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Muere el poeta nayarita Ernesto Flores tras complicaciones por una operación

Rebeca Pérez / Agencia Reforma

Guadalajara

Ernesto Flores fue un poeta discreto, sin protagonismos, de palabras íntimas. Ayer se despidió de forma silenciosa y dejó un gran espacio en blanco para las letras mexicanas.
El escritor, académico e investigador falleció la madrugada de este martes a los 83 años. Durante casi un mes convaleció de una operación y tuvo varias complicaciones, hasta que su cuerpo no aguantó.
Pero los últimos momentos los pasó rodeado de su familia, se fue tranquilo, casi dormido, dice su hijo Juan Carlos.
“Mi papá era un hombre de letras, era una persona dedicada a la belleza a través de las palabras, de modo que su herencia para nosotros fue la literatura, fuimos sensibilizados desde muy pequeños hacia las bellas artes”, agrega.
Flores nació en Santiago Ixcuintla, Nayarit, el 4 de agosto de 1930, pero Guadalajara fue su casa durante casi 70 años, incluso se autodenominaba “heredotapatío”, junto con Alí Chumacero. En la ciudad estudió la secundaria, desarrolló su carrera literaria, se casó con Carmen Peredo y tuvo a sus cinco hijos.
De acuerdo a sus amigos y colegas, el legado de Flores debe entenderse en varios caminos. Fue un investigador de largo aliento, en una labor de casi 30 años rescató la obra de poetas fundamentales como Francisco González León y Alfredo R. Plascencia.
También fue maestro de varias generaciones de escritores, un incansable promotor cultural y un poeta que escribía de los pequeños detalles de la vida cotidiana.
Flores estudió Odontología en la Universidad de Guadalajara, pero nunca ejerció, la poesía le ganó a la carrera. Escribió títulos como A vuelo de pájaro y El pasado es un país desconocido, también fue integrante de la Academia Mexicana de la Lengua, Maestro Emérito de la Universidad de Guadalajara y reconocido con diversos galardones como el Premio Jalisco en 1961.
Hugo Gutiérrez Vega fue su amigo durante más de medio siglo. Apenas hace dos semanas, el periodista y escritor recordaba a su amigo durante la celebración de sus 80 años en el Paraninfo de la UdeG y le pedía a la muerte que ya no se llevara a más poetas.
“Es una pérdida muy seria para la literatura de Jalisco y México, se ve que no me hizo caso la huesuda, sigue contra los poetas”, expresa Gutiérrez Vega.
“Ernesto era un poeta de gran finura y delicadeza, un poeta de emociones y con una originalidad irreductible, es una de las voces más personales de la literatura jalisciense contemporánea”, completa el periodista y escritor.
La discreción de Flores quizá hizo que su obra no llegara a los reflectores, pero es hora de revalorar su trabajo como poeta.
“Se tiene que divulgar su trabajo como poeta, Ernesto fue cercano a una pléyade de varios poetas, creo que los lectores, nuevos poetas deberán poner atención muy particular a su obra y las instituciones de Jalisco, reeditarla y divulgarla”, afirma Ernesto Lumbreras.

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