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Conato de pleito por intentos de huelga y de un embargo en Hard Rock Café

Trabajadores sindicalizados instalaron las banderas rojinegras por sólo ocho horas debido a que acordaron con la empresa que se reabriría el local ante la llegada de turistas

Salvador Serna

Ayer comenzó la huelga laboral por parte de integrantes de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) en el restaurante Hard Rock Café Acapulco, tras dos años de incumplimiento de pago de becas para los hijos de los sindicalizados, así como de honorarios por tiempo extra laborado, vacaciones y otras prestaciones.
Pero la huelga sólo duró 8 horas porque el sindicato y la gerencia del restaurante decidieron reabrir las puertas al público este fin de semana, y ya el próximo lunes fijar un nuevo emplazamiento a huelga y darle una liquidación parcial a los 30 trabajadores sindicalizados.

Todos contra todos

Ayer a las 11 de la mañana, 30 huelguistas afiliados a la sección 112, encabezados por su líder Rodrigo Ramírez Justo, pusieron las banderas rojinegras en las entradas y salidas principales del restaurante, fundado en el otoño de 1989, cuando en ese entonces era propiedad de Emilio Azcárraga Jean, hoy presidente de Grupo Televisa.
Dos horas después llegaron abogados del despacho Urióstegui quienes, acompañados por un actuario de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje y una docena de cargadores transportados en una camioneta de redilas y en un camión de volteo, intentaron hacer un embargo de muebles, ropa de la tienda, artesanías, aparatos de cocina, tazas del baño, cajas de vinos y licores, computadoras y demás memorabilia como réplicas de discos de oro, de platino, guitarras eléctricas autografiadas, chaquetas, pantalones y calzones de leyendas mundiales de la música, con el fin de garantizar el pago de liquidación a 10 extrabajadores de confianza, a quienes desde dos años no se les ha dado su dinero tras ser despedidos injustificadamente por la empresa.
Ante el embate de los abogados, los sindicalizados se les plantaron e impidieron el acceso a los cargadores, argumentando que de acuerdo con la Ley Federal del Trabajo, en caso de huelga todos los bienes muebles e inmuebles deben ser protegidos y dados en garantía por concepto de salarios de todos los trabajadores.
Tras la serie de alegatos vinieron los empujones y amenazas verbales entre ambos grupos en conflicto, sacando la peor parte una empleada sindicalizada del área de limpieza, quien les gritó a todos que le dejaran de dar empellones porque tiene un embarazo de 3 meses de gestación.
Otros trabajadores “culparon” al gerente del restaurante, de nombre Saúl Bello, de no ayudarles a que se agilicen los trámites de las prestaciones pendientes, tachándolo de egoísta y de pertenecer al “pequeño Club de Toby” de los trabajadores de confianza del Hard Rock Café Acapulco.

Policías ponen el orden

Ante el desorden de los sindicalizados y cargadores, policías municipales que llegaron al lugar conminaron a ambas partes a guardar la calma y tratar de llegar a un acuerdo de forma civilizada, en virtud de que cientos de turistas que pasaban por el lugar presenciaban y tomaban fotografías del connato de bronca.
“No tenemos razón de este supuesto embargo, lo desconocemos por completo y estamos aquí para impedir que se violen los derechos de la clase trabajadora sindicalizada. Somos 30 compañeros que vamos a impedir el acceso a estos señores abogados que tratan de violentar la Carta Magna. El actuario de la Junta está consciente de que no puede proceder al embargo porque hay una huelga que inició dos horas antes, estamos protegiéndonos conforme a derecho sindical plasmado en la Constitución de Estados Unidos Mexicanos, además nos amenazan los abogados, por todo ello vamos a montar guardias las 24 horas para impedir que nos quiten nuestra fuente laboral”, señaló el líder cetemista Rodrigo Ramírez Justo.
A los abogados que promovían el embargo se les solicito una entrevista pero no accedieron, así como tampoco algunos de los extrabajadores demandantes.
Finalmente, el actuario laboral –quien dijo no estar autorizado a dar entrevistas- los abogados y cargadores se retiraron, redactándose un acta circunstanciada donde quedaron plasmados todos los hechos que impidieron el embargo de los bienes muebles.
La cantidad de dinero que motivaba el embargo laboral no fue dado a conocer por las partes en conflicto, alegando que “no se acordaban” y que se les perdió la copia del expediente.

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