió justicia.

Alejandra, Vanessa, Devanny, Trinity, María Cristina, Barbie, Julitza, Dany, Jossi, Eva y Ximena son algunos de los nombres escritos en el ataúd, todas víctimas de transfeminicidio.

Jacqueline Valderrábano, integrante del colectivo LLECA, dedicado a la atención de personas de la diversidad sexual en situaciones de calle, fue una de las mujeres trans que se ofreció para cargar el féretro durante el recorrido, “A todas nos han discriminado y queremos luchar por nuestros derechos, no merecemos vivir con miedo, por eso marchamos, para que las chicas trans tengan la oportunidad de tener un trabajo digno, vivienda, salud, para salir a la calle sin miedo”, señaló la activista.

El ataúd avanzó al paso de consignas de la lucha en medio de la celebración.

 

Fiesta sí, pero sin olvidar la causa

“No nos oponemos a que haya fiesta, pero tiene que tener un sentido social, no podemos olvidar todo lo que nos costó como comunidad llegar hasta este punto en el que podamos salir sin miedo a la represión”, aseguró Jacqueline Valderrábano.

El Día Internacional del Orgullo LGBTTTIQ+ (lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersexuales y otras identidades y orientaciones) se conmemora desde 1970, luego de la Revuelta de Stonewall, en Nueva York, Estados Unidos, la cual consistió en una serie de protestas contra una redada policial ocurrida la madrugada del 28 de junio de 1969 contra esta comunidad.

De acuerdo con varias organizaciones civiles, en lo que va de este año se han registrado al menos 30 feminicidios a mujeres trans en el país, nueve de estos en la Ciudad de México, el más reciente tan sólo un día antes de la marcha.

El viernes, una mujer trans fue apuñalada en la alcaldía Gustavo A. Madero, luego de que, a decir de vecinos, tuvo un altercado con su agresor, quien la persiguió hasta un camellón.

La consigna general de este año fue la lucha contra los discursos de odio y la exigencia de justicia en casos de desaparición de personas LGBT+, crímenes que no suelen tratarse con perspectiva de género y cuyo seguimiento generalmente depende de las familias.

 

Sigue la búsqueda

Guadalupe Galindo, madre de Jorge Ángel Vázquez, asistió a la marcha, no de la mano de su hijo, como era el plan, sino con una cartulina con la ficha de búsqueda del menor emitida el 10 de junio por la Fiscalía de Morelos.

Galindo viajó desde Cuautla a la Ciudad de México porque los indicios de la Fiscalía estatal indican que Jorge Ángel fue visto por última vez cerca del Metro Viaducto.

“La idea era venir juntos, él siempre quiso venir a la marcha de la Ciudad; lo último que supimos es que iba en camino a la prepa y después desapareció. La Fiscalía sólo me dio un oficio para solicitar apoyo de la policía”, explicó.

 

Sólo encuentran burlas y revictimización

Marchamos por nuestras hermanas, por nuestras amigas que salieron a la calle y no regresaron y, peor, que, cuando fuimos a buscarlas, nadie sabía nada de ellas y sólo se burlaron o nos revictimizan”.

Expresó Sara Ortiz, una de las manifestantes.

“Fuera marcas” y “sin justicia, no hay orgullo”, gritaron durante la protesta.

Para Concepción Castillo, asistente asiduo de la marcha por más de 30 años, la celebración y el festejo del orgullo no puede concebirse sin la memoria, sin el reclamo y sin la exigencia de justicia.

 

Acciones desde otros estados

En diversos estados se vivió un ambiente de fiesta por el orgullo LGBTTTIQ+, pero también de protesta para exigir un alto a la discriminación y los crímenes de odio.

En Durango, este año se dedicó la marcha a le magistrade Ociel Baena, a quien atacaron y mataron el 13 de noviembre de 2023.

Mientras la versión de la fiscalía estatal fue asesinato cometido por su pareja, la comunidad de la diversidad sexual señala que fue un crimen de odio.

Los abanicos multicolor como el que presumió Baena, la primera persona no binaria en América Latina en llegar a una magistratura electoral, fueron agitados en la movilización que lleva el lema: “Por Ociel Baena y la comunidad No Binarie”.

