Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Arturo Martínez Nateras

Informe y democracia

 Al presidente parece que ya le cayó el veinte. Hoy se reunirá con todos los partidos, después de la inteligente, audaz y digna jugada de Rosario Robles. Ofrece que al regreso de Johannesburgo continuarán las pláticas. Ojalá y a partir de ahora el gobierno inicie el cambio con rumbo. Es mi deseo que termine la era de las exclusiones iniciando la del gobierno con todos. Es tiempo del pacto de unidad republicanaMañana Fox rendirá su segundo Informe de Gobierno. La percepción de la gente es que las cosas andan mal y empeorando. No hay ni cambio ni rumbo. Ni confianza ni esperanza. La desilusión predomina.La reforma democrática del Estado mexicano sigue como el mayor de nuestros pendientes. Uno de sus capítulos centrales es la nueva arquitectura constitucional que elimine de raíz al presidencialismo que está más vivo que coleando. El conflicto entre los poderes ejecutivo y legislativo federal no se resolverá sin las modificaciones constitucionales, legales, reglamentarias y sobre todo en la práctica y en el despliegue de la voluntad política.Lo que hoy está ocurriendo es apenas un pálido reflejo del riego de crisis constitucional que vivimos hace un lustro. En 1977, la LVII Legislatura estuvo en riesgo de no integrarse por la resistencia del PRI a la elección de Porfirio Muñoz Ledo como presidente de la Cámara de Diputados. Superada la intentona del PRI de integrar la directiva en un fallido golpe legislativo, la crisis quedó superada, la entonces denominada nueva mayoría salió adelante.

Porfirio presidió la sesión, respondió el Informe en una ceremonia republicana, inolvidable, respetuosa, de calidad. Y no pasó nada. Zedillo convivió a regañadientes con una diputación incómoda que le modificó ligeramente el Presupuesto pero en general elevó el papel del legislativo.La soberanía nacional, al votar el 2 de julio del 2000,  distribuyó de tal manera los poderes eligiendo al presidente Fox Quesada, negando la mayoría al PAN en las cámaras y mandatando la construcción de consensos para realizar las reformas que el país requiere. Fox se benefició de las reformas anteriores promovidas principalmente por la opción de las izquierdas sin menospreciar lo realizado por los panistas. Fox no ha realizado ningún cambio de fondo en materia política.

Vicente Fox tomó posesión sin conflictos, el Congreso le ha aprobado leyes por consenso y, no pocas, por unanimidad. El primer presupuesto logró amplio acuerdo y el vigente sufrió modificaciones aunque hubo de aprobarse en un periodo extraordinario.Los cambios estructurales en la relación entre el legislativo y el ejecutivo no se han producido. Cierto, en ocasiones es más el ruido que las nueces pero el problema de fondo es que el presidente y el poder presidencial siguen predominando y por ello los conflictos se suceden. La negativa de permiso para un viaje a Estados Unidos y Canadá calentó las relaciones. La Presidencia hace muy poco para construir consensos y privilegiar un pacto de unidad republicana de cuyos frutos gane México.Don Santiago Creel se desgasta como interlocutor y puede correr la misma suerte de Emilio Chuayffet a pesar de su talento y de su experiencia. Hace cinco años, en agosto y septiembre de 1997, Creel fue uno de los verdugos del secretario de Gobernación. Hoy se suicida por no asimilar la idea mágica de que México vive un diferente equilibrio de poderes.Al mismo tiempo, los partidos se desgastan en el descrédito y la política esta siendo sustituida por el escándalo, la nota roja y la frivolidad.

El segundo Informe ha sido precedido por los desencuentros entre poderes.

Sin ninguna duda el formato y el contendino del Informe deben ser modificados. La nación requiere información real, suficiente, precisa, creíble y verificable. Hace falta reformar el artículo 69 de la Constitución.Todavía desde Los Pinos aspiran a ceremonias de lucimiento y las tentaciones de hacer propaganda soslayando la información y la comunicación están a la vista. El golpeteo al Congreso y la confrontación de poderes se mantiene sin que se hayan alejado las tentaciones de un Congreso sometido. Este anhelo sustenta la tesis del PAN y del presidente de ir por todo, en las elecciones del 2003, dramatizándolas y creando tensiones tempranas, ignorando que la composición del Senado no será modificada y que una mayoría absoluta sólo le serviría para aprobar el Presupuesto de Egresos de la Federación. Además, no van a ganar.Del segundo Informe no espero anuncios espectaculares como aquellos de la nacionalización de la banca hace 20 años, de las devaluaciones (1976), etc. Anhelo una ceremonia de diálogo entre poderes. Superado el incidente del intento de excluir al Canal del Congreso, y de la elección de la mesa directiva (hasta mi cierre aún no se ponían de acuerdo) es deseable que Vicente Fox Quesada aproveche las lecciones de este año para dar un giro en los métodos, en las formas y en el estilo de gobierno; que hable con la verdad, que admita las omisiones y los errores, que trate de explicar los aciertos que no son pocos, pero que el mismo ruido y la bulla propiciados desde los propagandistas y merolicos, los picapiedra y amarranavajas del poder,  silencian o relegan.Nuestro país, los medios de comunicación, los actores sociales y políticos ya no admiten imposiciones, ni verdades a medias. El segundo Informe ni siquiera despierta el  interés pertinente. Yo deseo escuchar a un presidente que rinda cuentas, afiance aciertos, corrija errores y sobre todo que proponga con humildad una nueva relación entre poderes y de la presidencia con la sociedad. Hoy es justo el momento y la ocasión, la oportunidad del suave ajuste de rumbo, de iniciar la transformación democrática, pues nadie cree que la denominada transición se haya realizado y mucho menos que haya concluido.Desde Guerrero espero un verdadero viraje al federalismo que coloque como prioridad el desarrollo del sur y sobre todo del estado.El gobierno  del cambio con rumbo ni cambia ni tiene rumbo. Los bandazos no ayudan para nada y desgastan a la Presidencia; los escándalos deterioran a toda la clase política, a los partidos y a los poderes. La desesperanza conduce a la desconfianza y de ésta a los conflictos hay un tramo muy estrecho.El segundo Informe debiera ser el punto de giro del gobierno y lanzar las reformas que México necesita del Estado, social, económica y políticamente formuladas mediante un supremo acuerdo político nacional y republicano.Yo como soy un pendejo, iluso e irredento me apresto a escuchar y a ver el II Informe. Ya después platicamos

468 ad