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Olores nauseabundos, vendedores ambulantes y basura reciben a los turistas en playa La Angosta

Karla Galarce Sosa

Heces fecales en el andador aún sin reparar, una capa de basura cubriendo parte del agua entre los bañistas, y más vendedores de comida que familias en la playa, son el panorama que se observó en La Angosta, a cuatro días de que concluya la temporada vacacional.
La pequeña playa, cercana al área de La Quebrada, aunque se observó limpia la arena, no fue el mismo caso del agua, donde las corrientes del mar arrastraban de un lado para el otro de los riscos, una capa de lo que parecía lodo que flotaba con mucha basura.
Además de la nata color café claro que flotaba sobre el agua, los escasos bañistas debían soportar el olor a heces fecales y a orines, si querían llegar por el andador hasta la inclinada estatua de delfines, pues la falta de sanitarios en la zona obliga a los bañistas a usar los “lugares más apartados y escondidos” de los riscos, como baños públicos.
Durante el periodo de Zeferino Torreblanca como gobernador, se remodelaron las áreas de descanso y los baños, sin embargo, debido a la poca calidad del material utilizado en poco tiempo se deterioró.
La señora Sara Martínez, visitante del Estado de México, comentó que como usuaria de la playa, le resultó “muy incómodo” tener el panorama de un pasillo “prácticamente derrumbado”, pues el atractivo de playa Angosta siempre ha sido caminar entre un pequeño pasillo, hasta llegar a las piedras de un extremo a otro del mar.
Un grupo de jóvenes que practicaban esnorquel, comentaron al salir que había muchas botellas rotas en el fondo del mar, y supusieron que eso es resultado de la cercanía con el anfiteatro de Sinfonía del Mar, a donde los jóvenes y grupos de visitantes acuden a ver la puesta del sol y beber algunas cervezas.
Los visitantes pidieron a las autoridades prestar más atención en la limpieza de la playa, pues se trata de una de las “más acogedoras y que representan mucho para la zona Tradicional de Acapulco”.

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