El contingente que participó en la Segunda Gran Marcha del Orgullo LGBTTTIQ+ partió de Gómez Palacio, con un recorrido del Parque Victoria a la Torre Eiffel.

En Tijuana, Baja California, los manifestantes se empezaron a concentrar en la zona centro desde antes de las 17:00 horas del sábado.

Sobre avenida Revolución desfilaron carros alegóricos con equipos de sonido como parte de las actividades de la Marcha “Unidos por la inclusión”.

“¡Inclusión, no discriminación!”, gritaron algunos a su paso.

En esta movilización se vio a un grupo cargar un ataúd para reprochar los asesinatos que, acusan, fueron por intolerancia y odio a miembros de la comunidad.

En Irapuato, Guanajuato, pese a la lluvia, decenas realizan la marcha por el Parque Irekua.

“De Harry Potter aprendí que nadie merece vivir en un armario”, “Mamá, papá, adivina, no es una etapa de mi vida”, se leía en algunas pancartas.

En Tapachula, Chiapas, marcharon, pero también pintaron las avenidas de los colores del arcoiris.

En Zamora, Michoacán, se movilizaron en la zona centro desde las 16:00 horas.

También desfilaron con carros alegóricos y mostraron fotografías de personas de la comunidad de la diversidad sexual que han sido asesinadas.

En Zacatlán de las Manzanas, Puebla, un grupo de 100 personas realizó una marcha por las calles del centro, con las banderas multicolor y el retrato de le magistrade, Ociel Baena, con un moño negro.

“Lo que no se ve no existe”, señaló un participante. También pintaron calles con los colores de la diversidad sexual.

Debido a la cercanía del huracán Beryl, la marcha en Cancún, Quintana Roo, se pospuso para el 6 de julio. Un día después, se realizará la Carrera Tacones y Pelucas.

 

Alivia un albergue el peso del estigma

Los migrantes de la comunidad LGBTTTIQ+, considerados de los más vulnerables entre quienes migran a Estados Unidos, encuentran alivio en albergues habilitados especialmente para protegerlos de la discriminación en la Ciudad de México.

Activistas los acogen, luego de haber huido de sus países por la estigmatización y la pobreza.

“Migrar es decidir volver a crear otra vida en otro lugar”, dijo Victoria Dávila, mujer trans de 23 años, quien abandonó su natal Venezuela por “situaciones de riesgo” que enfrentaba cotidianamente.

“Por ejemplo, la transfobia, los ataques en la calle y el rechazo a nuestras identidades e incluso que no nos daban ni siquiera trabajo”.

Dávila se encuentra en Casa Frida, un refugio creado en 2020 –en plena pandemia– para atender el creciente arribo de migrantes LGBTTTIQ+. La joven llegó a México hace cinco meses y desde hace dos vive en el albergue, que tiene sucursales en Tapachula –puerta de entrada de miles de migrantes en la frontera sur con Guatemala–, así como en Monterrey.

Los responsables del hospedaje capitalino comentan que los migrantes de la diversidad suelen ser víctimas de persecución, racismo, xenofobia o explotación sexual y laboral.

Participante del arte escénico drag, Victoria fue sometida por un empleador mexicano que le quitó los documentos y la forzó a realizar trabajo sexual sin pagarle. Por eso, llegar al refugio fue un alivio, pues asegura que halló “una familia” en la que fue “recibida, abrazada, respetada y validada.

“Casa Frida es un espacio de paz. Un espacio de libertad para ciertas personas, para poder expresar lo que realmente son”, afirmó Angélica Guzmán, abogada de 24 años y trabajadora social del albergue.

La apertura que halló en la capital del país ha animado a Victoria a quedarse, a diferencia de la mayoría de migrantes cuyo objetivo es Estados Unidos.

“La escena drag aquí en Ciudad de México es muy buena y muy bien recibida”, celebró.

Un grupo de expertos de la ONU concluyó en 2022 que las vulnerabilidades que enfrentan las personas LGBTTTIQ+ “se ven intensificadas por su estatus como migrantes, solicitantes de asilo, refugiados o desplazados internos”.

Mientras tanto, en Ciudad de México Victoria dice contar “con toda la valentía” para construir su propio futuro, “tengo que demostrar que soy y que existo y pues al que no le guste que mire hacia otro lado”.

 

Texto y foto: Agencia Reforma