Rafael Aréstegui
Reorientar a tiempo el rumbo
Renato Leduc hizo un poema que Marco Antonio Muñiz hizo canción y decía: “Sabia virtud es conocer el tiempo”. El Eclesiastés también señala que todo tiene su tiempo, hay tiempo de juntar piedras y tiempo de lanzarlas. En la política el tiempo es oro y una buena iniciativa tomada a tiempo es invaluable, tal es el caso de la convocatoria que algunos militantes de la izquierda hacen para reagruparla en torno a la reorientación del rumbo del PRD.
Este sábado se llevará acabo una reunión de militantes de distintos municipios; a muchos de ellos se les ubica como miembros del MDS, y ellos han señalado que su reunión y el esfuerzo que realizan para que el partido revitalice sus instancias en todos los niveles, y las corrientes y dirigentes se acoten a la vida estatutaria, no constituye una ruptura con su expresión histórica ni tampoco la conformación de una corriente más. El esfuerzo hay que seguirlo con interés, varios de los mencionados en la conferencia que dieron el miércoles en Chilpancingo, se han caracterizado por ser los caballos de batalla del MDS; su reflexión autocrítica de la situación que vive el partido, contrasta con el optimismo con el que se comportan sus hasta ahora dirigentes.
Con el resultado de las elecciones locales del 2002 se anunciaba que el triunfo de la gubernatura estaba asegurado; con el resultado de las elecciones federales, si bien se obtuvieron mas diputaciones, el PRI remontó la situación adversa y el éxodo de priístas hacia las filas del PRD se vio frenado. Hoy la situación se presenta incierta y los militantes de izquierda del PRD están obligados a realizar una reflexión profunda de las condiciones en que se encuentra el partido si en realidad aspiran a que se pueda disputar exitosamente la candidatura.
Cito una parte del documento con el que se convoca a esta reunión: “En el caso de nuestro estado, los guerrerenses, nos sumamos a esta oleada ciudadana renovadora, que vino a romper el control caciquil tradicional y se produjo un crecimiento explosivo del PRD, pero este crecimiento se dio de manera anárquica y se vinieron reproduciendo las formas culturales de hacer política del PRI y del pasado: corporativismo, clientelismo, caciquismo, caudillismo, reparto de cuotas de poder y de espacios considerados cotos. Al observar estas prácticas caímos en el vicio de dirimir nuestras diferencias en un ambiente no de discusión política, sino de confrontación interna, mismo que debilitó la fuerza moral con que nació el partido. Además un problema se presentó, estos vicios sólo los veíamos en las otras expresiones del partido sin aceptar que nuestra expresión también era partícipe de ello.
“Esta situación nos hizo perder el rumbo, las fuerza de izquierda fuimos incapaces de elaborar e impulsar una propuesta que nos llevara a una sociedad libre, justa, igualitaria, fraterna, democrática, incluyente, congruente con la diversidad cultural que existe en la sociedad, fuimos incapaces de precisar el rumbo que orientara al partido hacia un ideal más humano y de construcción de un nuevo pacto republicano.
“La lucha interna y el acoso gubernamental de Carlos Salinas en el país y de Ruiz Massieu en el estado, fue propiciando la formación de liderazgos endebles ideológicamente y carentes de formación política y se careció de medidas que previnieran que estos problemas de excepción pasasen a ser regla.
“Hoy en el partido no existe discusión interna, no existen canales de comunicación entre la dirección y las bases, la burocracia asfixia la vida interna y no se pugna por la unidad sino que el estilo de trabajo de las corrientes internas se ha tornado en un funcionamiento faccioso, la información se reserva a los dirigentes de las corrientes y se ha cancelado la posibilidad de generar procesos sanos de discusión, lo urgente ha desplazado a lo importante.
“El periodo en el país se caracteriza por la incertidumbre, la alternancia no ha significado transición, mucho menos transición democrática, el autoritarismo amenaza con reinstalarse pero con rasgos mas derechizantes disfrazados con discursos de productividad y eficiencia y en el estado la próxima coyuntura electoral nos presenta por un lado un PRI en proceso de recomposición y un PRD incapaz de convertirse en un partido que represente las mejores tradiciones de lucha popular; sin definición de programa político, económico y social y sin propuesta de reforma del Estado la disputa es por el gobierno sin alternativas de cambio y plagadas de pragmatismo y oportunismo”.
Indudablemente que son reflexiones acertadas y es una profunda autocrítica que proviene desde el seno del PRD, de su ala izquierda, lo importante es que en efecto no termine en la conformación de una corriente más y logre influir en la reorientación del rumbo partidario.
El esfuerzo de los militantes de base debería ser acompañado por los dirigentes que sientan la responsabilidad de contar con un partido bien organizado, con un partido que recupere la confianza de la sociedad, habrá de esperar también la respuesta de los representantes populares, sean presidentes diputados, regidores y sobre todo de los aspirantes a la candidatura a gobernador, el esfuerzo por revitalizar las instancias del partido tiene que acompañarse con anuncios claros de unidad interna del partido.
Por la importancia que tiene el contenido de la definición ante el asunto de las candidaturas, reproduzco la propuesta final que hacen los militantes que se convocan a la próxima reunión de este sábado:
“Todos los aspirantes merecen respeto y cuentan con capital político, pero son las instancias del partido las que deben definir formas y tiempos, programa y alianzas.
“En un primer momento nuestra agrupación se propone hacer un llamado a las expresiones que compartan estas preocupaciones para:
1.- Acotar a las actuales instancias para que respeten la vida estatutaria.
2.- Establecer el mecanismo que garantice la unidad del partido en la selección del candidato.
3.- Establecer las formas y los tiempos de selección del candidato.
4.- Definir las prioridades de un programa para el gobierno de transición y elaborarlo de manera participativa con la sociedad civil y las fuerzas políticas con las que se puedan establecer alianzas”.
La iniciativa de reorientar el rumbo es correcta y oportuna, esperemos que sea exitosa.