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México transita al camino del horror que condujo a Auschwitz, advierte Javier Sicilia

Yanireth Israde / Agencia Reforma

Ciudad de México

México transita el camino del horror, un camino que hace 70 años condujo al exterminio masivo de personas en Auschwitz, advirtió el poeta Javier Sicilia, durante la presentación del libro El fondo de la noche.
“Después de Auschwitz México no puede voltear hacia ese horror, no podemos caminar por ese camino, sin embargo estamos transitándolo. Gracias a Dios no a los niveles de la Alemania nazi, esperemos que nunca en ninguna parte del mundo se repita el horror del nazismo, el horror del sovietismo”, dijo el escritor en el Museo Memoria y Tolerancia durante la primera presentación en el DF de su novela publicada por Mondadori.
La obra que relata el sacrificio del sacerdote franciscano Maximiliano Kolbe, quien cambió su vida por la de un condenado –murió en Auschwitz en lugar de Franciszek Gajowniczek– fue considerada por Enrique Krauze como un encuentro entre el mal absoluto y el amor absoluto.
Juan Francisco Sicilia, recordó el historiador, murió victima del mal absoluto sobre el cual escribió el fundador del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad.
“Ese mismo mal, ese universo sin Dios, es exactamente el mismo de los hornos crematorios de Auschwitz o de las calles oscuras y asesinas del México de nuestro tiempo”, señaló Krauze.
Sicilia definió Auschwitz como el gran paradigma de las masacres.
“Donde un ser humano es violentado, humillado a grados como lo mostró Auschwitz, allí estamos frente al mal”.
Ese mal en México se agiganta con la complicidad de las autoridades, incapaces de hacer justicia a las víctimas, planteó el escritor.
“A veces me critican porque soy muy duro con el Estado, pero un Estado que permite la impunidad, que es capaz de gastarse millones de pesos en la frivolidad electoral y no voltea a ver a una sola víctima, es un Estado criminal”.
Hay que exigirle al Estado responsabilizarse del mal, porque de otro modo el país se acostumbrará al horror, como los alemanes se acostumbraron al nazismo, previno.

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