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Abandono y suciedad ahuyentan a los pocos visitantes que llegan a pasear a la playa Angosta

*El paseo que se construyó durante el gobierno zeferinista luce destruido

Karla Galarce Sosa

Una de las obras del gobierno de Zeferino Torreblanca es hoy un defecadero aledaño a zonas turísticas que dieron renombre internacional al puerto: La Quebrada y playa Angosta.
Los escasos metros de playa del destruido paseo, que conduce hacia la efigie de los delfines, parece un cementerio de botellas de cerveza, mientras que el final del camino es una estatua rayada, y seriamente dañada.
En un recorrido por la tradicional playa Angosta, se observó escasa afluencia en ella.
A la playa llegan principalmente citadinos, que disfrutan del ligero oleaje y de las zonas rocosas para atrapar peces y pescar con anzuelo.
Apenas cuatro familias había disfrutando de la playa, y ocupaban igual número de sombrillas en la arena, que después del mediodía comenzaba a recobrar movimiento.
Los ocupantes de los locales aledaños a la playa comentaron que la pasada Semana Santa trajo buenas ganancias, y estimaron que esta semana de Pascua se tendrá una buena derrama económica, con la llegada de más turistas a la zona Tradicional, que descienden a pie desde La Quebrada.
Las embarcaciones ancladas, los peces y las riquezas acuáticas se observan desde los miradores, que dirigen al paseante hacia la tradicional zona turística.
El agua cristalina del mar, contrasta con la suciedad del pasillo que bordea una parte de los acantilados que delimitan la estrecha franja de arena.
Otro aspecto con que se encuentran los visitantes, son las natas de basura que llegan, empujadas por las olas, hasta la arena de la angosta playa, donde se encuentra asentada una cooperativa de pescadores.
Un par de turistas buscan peces entre las rocas, pero a la distancia se observan más trozos de cristales que alguna vez fueron botellas de cerveza.
Los niños de las familias cavan en la arena y les acompaña la suave brisa y un fuerte olor a mariguana, que nace de un cigarro forjado por los pescadores y que evitan que haya más turistas, pues su insistencia a que se tomen un trago con ellos, los aleja.
Una pequeña familia de turistas de la ciudad comentaron que “los vicios que acompañan a los prestadores de servicios náuticos en esa playita alejan a cualquiera”.
En el recorrido que este medio efectuó ayer por la mañana, se observó que el camino de concreto que rodea una parte de los acantilados de la playa Angosta, luce sucio, además que carece de un sistema de iluminación, así como de rejillas que impidan alguna caída en el agua. Al final del paseo se llega a un área destruida, que carece de un paso seguro y que en apariencia, es zona de grafitis.
Los turistas comentaron que prefieren quedarse en la franja de arena, para así evitar molestias con quienes allí ingieren bebidas alcohólicas, o se drogan; y evitar también el olor de un defecadero.

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