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Entrega el Ayuntamiento de Acapulco al gobierno del estado copias de 97 licencias para construir en la zona Diamante

Entregó el Ayuntamiento copias de 97 licencias de construcción al gobierno estatal: Malváez

*Son para la investigación que ordenó Peña Nieto sobre las obras que se autorizaron indebidamente en los humedales. Dice que él con Félix Salgado entregó “muchos” permisos, pero  de acuerdo con el Plan Director Urbano

Mariana Labastida

El secretario de Desarrollo Urbano y Obras Públicas municipal, Manuel Malváez Rosillo, informó que el Ayuntamiento entregó copias de 97 licencias de construcciones de la zona Diamante a un representante del gobierno del estado, para la investigación ordenada por el presidente de la República Enrique Peña Nieto sobre las obras que se hicieron indebidamente en los humedales de la laguna de Tres Palos.
Precisó que en el paquete entregado separó las que sufrieron daños por la tormenta tropical Manuel, y reconoció que él en su periodo anterior en el mismo cargo en el periodo de Félix Salgado Macedonio (2005-2008) entregó “muchas”, pero argumentó que todas eran de acuerdo con la normatividad del Plan Director Urbano que se aprobó en el trienio de Zeferino Torreblacna Galindo.
Aseguró que ninguna de las licencias que entregó como secretario de Desarrollo Urbano fue en las áreas que sufrieron inundaciones, e indicó que parte de que no se afectara a estas unidades habitacionales fue el desazolve del río de La Sabana que se hizo después del huracán Henriette, en 2007, cuando también era secretario.
De la clausura de una obra en el Barrio de La Playa, de una bodega para venta de gas LP, Malváez Rosillo dijo que no lo recordaba, aunque enfatizó que si se clausuró es porque no tenía licencia y que ya no se permitirá que se haga cualquier proyecto sin una licencia previa al comienzo de los trabajos.
Consultado antes de la sesión del Consejo de Protección Civil Municipal, en relación a las licencias de construcción que entregó el municipio al gobierno federal y estatal, Malváez Rosillo indicó que fueron 97, de las cuales se hizo una selección de los desarrollos que sufrieron daños, que “son aproximadamente veintitantos”.
Al preguntarle cuántas aprobó como secretario de Desarrollo Urbano y Obras Públicas en la administración del ex alcalde Félix Salgado Macedonio, de 2005 a 2008, respondió que “muchas, pero todas están de acuerdo y eso se va a ver, están de acuerdo con la normatividad del plan director”.
El secretario indicó que muchas de esas licencias de construcción fueron autorizadas como parciales, debido a que los conjuntos habitacionales fueron creciendo y se pedían permisos.
Malváez Rosillo enfatizó que las zonas que él autorizó estaban consideradas como habitacionales: “no hubo cambio de uso de suelo”, e incluso enfatizó que en 2007, después del huracán Henriette, que causó inundaciones en la zona Diamante por el desvío del río de La Sabana, “por primera vez en muchísimos años se hizo el desazolve y gracias a ello todos estos conjuntos que están al norte del canal meándrico no fueron afectados”.
Enfatizó que por eso las lluvias de la tormenta tropical Manuel no inundaron los conjuntos habitacionales Las Gaviotas, de Geo; Misión del Mar, de Casas Ara, y Costa Dorada, de Homex.
“Yo sí conozco las razones por las que se dañaron La Ceiba y Joyas del Marqués y no es precisamente porque estén mal ubicadas”, precisó el secretario, y explicó que fue porque el Viaducto Diamante “hizo un tapón” que evitó que el río de La Sabana siguiera su cauce debido a que en el puente Sabana II no cabe el agua, “por eso es que además pasó por encima de Diamante por más de una semana”.
Indicó que se deben de hacer obras de corrección para que no vuelva a ocurrir una inundación, como es un “gran puente” en la Autopista Diamante, para que el río pase sin problemas, así como otros puntos por donde circula ese cauce y del canal meándrico, como en el caso del bulevar de Las Naciones, además de tener la posibilidad de que se desaloje el agua libremente en la playa Revolcadero.
De la clausura de los trabajos en un predio en la calle Benito Juárez, del Barrio de La Playa, donde se construiría una gasera, Malváez Rosillo dijo que desconoce el problema.

A 26 días de la tormenta Manuel la colonia Brisa Norte de la capital sigue inundada y sin ayuda

*La mañana del sábado 14 avisaron decenas de vecinos al 066 que la presa Cerrito Rico se iba a desbordar pero nadie acudió. En Protección Civil “nunca contestaron”, relatan. La Sedesol federal censa a quienes no fueron damnificados, se quejan. El asentamiento está a un lado de la presa y el Ayuntamiento les dio un permiso para instalarse ahí hace ocho años, informan

