Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Carlos Pérez Aguirre

Doble desastre

Con solidaridad y aliento para los afectados y el agradecimiento a los ciudadanos que se han organizado para apoyar a sus hermanos en estos momentos difíciles para Guerrero.

Los momentos actuales son realmente críticos para una gran cantidad de paisanos guerrerenses, las intensas lluvias aunadas a errores humanos y a la negligencia así como la desatención recurrente y –por qué no decirlo– la corrupción, tiene sumido a un buen numero de habitantes de la entidad en el aislamiento y la incertidumbre, además de haber causado ya muerte y desolación en diversos puntos de la entidad.
Pero hoy tenemos que ser sumamente objetivos, más que de costumbre, y en este artículo quisiéramos hacer todo lo posible para ayudar a que se logre que aquellas zonas afectadas sean atendidas con la conjunción de los tres niveles de gobierno y sobre todo de la sociedad solidaria –que es la que realmente lleva el peso de la emergencia porque los organismos gubernamentales se ven casi siempre rebasados por la contingencia– ?lo mas pronto posible. Después una vez pasado lo inmediato, lo prioritario para la atención de los afectados, que son muchos, habrá también tiempo para analizar y señalar responsables de rapiñas, corrupción y negligencia.
El título de este artículo corresponde a la descripción que realizó un atribulado ciudadano que llamó a una radiodifusora de Chilpancingo en demanda de auxilio, que hasta el jueves –siendo la capital de la entidad– aun no llegaba. Ello lo animó a mencionar que en la entidad se había producido un “doble desastre”: el primero causado por la naturaleza, y el segundo, ampliado por la desorganización, lentitud e indiferencia de la gran mayoría de las autoridades. Pero esa desalentada descripción corresponde a un sentir ?generalizado de la población ante la desatención de las autoridades gubernamentales de los tres niveles. Días antes esas mismas autoridades –sobre todo del gobierno estatal y federal– ?se ufanaban al decir que estaban preparados para cualquier emergencia y tal vez por ello sus órganos de prevención no alertaron a la población sobre lo que se venía, pues desde días atrás ya se había visualizado por los centros meteorológicos la formación de dos grandes perturbaciones, pero esta evidencia no se tomó con la debida atención e importancia. Pero hoy según señala el gobierno estatal el 60 por ciento de la entidad está afectada y ya están visualizando los millonarios recursos que recibirán para resolver los problemas derivados del desastre.
Aquí vale decir que esperemos que estos recursos se apliquen realmente y no queden en las manos de familiares cercanos. Ya en el primer periodo del actual gobernante, la negligencia del presidente municipal de aquel entonces Juan Salgado en Acapulco, durante el terrible efecto del paso del huracán Paulina, contribuyó a ampliar los efectos negativos del meteoro, cuando su función de alcalde suponía lo contrario; ahora está premiado como director general de un sistema de bachillerato. Si este es el tipo de funcionarios que acompañan al gobernante, tal vez por ello la ayuda no fluye de manera adecuada y se rezaga en el camino. ¿Demasiada burocracia o demasiada parentela?
Sabemos que los recursos estatales son pequeños en comparación de la magnitud del daño causado por el fenómeno, pero mucho del apoyo corresponde a organización, además de ayuda con lo indispensable –sobre todo alimentos y ropa–, ¿o acaso los apoyos como despensas, cobertores, electro domésticos se agotaron en las giras de la esposa del gobernante, su hijo y él mismo, en donde se entregaban para motivar a la población a asistir y apuntalar sus próximos apetitos de poder? No lo sabemos. Pero hoy como constata la población, la ayuda y el apoyo no fluyen. Lo que sí se nota en contraparte y por fortuna, es que se ha gestado por la necesidad del momento una población activa, solidaria, preocupada y actuante que por sus propios medios se organiza y atiende las urgencias derivadas de esta catástrofe, con muy poca coadyuvancía gubernamental.

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