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Jorge G. Castañeda

Instrumentos alternativos para castigar al Verde

Comparto los argumentos vertidos en páginas editoriales sobre la necesidad, o el carácter deseable, de anular el registro al Partido Verde por violaciones a la legislación electoral. Quizá la mejor manera de lograrlo no sea a través de firmas o mediante los recursos interpuestos por los partidos ante las autoridades electorales; tiendo a pensar que la fuerza del PRI y del gobierno en dichas instancias harán imposible que esto suceda. La razón esgrimida es que el Verde viola constante y significativamente la legislación electoral; las multas impuestas no merman su capacidad de hacer campaña; como lo dijo Paco Calderón, el Verde conseguirá votos para mantener su registro gracias a los delitos electorales por los cuales ha sido multado. Y las multas no le hacen el menor daño.
Discrepo del argumento simplista y engañoso de que quien debe quitarle el registro a un partido de ese tipo son los votantes en las urnas. Si comete tantas infracciones a la ley electoral, y si apela a lo peor del resentimiento e ingenuidad de la sociedad mexicana, los electores lo castigarán.
En muchos países democráticos se establece una distinción entre las formas aceptables de buscar votos y las que no lo son. No todas se valen. Por ejemplo, en países europeos, el discurso del odio antisemita o xenófobo está prohibido en las campañas. En otros casos la incitación a la violencia, el no reconocimiento de las instituciones democráticas o el propósito explícito de destruirlas son considerados causales suficientes para prohibir la participación electoral.
En México, hemos construído un andamiaje legal y electoral complicado, y casi absurdo, pero es el que hay. Si alguien busca votos recurriendo a prácticas prohibidas por ese andamiaje debe ser castigado por la autoridad antes de llegar a las urnas. En esto el argumento de Jesús Silva-Herzog Márquez en Reforma es impecable.
Conviene reflexionar sobre instrumentos alternativos para castigar al Verde. Esto es más fácil y factible. Hay locutores, actores, encuestadores, comentaristas, diputados, consejeros del INE, magistrados del Tribunal Federal que apoyan al Verde. Podrían ser estigmatizados por el resto de la sociedad, por los partidos políticos, por los medios y por la sociedad civil organizada, negándoles contratos, apoyos, o cualquier tipo de relación “normal”. El estigma social no bastará para los más cínicos pero si puede ser suficiente para quienes lo son menos. Muchos aceptarían esta conducta y esta penalidad si se tratara de un partido abiertamente antisemita, racista, anticlerical o fascista: castigar a sus amigos y adeptos si no se puede penalizar a la institución misma, ¿por qué no con el Verde? Que en muchos aspectos le hace el mismo daño a la sociedad mexicana que el que harían estos otros grupos hipotéticos.

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