Raymundo Riva Palacio
PORTARRETRATO
*Chertorivski
Salomón Chertorivski es un servidor público que no tiene partido, que ha trabajado para administraciones perredistas y panistas, y es hijo de un estratega y publirrelacionista que por décadas ha tenido contratos con priistas. A lo largo de su carrera no se ha involucrado en polémicas ideológicas ni entrado en las dinámicas partidistas del poder y sus intrigas. Sin embargo, este sábado entró en ese gran terreno en las redes sociales donde se mezclan las pasiones con las campañas de desprestigio, y corren difamaciones y desinformación sin control que reflejan las contradicciones políticas.
¿Qué cambió en la gestión de Chertorivski, secretario de Desarrollo Económico del Distrito Federal, para que de la nada se convirtiera en el enemigo de intereses ocultos? Mucho. Es el arquitecto y voz central de la propuesta del jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, para que se discuta el incremento al salario mínimo a nivel nacional, y que en su primer semana de debate generó apoyos y posiciones encontradas, con la espada de Chertorivski enfrentándose a un enemigo poderoso, el sector privado, y a un economista a quienes no muchos se atreven a retar por su conocimiento, el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens. Las escaramuzas iniciales sólo han esbozado los términos de lo que será la discusión técnica y política, pero lo importante es que ya comenzó.
Lo que le sucedió el sábado a Chertorivski, sin embargo, no corre por los canales convencionales, sino por aquellos que esconden sus fobias y oposición en el anonimato. Twitter fue el vehículo para lanzar un ataque –no lo identificaron por nombre–, y generar una corriente de opinión pública en contra de la propuesta. Este mensaje corrió en la red social durante una parte de la mañana: “Partidos los únicos beneficiarios: en riesgo más de 4 millones de créditos del Infonavit con la propuesta…”. El mensaje fue copiado en numerosas cuentas con diferente nombre y con el avatar de un pingüino –que utiliza la marca Linux– disfrazado con diversas vestimentas. Todos los mensajes conducían al portal del Grupo Milenio que publicó una información con ese título.
Los expertos en redes sociales identifican fácilmente este tipo de ataques cibernéticos como procedentes de una misma fuente que utiliza legiones de robots para hacer viral un tema de su agenda, y tratar de impulsar una idea, una posición o una política o, en caso de los adversarios, desbarrancarla. Chertorivski tocó intereses que no se ven todavía, pero que ya sacaron sus anticuerpos para destrozar la estrategia antes de que cuaje, luego de que fue el hombre público de la semana, al llevar la voz del gobierno capitalino sobre los salarios mínimos y ser el anfitrión de un foro internacional que sólo le dieron sustento político y moral a la propuesta: los salarios mínimos en México tienen un rezago de 70 años, y una pérdida de más del 50 por ciento del poder adquisitivo en 30 años. Es, entre los países emergentes, una vergüenza.
Chertorivski encontró en este tema la razón principal para haber aceptado la oferta de Mancera para integrarse a su gabinete, y Mancera encontró en su secretario, un tema que finalmente lo haga trascender a nivel nacional, que es lo que todos sus antecesores en el cargo hacían. La combinación de los dos es interesante. Ninguno de ellos pertenece a ningún partido, y tampoco han dado señales de buscar afiliarse al PRD, que fue la maquinaria política principal que llevó a Mancera a la jefatura de gobierno y a Chertorivski al gabinete. Pero la combinación, por ahora, está funcionando.
Egresado del ITAM, el alma mater de la generación que hoy se encuentra en el poder, es parte de un grupo que saltó hace casi 15 años a Harvard, para continuar con sus estudios de posgrado. Chertorivski entró a una maestría en Políticas Públicas en la Escuela de Gobierno John F. Kennedy, que se precia de entrenar a los futuros gobernantes del mundo, donde varios de sus compañeros itamitas se encontraron con un político mayor que en los momentos que no le favorecían en el PAN, optó por tomar un año de distancia en una beca Mason, que es un programa de media carrera para profesionales a quienes les ve Harvard posibilidades de crecer en su país. Ese político era Felipe Calderón, quien llegó a la Presidencia, llamó a varios de aquél grupo para integrarse a su gabinete.
Chertorivski fue uno de ellos. No era su primer trabajo en el servicio público. Al regresar de Harvard, entró al equipo de transición del gobernador electo en Michoacán, Lázaro Cárdenas Batel, y durante la primera parte de su administración fue el responsable de operar la política social, principalmente en la región purépecha. Como parte de lo que aprendió en la maestría, fundó con varios amigos una empresa de vivienda para autoconstrucción, que no le dio grandes utilidades, pero le permitió conocer ese sector. Después fundó otra empresa de ópticas populares y móviles para las comunidades rurales, con lo cual, como él mismo dice, ha quedado más que manifiesto su vocación.
Calderón lo nombró director de Diconsa, la empresa del Estado que distribuye y comercializa alimentos para las comunidades de bajos ingresos en el país, y en 2009 saltó a la dirección del Seguro Popular, uno de los grandes programas de los gobiernos panistas. Cuando José Ángel Córdova decidió cambiar su cargo como secretario de Salud para buscar la candidatura para el gobierno de Guanajuato, la decisión sobre su relevo recayó en dos compañeros de Calderón en Harvard, Chertorivski, y el entonces director del Seguro Social, Daniel Karam. La opción recayó en el primero.
Al terminar el gobierno de Calderón, su nombre circuló en la prensa como uno de los funcionarios que posiblemente repitiera en el gabinete de Enrique Peña Nieto. La realidad es que el gabinete presidencial se había armado antes incluso que circularan las especulaciones en la prensa. Pero cuando otros se dieron cuenta que Chertorivski sería un agente libre, lo buscaron. Mancera, a quien conocía de tiempo atrás, le ofreció el cargo en la cartera de Desarrollo Económico, que en el pasado sólo había servido para cumplir con los compromisos de las cuotas de poder. Su nombramiento se guardó con tanto hermetismo, que sólo hasta que apareció a un lado de Mancera en el evento donde anunció su gabinete, se supo cuál sería el futuro inmediato.
Lo que no sabían en diciembre de 2012 es que encontrarían en los salarios mínimos, mucho tiempo después, un tema noble y política y éticamente impoluto. También, nadie puede soslayar, electoralmente redituable. Este es el terreno en el que se metió. A Mancera la corresponderá manejar el tema político y administrarlo electoralmente. Pero a Chertorivski le toca la defensa técnica y el desarrollo de su aplicación.
Enfrente ya salieron sus adversarios. Los que golpean por detrás, que se encuentran entre los organismos patronales y de comerciantes. Los técnicos, como Carstens, cuya línea de argumentación es impecable: salarios mínimos sin productividad, causará inflación. El gobierno, el secretario de Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, ya desestimó y dijo que el tema de los salarios mínimos, es una propuesta presidencial que se está trabajando. El PAN, con el líder nacional Gustavo Madero, quien se adelantó a pedir una consulta popular el próximo año sobre salarios mínimos.
La discusión sobre salarios mínimos ya mostró lo encendida que estará y todas las variaciones que encontrará su debate. Chertorivski entró a un terreno que no había pisado antes, donde tratarán de hacerlo caer para derribar a Mancera. Debió saber a dónde se metía. También, que está en un punto sin retorno.
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