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Reclaman pasajeros varados en Chilpancingo que las líneas de autobuses los pusieron en peligro

Lourdes Chávez

Chilpancingo

Después de tres días en Chilpancingo, los pasajeros varados en la terminal de autobuses reclamaron al gobernador Ángel Aguirre Rivero que no les ha enviado ni una botella de agua, y denunciaron que los gerentes y concesionarios del transporte público pusieron en riesgo su vida, porque sabiendo desde las 6 de la mañana del domingo que no había paso a Acapulco, continuaron vendiendo boletos hasta después de las 3 de la tarde en la ciudad de México.
A pesar de que muchas personas regresaron a la capital del país pagando la mita de su pasaje (sin haber llegado al destino por el que pagaron inicialmente), y que unos jóvenes que no llevaban mucho equipaje decidieron buscar por sus propios medios la manera de llegar al puerto, aún quedan en las terminales unas 200 personas, muchos adultos mayores, esperando que se rehabilite la vía afectada por el temporal.
Marco Alfredo Ordonez Hernández denunció que los gerentes de la terminal no les dicen nada, saben por reporteros y por una persona de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) que la Autopista del Sol podría abrirse por la noche o mañana.
Sin embargo, no hay ninguna certeza, y la mayoría ha preferido quedarse en la terminal, en lugar de buscar un albergue para resguardar sus pertenencias, “ni agua, ni comida, sólo la sociedad civil ha traído comida y café con pan”.
Incluso denunció que hasta que exigieron, el lunes, fue que se abrieron los sanitarios sin costo y les permitieron el libre acceso, porque les cobraban 4 pesos por un servicio deficiente.
Ordonez señaló que compró su boleto a las 2 de la tarde en el Distrito Federal, y a las 5, en Chilpancingo, les informaron que ya no podrían llegar a Acapulco, pero Sarahí Ramírez denunció que ella llegó a la capital del estado desde las 6 de la mañana del domingo, y desde esa hora observó cómo fueron llegando los afectados.
Uno de los trabajadores estimó que tan sólo de la linea Costa Line había llegado 70 autobuses con dirección a Acapulco, que se quedaron varados en Chilpancingo; incluso dijo que los regresarían al DF de manera gratuita, pero los afectados dijeron que no fue así; les cobraron la mitad del pasaje de regreso.
Sumamente molesto, Marcial Rivero añadió que los responsables del servicio ya sabían del desastre, pero arriesgaron la vida de los pasajeros al vender boletos a Acapulco, sin abvertirles de la contingencia ambiental.
Natividad Díaz Martínez señaló que no se han bañado en tres días y decidieron no moverse de la terminal, porque todos los servicios son muy costosos. Por ejemplo, indicó que en el guardaequipaje les cobraron 42 pesos por una hora y fracción, tiempo que ocupó para salir a comer; “ya no tenemos dinero para comprar ni para ir a un baño público”, aseguró.
Sobre el albergue de la escuela primaria José Martí, que se puso a disposición de los pasajeros, señalaron que ahí están peor, porque no tienen ni donde sentarse, no hay condiciones para dormir por las noches, ni hay espacios para asearse.
Exigieron la intervención del Ejército para que los traslade a Acapulco, porque “el gobernador no nos mandó ni una botella de agua”, y tienen que dormir en el suelo. Señalaron que hay una señora de 92 años con pies hinchados porque todo el tiempo está sentada. Pero advirtieron que ya los va a buscar para que voten por él y por su hijo.

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