Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Arturo Solís Heredia

Canal Privado

*Lo que los cínicos no entienden

“Hoy nos reunimos porque hemos elegido la esperanza sobre el miedo, la unidad de propósitos sobre el conflicto y la discordia. Hoy hemos venido a proclamar el fin de las quejas mezquinas y las falsas promesas, de las recriminaciones y los dogmas caducos que durante demasiado tiempo han estrangulado a nuestra política.
“Lo que no entienden los cínicos es que el terreno que pisan ha cambiado y que los argumentos políticos estériles que nos han consumido durante demasiado tiempo, ya no sirven”.
Los anteriores son dos párrafos del discurso de investidura como presidente de Estados Unidos de Barack Obama, el 20 de enero de 2009. Reconocido ya por la calidad y contenido de su oratoria política, su primer mensaje como presidente fortaleció el apoyo popular y mereció elogios de casi todos los analistas de la prensa de su país: “un mensaje audaz”, “tuvo fuerza”, “transmitió realismo y esperanza”, “trasladó el mensaje de la transformación”, fueron las opiniones más repetidas.
Lo comparto aquí, porque seguro varios lectores, como este escribidor, esperan escuchar un mensaje parecido cuando el candidato electo en junio de este año pronuncie su primer discurso como gobernador.
Y es que más allá del estilo, la aprobación a su mensaje se debió a que Obama entendió la crisis social de ese momento, y reflejó el ánimo y reclamo de la mayoría de los estadounidenses, “Que estamos en medio de una crisis es evidente. Nuestra nación está en guerra frente a una red de gran alcance de violencia y odio. Nuestra economía está gravemente debilitada, como consecuencia de la codicia y la irresponsabilidad de algunos. Se han perdido casas y empleos y se han cerrado empresas. Nuestro sistema de salud es caro; nuestras escuelas han fallado demasiado”.
Sin saber su autoría y contexto, el mensaje de Obama parece inspirado en la realidad social que padecemos, y en el ánimo y reclamo de los guerrerenses. Y por si hiciera falta muestra, otro botón: “Menos tangible pero no menos profunda es la pérdida de confianza en nuestro país, un temor persistente de que el declive de Estados Unidos es inevitable y de que la próxima generación debe reducir sus expectativas”.
Por eso este escribidor, como seguro varios lectores, espera que el próximo gobernador entienda que, después de las trágicas noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre de 2014 la política debe ser reivindicada y la sociedad redimida.
Si no lo hace, si antes de pensar en gobernar a los guerrerenses no propicia la reconciliación, si no convoca a la unidad, si no es realista, si no revive la esperanza y si no se compromete con una verdadera transformación, su única meta posible será concluir con mucha pena y poca gloria su administración.
A pesar de que Barack Obama entendió los retos del momento y las circunstancias al asumir la presidencia de Estados Unidos, y del optimismo que generó la elección del primer presidente negro, concluirá su mandato con más pena que gloria
¿Cómo sustentar y contagiar optimismo, si el próximo gobierno de Guerrero no entiende que enfrentará un reto más grave y complejo?
¿Cómo, si no puede convencernos de elegir la esperanza sobre el miedo, la unidad de propósitos sobre el conflicto y la discordia? ¿Cómo, si no proclama el fin de las quejas mezquinas y las falsas promesas, de las recriminaciones y los dogmas caducos, que durante tanto tiempo han estrangulado a nuestra política?
¿Cómo, si no advierte a los cínicos que el terreno que pisan ha cambiado, y que los argumentos políticos que nos han consumido durante tanto tiempo ya no sirven?
¿Cómo, si no entiende lo que entendió José Mujica en su primer discurso como presidente de Uruguay, en marzo de 2010?, “Hay un algo mayor que es causa común, que nos envuelve a todos, algo así como una gigantesca bandera que nos abriga y nos compromete, una especie de ‘nosotros’ anónimo, que más que actuar como un legado del pasado es una afirmación hacia el porvenir. Es el sueño, en definitiva, de que nuestros hijos sean mejores que nosotros”.

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