Ciudad de México, 18 de diciembre de 2023. “Normalmente está lleno de turistas”, lamentó Abood Suboh en su tienda bufandas y bolsos en Belén, Palestina, considerada la cuna de Jesús y que cada año recibía miles de visitantes para celebrar la Navidad.
Pero, faltando unos días para el 25 de diciembre, los peregrinos han desaparecido y la Iglesia de la Natividad, construida en el lugar exacto que la tradición dice que nació Cristo, está desolada.
“La guerra lo detuvo todo”, añadió el comerciante de 30 años en alusión al conflicto que estalló entre Hamas e Israel desde el pasado 7 de octubre y ha dejado más de 18 mil muertos.
Aunque el enfrentamiento sucede en la Franja de Gaza y no en Cisjordania, territorio palestino donde se ubica Belén, el miedo y los estrictos controles de seguridad israelíes han espantado a los turistas.
Incluso, las órdenes religiosas renunciaron ya a cualquier celebración “inútilmente festiva” en solidaridad con las víctimas.
En medio del grave conflicto, sin embargo, pervive la esperanza de que el espíritu de amor de la temporada traiga de vuelta la calma.
“Que la proximidad de la Navidad refuerce nuestro compromiso en abrir caminos de paz”, dijo ayer el Papa Francisco al referirse a la guerra en Gaza.
Texto: Agencia Reforma / Foto: Custodia Terrae Sanctae
