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Organiza sacerdote encuentro de cooperativistas en Cacahuatepec como alternativa al neoliberalismo

*Uno de los objetivos de la economía solidaria y de este grupo es la reconstrucción del tejido social, dice Marcos Linares Linares

Karla Galarce Sosa

El discurso del gremio político carece de un compromiso y verdadero sentido social porque desconocen en qué consiste, señaló el sacerdote Marcos Linares Linares quien encabezó el primer encuentro de cooperativas solidarias de Guerrero, que reunió a una decena de productores provenientes de los Bienes Comunales de Cacahuatepec y de ambas costas de la entidad.
En declaraciones a reporteros en la Casa Diocesana, donde se desarrolló la actividad, el sacerdote dijo que desde hace más de un año existe un equipo promotor en Acapulco de la economía solidaria, mismo que se ha preparado para conformar una alternativa al sistema neoliberal.
“Uno de los objetivos claros de la economía solidaria y de este grupo en concreto es la reconstrucción del tejido social, un tema que traen muchos políticos en la boca, pero pregúntenles cómo piensan hacerlo pero no saben”, señaló el sacerdote.
“El tejido social, continuó, se construye de abajo hacia arriba y con pequeñas células, con objetivos claros y a mediano plazo y no con proyectitos de arreglar una calle o de poner una planta, sino que deben influir en la forma de vida de las personas”.
Explicó que “durante años los ricos se vuelven más ricos y los pobres más pobres y han hecho una burla de la política para el pueblo (…) la economía solidaria viene a equilibrar muchas cosas, busca que haya más justicia social en el reparto de los trabajos, en donde se respete más la naturaleza, donde se acaben con los problemas sociales como la injusticia, la emigración, la pobreza, la inseguridad y tantos problemas que hay”.
Para mucha gente esto resulta nuevo y ni siquiera saben lo que significa, criticó y añadió: “se trata de una corriente político social, económica, que viene a ser una alternativa de equilibrio”.
Explicó que en Guerrero la conformación de las empresas de economía social por iniciativa de la Iglesia a través del arzobispo y, con la tutela y colaboración de él como promotor cuya experiencia alcanza los 15 años en Michoacán.
En un año, abundó, “comenzamos a ver manifestaciones benéficas para la población y en un promedio de cinco años, van a ver una fuerza muy grande en Guerrero”.
Añadió que como parte del proceso de selección, la diócesis convocó a dos o tres personas por parroquia, quienes participaron en los talleres tanto en Costa Grande y en la Costa Chica, participaron de 80 a 90 líderes y fueron seleccionadas 30 para conformar lo que hoy es Peesgro, promotores de economía solidaria de Guerrero, que ya se constituyó jurídicamente para dar seguimiento a dos o tres proyectos en sus comunidades.
Indicó que los participantes en Peesgro son en su gran mayoría productores que se irán integrando poco a poco a un sistema autosustentable hasta que lo conviertan su modo de vida, aunque estará relacionado con sus mecanismos de organización.
Advirtió que en Peesgro, “no queremos oportunistas porque en la mayoría de los grupos salen a flote porque velan por sus intereses, y se valen con el tema de lo social; tampoco queremos partidos, religiones ni ideologías, porque eso divide, aunque esto lo está convocando la iglesia, no interesa porque no estamos promoviéndola en algún esquema en particular; no abanderamos ningún partido político, porque han hecho mucho daño y han dividido; tampoco queremos trabajar con un gran sector de personas que son los flojos, no queremos que sólo lleguen a estirar la mano”.
Alertó que problemas como la emigración, la pobreza, la inseguridad y la violencia, que antes de vivirse en Guerrero, “y ahora más fuerte que en Michoacán hace tiempo”, y la injusticia social deben ser contrarrestados.
“Lo oportuno es que la misma necesidad de las personas los obligan a tomar decisiones en conjunto”, concluyó.

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