Carlos Pérez Aguirre

Aguirre, un gobernador que (se) duerme y sueña

Resultaron realmente hilarantes las imágenes en televisión de un gobernante durmiendo en pleno informe presidencial. Ese hecho, más que una anécdota, pone en mayor entredicho –pues le da cierta veracidad– la ya de por sí maltrecha percepción de ingobernabilidad en la entidad, desde la óptica nacional y evidentemente también la local.
Esta soñolencia del gobernante no sabemos si se debe a la tensión causada por la magnitud de los problemas en que ha sumido este a la entidad, o por el cansancio derivado de un estado, que en algún momento ya le señaló un líder nacional de la actual bancada priista o simplemente por lo aburrido y sin sustancia que le pareció el evento. Lo cierto es que las tomas y los comentarios no fueron de lo mejor para alguien que representa en esos foros a los guerrerenses.
Pero seguramente para desmentir el hecho –y la contundencia de las imágenes televisivas así como las preguntas irónicas de los reporteros–, el gobierno estatal difundió fotografías en donde al gobernante se le nota un rostro amodorrado pero con los ojos abiertos y un poco sorprendido, probablemente por los aplausos que se apresuró a imitar.
Pero no es necesario verlo durmiendo en los informes presidenciales, los guerrerenses lo hemos visto dormir desde hace ya buen rato y no solo eso, también soñar.
Un ejemplo de ello es el haber ya adoptado el sueño zeferinista de crear su propia corriente en el PRD, con el iluso objetivo de encumbrar a sus parientes preferidos, entre ellos, en primer lugar ,su hijo, a quien pretende hacer nada más y nada menos que, ¡alcalde de Acapulco! No se ría amable lector, por que también pretende que el hijo de Jorge Salgado –su socio secretario de finanzas del estado– busque la presidencia municipal de Chilpancingo.
Y ya entrando en la magia de la varita mágica que pueden ser las franquicias perredista o la priista –pues para la voracidad no existen siglas–, también quiere otorgar a su señora esposa una diputación federal y de ahí en adelante, a toda la parentela Aguirre-Salgado que cobra sin trabajar en las nóminas gubernamentales, seguramente los querrá ahora ver dominando desde la esfera de la política las arcas financieras de la entidad, de aquí al próximo siglo.
Sueños, sueños, por que para que ello ocurra en la realidad tendrá que pasar por el tamiz de las corrientes o tribus perredistas y guetos priistas y sobre todo con el declive natural y mayor pérdida de poder, que causa la transición gubernamental que muestra ya sus adelantos: Luis walton, ya siendo el candidato mas consolidado con una sólida alianza; Rios Pitter, con la precandidatura del PRD; Mario Moreno del PRI totalmente desplazado y no controlando ni a su colonia. Esta situación hace evidente que ante el vació que existe, las campañas muestran ya adelantos, lo que debilita al gobernante soñador y como los esfuerzos y recursos inyectados a su fracasado movimiento ciudadano que encabeza otro Salgado, el hermano de su socio, y las naufragadas posibilidades de sus candidatos Mario Moreno y Sofio Ramírez.
Por ello, desesperado, funda una corriente con jirones ya desgastados y poco representativos (algunos de ellos probaron ya su servilismo al votar a favor de la reforma educativa), pero eso sí, con un gran acarreo de habitantes de zonas con extremas necesidades en pos de la despensa. Espectáculo montado para hacer como realizables los sueños, pero los sueños, sueños son y esas corrientes existen solo por la obra y gracia de la despensa; cuando el poder termina y la despensa también, la efímera agrupación se esfuma y las candidaturas de los parientes beneficiaros de las arcas y nomina gubernamental también se esfumarán.
El sueño termina al escuchar el aplauso en un recinto habilitado para informar, gulp.

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