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Restauran Dualidad de Rufino Tamayo, el mural más popular del Museo de Antropología

*El polvo tenazmente acumulado en la obra de 1964 opacó los pigmentos y ahora un equipo de especialistas, dirigido por la restauradora Gilda Salgado, la limpia meticulosamente

Yanireth Israde / Agencia Reforma

Ciudad de México

El abrazo furioso entre el jaguar y la serpiente, “duelo de colmillos”, está en camino de recobrar el ímpetu de su primer encuentro.
Quetzalcóatl y Tezcatlipoca, dios solar uno, nocturno el otro, a punto de trenzarse en combate, los pintó Rufino Tamayo en Dualidad, el mural más popular del Museo Nacional de Antropología (MNA).
Pero la ferocidad no intimidó al polvo: tenazmente acumulado en la obra de 1964 opacó los pigmentos. Ahora, un equipo de especialistas dirigido por la restauradora Gilda Salgado, combate al atacante para que luzca todo el portento de la la batalla cósmica, según el mito náhuatl.
La pieza es un mural, pero no está pintado sobre un muro. El soporte es una estructura de madera con 24 paneles de acrílico blanco sujetos con tornillos.
Salgado tiene como aliado el algodón, repartido en hisopos, para atrapar la suciedad que se depositó en los más recónditos pliegues de la obra pictórica.
La misma tenacidad que cubrió Dualidad de polvo se ha necesitado para retirarlo. El empeño se comprende mejor al conocer las dimensiones de la pieza: más de 12 metros de longitud por más de 3 metros de altura.
“Es un trabajo muy minucioso. Hay zonas con tal textura, que el algodón no entra hasta donde debiera, entonces usamos un cepillo de cerda suave para que podamos llegar a una mayor profundidad”, detalla la restauradora.
Comenzaron hace dos semanas, en colaboración con el centro de conservación del INBA –el Cencropam–, la escuela de restauración del INAH –la Encrym– y el apoyo del Patronato del Museo; registran un avance del 40 por ciento, y prevén terminar durante la segunda mitad de diciembre.
La limpieza se hace con suavidad y recurre sólo al agua destilada para remover el polvo, que luego recogen algodones secos. Se desaconsejan componentes químicos porque la vinilita, el material que Tamayo usó, es sensible a éstos.
Antes de limpiarlo el mural fue aspirado, pues la suciedad, además de restar brío cromático, puede favorecer la proliferación de organismos biológicos, por ejemplo insectos, cuando se combina con humedad.
“Si evitamos el polvo y la mugre en las piezas tenemos 60 por ciento de posibilidad de conservar las cosas sin mayor afectación”, explica Salgado en el museo, donde colocaron ya andamios y lonas de malla alrededor de Dualidad para delimitar la zona de trabajo.
La plástica de autores del siglo XX inspirada en las culturas antiguas puede encontrarse en lugares del MNA como las salas de introducción a la antropología, las etnográficas o las arqueológicas.
Dualidad se sitúa a unos pasos del ingreso principal: el vestíbulo del Auditorio Jaime Torres Bodet y es la segunda obra pictórica que interviene el Laboratorio de Conservación del museo.

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