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Pocos turistas y todos con sus alimentos, llegaron ayer a la playa Tamarindos

Mariana Labastida

Ansiosos turistas ven cómo pescadores jalan las redes del chinchorro que sacan del mar en playa Tamarindos, cerca de lo que era El Golfito. Son pocos los que ocupan las sombrillas y sillas, la mayoría trae sus propios alimentos y bebidas en el sexto día del periodo vacacional de fin de año.
Los vendedores y prestadores de deportes acuáticos dicen que están en la espera de que mejoren las ventas, porque quienes llenaron la playa el día de Navidad fueron en su mayoría residentes.
Para recibir a los turistas se limpiaron las abandonadas instalaciones de El Golfito, sin embargo el lugar descuidado es lo que recibe a quienes acuden a la playa en esa zona. Pegado a la valla que aún queda un hombre duerme, al parecer la fiesta de Nochebuena apenas termina para él, mientras cinco niños de menos de 2 años juegan a su alrededor con la arena, nadie más los vigila.
Caminando hacía a la playa se ven las sombrillas y sillas semi ocupadas, no hay mucho turismo y el que está sólo ha rentado un toldo o sombrilla para tener un lugar para resguardase del sol, lo demás alimentos y bebidas los llevan en cajas, hieleras o botes.
La venta de mariscos es baja, los vendedores de campechanas reposan bajo la sombra de alguna sombrilla. El 25 de diciembre se llevaron 300 pesos de ganancia, un día después sólo han ganado 60 pesos, pero esperan que mejore la ganancia mientras pasan las horas.
Lo vendedores informales detienen su paso para descansar del sol y es que la mayoría de los visitantes ve la labor de los pescadores para sacar el trasmallo; con ansias esperan el pescado que sacarán del mar, aunque algunos creen que no será tanto; “para mí que ya se los comieron, ya les ganaron los pelícanos”, dice una pequeña sentada junto a su abuela.
La niña explica que los pescadores ya aventaron agua y arena a los pelícanos para que se vayan, sin embargo siguen en grupo sobre la parte de la red donde van los pescados; “no les hacen caso, tardaron más en jalar todo que lo que sacarán”, pronostica la pequeña que al final tiene razón.
Cuatro sierras, una lisa y unas docenas de cocinero es lo que vienen en la red al terminar de sacarla. Los turistas se acercan más para ver los pescados de cerca y la cara de los mismos pescadores indica que no fue buena la jornada, por eso empiezan los preparativos para meterse nuevamente al mar.
Los pescadores esperan sacar por lo menos 900 pesos de lo pescado; 150 cada sierra, 80 la lisa y 60 pesos la docena de cocinero es como lo ofrecen a quien pregunta, la compra de pescado depende de si se los quieren cocinar en alguno de los restaurantes le indica uno de los visitantes al pescador con el que negocia el precio.
Alrededor de los visitantes también caminan los prestadores de servicios acuáticos, algunos con chalecos salvavidas puestos, otros solamente ofreciendo sus servicios, pero no hay mucho interés de pagar por practicar algún deporte acuático, por lo que esperan que mejoren los ingresos para hoy y hasta el fin de año, “aunque sea unos días, hay altas y bajas, ayer -25- vino mucha gente de aquí que viene desvelada y va directo al agua”, dijo Julio Bital.
La renta del paseo en banana cuesta 60 pesos por persona; el paseo en moto acuática de media hora es de 400 pesos, mínimo 370, pues el costo de la gasolina es elevado, y el paracaídas el vuelo en 350, lo menos 300 pesos.

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