Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Jorge Camacho Peñaloza

Los errores del pasado

Sería una necedad pretender que el pueblo no puede cometer errores políticos. Puede cometerlos, y graves. El pueblo lo sabe y paga las consecuencias; pero comparados con los errores que han sido cometidos por cualquier género de autocracia, estos otros carecen de importancia. John Calvin Coolidge
Iniciamos el año nuevo, paradójicamente, con problemas añejos, y otros tan recientes que aún padecemos sus efectos con tal intensidad que pareciera que seguimos en 2014. La realidad es que 2015 trae desafíos heredados de 2014 que nos pondrán a prueba como sociedad, sobre todo a partir de la tragedia de Iguala en septiembre.
El punto es que el inicio de un nuevo año es la oportunidad para darnos nuevamente como sociedad –valga la redundancia–, la oportunidad de no volver a cometer los mismos errores del pasado; hoy es más válido que nunca aquello de que el pueblo que no conoce su historia está condenado a cometer los mismos errores.
En Guerrero, hemos tocado fondo a una crisis política que ya no deja lugar a dudas en el sentido de que desde la política se generan los más graves problemas que tenemos como sociedad, en los que la misma sociedad tiene su parte. Me explico.
Los políticos, gobernantes y representantes populares surgen de la misma sociedad, en ella se forman sus creencias, hábitos, visión, prácticas de honestidad o deshonestidad, ideología y prácticas políticas, son reconocidos y seguidos por amplios sectores de la población que luego en los procesos electorales hasta votan por ellos, al grado de votar por delincuentes.
En este nuevo año, el propósito principal debería ser el de no volver a cometer los mismos errores del pasado, empezando por los partidos políticos de no postular a prospectos que pactan con la delincuencia organizada.
El electorado no debe volver a cometer el error de votar, no sólo por candidatos con vínculos con la delincuencia organizada, sino por los mismos de siempre, aquellos que han dado muestras fehacientes de corrupción, ineptitud, frivolidad y ambiciones de poder y enriquecimiento.
En la elección que viene hay la oportunidad de castigar a los mismos de siempre, a los que han estado en cargos importantes y no han logrado impedir el avance de la penetración del crimen organizado, que han tolerado la omisión y la irresponsabilidad, el saqueo y la impunidad, debe ser aprovechada para sepultar electoralmente a los mismos de siempre, de todos los partidos, que siempre han defendido más a sus partidos que a la sociedad.
Debe ser la oportunidad de dar la espalda a los incongruentes y demagogos, a los que descaradamente mercadean electoralmente con la pobreza y necesidades de la población, quienes de regocijan de sacarse fotos entregando pan para promover sus ambiciones electorales.
La tragedia de Iguala y los estudiantes de Ayotzinapa debe ser el punto de partida para un cambio en el comportamiento electoral y ciudadano de cara a la elección de gobernador, presidentes municipales y diputados locales, y de cara a la impunidad con que muchos gobernantes y políticos llevan a cabo sus actividades.
Es cierto que hacen falta 43, que la tragedia de Iguala ha desatado la rabia y la indignación, pero eso no puede arrebatar a más de 2 millones de electores guerrerense su derecho a votar, no puede justificar la cancelación de la democracia, porque entonces los agraviados se convertirían en otra dictadura o grupo autoritario que quiere imponer a los guerrerenses sus intereses.
La tragedia de Iguala sigue su curso hacia la salida, ya están detenidos autores materiales e intelectuales, ya costó la caída de un gobernador, ha servido de bandera para negociar otros intereses del magisterio disidente y organizaciones de derechos humanos, y los familiares de los desaparecidos en medio de todas estas ambiciones, intereses y negociaciones.
No sé cómo va a terminar todo esto, lo que sí es que estos sucesos deben ser el toque de fondo, el punto de partida para no volver a cometer los mismos errores del pasado, los electores no deben buscar en las promesas de los candidatos la propuesta del cambio, sino no volver a cometer los mismos errores del pasado, votar por nuevas caras, propuestas y compromisos, y no por los mismos de siempre.

Vuela vuela palomita y ve y dile: que se van a equivocar a aquellos que en partido político quieren a la universidad convertir, para impulsar una candidatura a gobernador, que el trabajo de la universidad es impulsar candidatos a licenciados, maestros o doctores.

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