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Ofrecen solemne y discreto homenaje de despedida a García Márquez en Colombia

El homenaje en memoria de Gabriel García Márquez en la catedral de Bogotá fue solemne y discreto.
El clima, el escenario y el número de concurrentes no ayudaron para una despedida alegre o multitudinaria, como la que se vivió el lunes en el Palacio de Bellas Artes de la ciudad de México.
Bogotá estaba nublada y lluviosa, y no más de mil personas asistieron a la ceremonia dentro y fuera de la iglesia.
En la catedral se encontraban el mandatario, sus ministros, tres ex presidentes, embajadores y algunos ciudadanos. La Orquesta Sinfónica Nacional interpretó el Réquiem de Mozart.
En la explanada se congregó un puñado de personas. Entre ellas Olga Méndez, un ama de casa de uno de los barrios más pobres de Bogotá, acompañada de su hijo Heiner, de 7 años.
En la iglesia, el cardenal primado de Colombia, Rubén Salazar, agradeció a Dios por la existencia, obra y legado de García Márquez.
El presidente Santos recordó al escritor como un hombre de paz.
“Trabajó por la paz, siempre quiso una Colombia en paz y, en su memoria, no vamos a claudicar en esta tarea, la más trascendente que tenemos como nación”, afirmó.
La lluvia arreció y vinieron los vallenatos al ritmo sinfónico, interpretados por músicos entre mariposas amarillas de papel. (Hernando Salazar / Agencia Reforma / Bogotá).

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