Condena juez militar a Manning a 35 años de cárcel por las filtraciones a WikiLeaks
*Anuncia jueza militar estadunidense su decisión en una audiencia que duró apenas dos minutos. Se le descontarán unos tres años y medio, en compensación por el tiempo que ha pasado detenido desde su arresto en Quantico, Virginia en 2011. “Debemos decidir a qué libertades y derechos individuales queremos renunciar en nombre de la seguridad nacional”, censura el abogado del joven soldado
DPA
Fort Meade
Una juez militar condenó ayer al soldado estadunidense Bradley Manning a 35 años de cárcel por filtrar cientos de miles de documentos militares y diplomáticos a la plataforma WikiLeaks, además de ordenar su expulsión sin honores del Ejército, en un fallo que los defensores del joven informante prometieron disputar puesto que lo consideran un grave precedente.
El caso Manning “es un punto de inflexión en la historia para la libertad de prensa”, alertó después en rueda de prensa su abogado, David Coombs. “Debemos decidir a qué libertades y derechos individuales queremos renunciar en nombre de la seguridad nacional”.
La magistrada Denise Lind anunció su decisión en la última sesión del juicio militar que se le venía siguiendo a Manning, de 25 años, desde comienzos de junio en Fort Meade, una base militar en las afueras de Washington.
La audiencia duró apenas dos minutos y en ella Manning mantuvo un gesto grave y reservado al escuchar la sentencia que no cambió ni siquiera cuando, mientras era sacado de la sala, recibió mensajes de apoyo de seguidores que habían ingresado como público.
“¡Seguiremos luchando por ti, Bradley!”, le prometieron mientras el joven soldado salía para empezar su condena.
A ésta, según dictó ayer Lind se le deberán descontar unos tres años y medio, en compensación por los 1.182 días ya pasados por Manning en prisión desde su detención en mayo de 2010 y los 112 días que también le había reducido inicialmente la juez en compensación por las duras condiciones de aislamiento que sufrió durante su detención en la base de Quantico, Virginia, hasta abril de 2011.
Desde esa fecha estuvo recluido –salvo durante el juicio– en una cárcel más moderna en Fort Leavenworth, Kansas, donde ahora regresará para cumplir el resto de su condena. Algo que sin embargo no necesariamente hará de forma íntegra, puesto que su abogado anunció de inmediato varias acciones.
Piden “clemencia” al Obama
Por la vía legal, la autoridad militar superior del caso puede aún decidir una “clemencia” a su favor. En caso contrario, Coombs adelantó un proceso de apelación gradual para lograr o bien su liberación o al menos la reducción de su pena.
Y por la vía política, el abogado de Manning dijo ayer mismo que presentará la semana próxima una petición de perdón al presidente estadunidense, Barack Obama.
“El momento de poner fin al sufrimiento de Bradley es ahora. El momento de que el presidente perdone a Manning es ahora”, declaró.
De fracasar todo ello, a Manning todavía le queda la posibilidad de solicitar la libertad condicional cuando haya cumplido un tercio de su condena –es decir, en unos siete años–, o someterse a una petición de clemencia de las autoridades carcelarias incluso antes.
La pena dictada ayer por la juez Lind está en el rango bajo de las posibles condenas que se barajaban contra Manning. De hecho, la condena decretada es poco más de un tercio de la máxima que podría haber dictado y casi la mitad de los 60 años que exigía la fiscalía.
Y es que a finales de julio, la juez había declarado culpable a Manning de 20 de los 22 cargos que enfrentaba, entre ellos varios por espionaje, y que implicaban, tras una condensación de cargos, hasta 90 años de prisión.
Pese a la relativamente menos severa condena, las críticas arreciaron de los más diversos campos tras conocerse el fallo.
Las reacciones
“El juicio y condena a Manning constituye una afrenta a los conceptos básicos de la justicia occidental”, dijo el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, quien teme sufrir el mismo destino que el joven y lleva más de un año refugiado en la embajada ecuatoriana de Londres.
La pena podría hacer desistir a la gente de que “revele acciones indebidas del gobierno y las autoridades”, advirtió entretanto Michael Rediske, de Reporteros Sin Fronteras. “Si Obama no pone fin pronto a su campaña contra los informantes, los periodistas en Estados Unidos estarán cada vez menos en condiciones de revelar los comportamientos indebidos del gobierno y las autoridades”, alertó.
La Asociación Nacional para la Defensa de los Derechos Civiles (ACLU) habló de un “día triste” porque hay un “sistema legal que no distingue entre filtraciones a la prensa de interés público y traición contra la patria”. ACLU destacó que Manning ha recibido una pena más dura que aquellos responsables de torturas a prisioneros.
De forma similar reaccionó Amnistía Internacional (AI), que demandó la puesta en libertad del soldado estadounidense. Widney Brown, de AI, dijo que Estados Unidos haría mejor en investigar las violaciones de los derechos huamnso relacionadas con la “guerra contra el terrorismo”.
Los defensores de los derechos civiles creen que la pena no estuvo destinada únicamente a Manning, sino que es un acto de intimidación para que la gente vea lo que pasa si revelan secretos de Estado, especialmente Assange y el ex técnico de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) Edward Snowden, que se encuentra escondido en Moscú después de sus revelaciones sobre el espionaje oficial.
Así lo reconoció ayer también el abogado de Manning, quien dijo que si Snowden fuera su cliente, “le diría que el actual ambiente no es uno favorable a informantes como él”.
Con todo, según Coombs, Manning seguramente volvería a hacer lo mismo pese a conocer las consecuencias. En su petición de perdón a Obama, el propio Manning le escribe al mandatario disculpándose por los posibles “daños” provocados por su acción, pero subrayando que lo hizo “por amor por mi país y por un sentido del deber”.