29 mayo,2023 4:53 am

Antonio Deltoro en el recuerdo

La República de las Letras

Humberto Musacchio

 

Antonio Deltoro en el recuerdo

Al día siguiente de cumplir 76 años, murió Antonio Deltoro, quien nos deja como herencia una cuantiosa y trascendente obra poética, publicada en México, España y Colombia y reconocida con el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes , el Premio Iberoamericano de Poesía Carlos Pellicer y con el Premio que concede el Festival Internacional de Novi Sad, Serbia, entre otras distinciones. Tony Deltoro, hijo de refugiados republicanos de la guerra civil española, fue un hombre con firmes convicciones de izquierda, pero alérgico a los dogmas. En los años finales del sexenio criminal de Gustavo Díaz Ordaz, formó parte del comité de lucha de la entonces Escuela Nacional de Economía de la UNAM, hoy Facultad, donde se distinguió por su afán de poner las cosas en claro y, siempre que fue posible, por conciliar divergencias. Notable profesor de la UAM y la UNAM, durante 14 años impulsó la vocación de numerosos becarios de la Fundación para las Letras Mexicanas. Pese a ser un admirado creador, alguna vez dijo: “Yo creo que el reconocimiento siempre, y sobre todo en la poesía, es algo secreto. En general uno no conoce a sus lectores, y está bien que no los conozca. La fama me produce vértigo, y francamente nunca he pensado en mí como alguien destinado a la fama, sólo con que alguien me lea me pone muy contento”. Su muerte duele a quienes lo conocimos.

AMLO y los derechos de autor

En una nota firmada por la colega Claudia Guerrero (Reforma, 28/V/23), aparecen los ingresos de Andrés Manuel López Obrador: desde luego su remuneración como Presidente de la República, lo que recibe por la pensión para adultos mayores y las regalías por derechos de autor, todo correspondiente a 2022. Algunas personas le reprochan que reciba la pensión para adultos mayores, pero es algo absolutamente legal y legítimo, pues debemos recordar que se trata de un beneficio para todos los mexicanos mayores de 65 años. Lo que constituye una omisión notoria pero reparable, en lo referente a sus derechos de autor, que la reportera cifra en tres millones de pesos por el libro A la mitad de camino. Si las regalías fueran de 10 por ciento (en su caso son de 12 por ciento) eso supondría la venta de 150 mil ejemplares con un precio de tapa de 200 pesos o de 300 mil ejemplares si costara 100 pesos, lo que en cualquiera de estos dos casos implica un enorme éxito de librería, pero muy de acuerdo con los índices de popularidad del mandatario. En fin, que AMLO nada perderá con sumar sus derechos de autor a la declaración patrimonial, salvo los impuestos, pues la exención autoral sólo ampara 20 salarios mínimos alzados al año.

Litigio por libros de texto

La Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF) demandó que se detuviera la impresión de los libros de texto gratuitos porque “carecen de bases científicas, técnicas y pedagógicas, así como del profesionalismo académico que se requiere”. La juez Yadira Elizabeth Medina Alcántara otorgó una suspensión provisional en tanto se verificasen los procedimientos legales respectivos. Sin embargo, tres días después, un tribunal colegiado eliminó la suspensión, en espera de que la togada dictara o no la suspensión definitiva. Lo que el viernes determinó Medina Alcántara, fue que los libros sólo se podrán imprimir y distribuir si los textos concuerdan con los planes de estudio y se garantiza la intervención de los gobiernos estatales y de especialistas. La UNPF es una organización de derecha que tradicionalmente se ha opuesto al texto único y gratuito, pero en este caso, y a reserva de conocer juicios de los expertos, parece tener razón, pues el autor de esta columna sólo conoce el impresentable libro de segundo año, mal redactado y peor estructurado. El texto será de una gran eficacia si se trata de introducir la confusión en la mentalidad de niños de ocho años y de adultos como los que elaboraron el citado volumen.

La Academia de la Lengua en EU

Sin incluir a los habitantes de Puerto Rico ni a los indocumentados, casi 19 por ciento de los habitantes de Estados Unidos –unos 62 millones– son hispanous, esto es, de familias originarias de países de lengua española. De ellos, tres de cada cuatro emplean este idioma en el trato familiar y casi tres millones no son de origen hispanoamericano. En ese contexto, se explica que desde 1973 exista la Academia Norteamericana de la Lengua Española, llamada en inglés North American Academy of the Spanish Language, pues, como se sabe, como nuestros vecinos se apoderaron del gentilicio de los nativos del continente y se llaman a sí mismos “americanos”, como si mexicanos, brasileños, argentinos, chilenos, colombianos, etc., fueran de otra parte del planeta. Como manera de suavizar un poco lo anterior, dieron en llamarse, ellos y sólo ellos, “norteamericanos”, como si canadienses, mexicanos, cubanos, dominicanos, haitianos y algunos más no pertenecieran a la geografía de América del Norte. Lo curioso es que la citada Academia no repare en ese insulto y se asuma como “norteamericana”, cuando muy bien podría llamarse estadunidense, gringa, gabacha o algo parecido. ¡Bájenle, señores académicos!