Anarsis Pacheco Pólito

Chilpancingo

A 26 días de las lluvias provocadas por la tormenta tropical Manuel la colonia Brisa Norte ubicada al margen de la presa Cerrito Rico de esta ciudad permanece bajo el agua y sin ayuda del gobierno.
Vecinos del lugar informaron que la presa no es vigilada por las autoridades para prevenir que se desborde y luego abran las compuertas y provoquen la crecida del río Huacapa, como sucedió.
La vecina Josefina Guzmán en compañía de su cuñado Alex Reyes y otra vecina, Teresa González relataron que desde el sábado 14 de septiembre a las 7 de la mañana llamaron continuamente al teléfono de emergencias 066 para alertar sobre el rápido crecimiento en el nivel de la presa y luego del desbordamiento, pero ninguna autoridad municipal, estatal o federal atendió la alerta.
Los tres coincidieron en que la colonia es un asentamiento regular, que cuentan con los permisos del Ayuntamiento a pesar de que se encuentra en una ladera pegada a la presa Cerrito Rico y no cuenta con calles pavimentadas.
Los vecinos damnificados de esta colonia ahora se alojan en una de las laderas que son consideradas como de riesgo por el declive en el terreno que llega hasta la orilla de las aguas de la presa.
“Tuvimos que salir de nuestras casas por las paredes y techos porque el agua estaba avanzando muy rápido y tratamos de sacar nuestras cosas, las más importantes”, agregó doña Josefina, quien lleva viviendo ahí ocho años.
Los tonos azules y verdes del agua de la presa llena se contemplan desde el techo de la casa de Josefina Guzmán, mientras el nivel sigue aumentando con cada lluvia que se registra en la capital del estado y en la parte baja de la sierra.
Las casas de 20 familias que viven al margen de la presa estuvieron sumergidas bajo el agua y algunas aún continúan así y sin recibir más apoyo que las escasas despensas que llegaron a ellos porque el río Huacapa no permitía el paso pues destruyó el puente que comunicaba a los habitantes de esta y otras tres colonias del lado norte de la ciudad.
El cuñado de doña Josefina, Alex Reyes recordó que el sábado por la mañana notó el crecimiento de la presa, lo que le preocupó porque su casa está en el margen y él y sus vecinos llamaron por teléfono al 066 pero nunca llegó alguna autoridad.
“Desde las siete de la mañana empecé a llamar al 066 pero no me comunicaron con nadie ni nadie vino abrir las compuertas, le dijimo a la señorita que contestó que estaba creciendo la presa, nos dio un número de Protección Civil pero nunca contestaron”, agregó.
Dijo que al ver que aumentaba el nivel del agua de la presa los demás vecinos empezaron a llamar también al 066 pero no les daban indicaciones ni solución “nadie llegó, ninguna autoridad se presento a pesar de advertirles lo que estaba por suceder”.
Ante la falta de atención de las autoridades los habitantes del asentamiento y campesinos que tienen sus siembras cerca de la presa decidieron, a las doce del día del sábado, abrir la compuerta de la presa para desfogarla porque las casas estaban siendo devoradas por el agua que se estaba acumulando.
Alex Reyes quien también tiene 8 años viviendo en la colonia donde mayormente viven maestros, albañiles y chalanes, señaló que al lugar nunca van las autoridades para el monitoreo del crecimiento de la presa, “a nosotros no nos pagan pero vigilamos hasta donde podemos, porque no hay equipo de medición”.
“Todo fue tan rápido y tratamos de salvar lo que podíamos, salimos por la parte de atrás de la casa, desmontamos unas maderas para salir por ahí, porque el agua subía rápido sin detenerse”, relató doña Josefina mientras señalaba los restos de su casa.
Las casas que permanecen en el agua son habitadas a pesar del riesgo de que continué creciendo el nivel de la presa y destruyar todo a su paso, como ya lo hizo en otra parte de la colonia.
Los electrodomésticos continúan en los patios improvisados tapados por lonas o algunos techos improvisados para que ni la lluvia ni el sol los estropee.
Los vecinos explicaron que no pueden salir de sus casas porque no tienen en donde guardar sus cosas y si las dejan corren con el riesgo de que se las roben y pierdan lo poco que les quedó después de la devastación.
Doña Teresa dijo que para evitar peligros su familia instaló una lona en la parte superior de la ladera de la presa para dormir sobre la carretera de acceso a la colonia, pues temían que mientras durmieran siguiera subiendo el nivel del agua retenida.
Josefina Guzmán dijo que después de que perdieron sus casas lo que recibió fue pocas despensas y un cobertor individual y denunció que los censos de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) federal no integraban a su padrón de apoyo a los verdaderos damnificados.
“Levantan sus censos pero meten a gente que no sufrió perdidas, hay otras familias que perdieron más cosas y no se les esta apoyando de ninguna forma”, agregó.
En la colonia viven al menos 25 familias en 20 casas que resultaron afectadas y que sufrieron de la inundación, en su mayoría permanecen bajo el agua y se puede observar que en algunas se rompieron los techos para poder salir y sacar sus cosas.
Algunos techos de las casas son ocupados como asoleaderos para secar los documentos, prendas y muebles que resultaron dañados por el agua.
Los habitantes se ven decaídos porque tendrán que volver a trabajar en sus casas, reconstruirlas y recordaron que es un terreno que fue aprobado por el Ayuntamiento capitalino como habitable y cuentan con los documentos que lo demuestran, los que fueron aprobados hace 8 años.
“Lo que pedimos es que exista un grupo de personas que sean profesionales y que se dediquen a cuidar la presa, no sirve de nada que manden a la Policía Municipal si no mandan a gente que esté revisando el nivel de agua que se recolecta”, agregó doña Josefina.
Alex Reyes dijo que domingo fueron cerradas las compuertas de la presa, por lo que aumentó el nivel del agua y las autoridades no ponen cuidado.
Relató que el día en que se dieron cuenta que la presa ya estaba desbordándose, antes de abrir las compuertas, ellos avisaron a sus vecinos mediante mensajes de texto que se salieran de sus casas para evitar que quedaran atrapadas o se registrara alguna muerte.
“Aquí ninguna autoridad vino ni porque llamamos ni les avisamos, actuamos nosotros porque las casas se estaban inundando y pudo haber sido peor, nadie está de planta vigilando la presa y el agua que llegaba al fondo era mayor que la que se estaba desbordando”, concluyó el vecino.

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