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Pide el Papa al llegar a Quito honrar la deuda de Latinoamérica con los más vulnerables

*El presidente de Ecuador Rafael Correa da la bienvenida a Francisco que comenzó su gira por Ecuador, Bolivia y Paraguay.  Bergoglio rompe protocolo y sale a la calle a rezar con fieles en la capital ecuatoriana

DPA / EFE

Quito / Guayaquil

El papa Francisco pidió ayer en Quito que América Latina honre su “deuda” con las poblaciones más vulnerables, al llegar a Ecuador en el inicio de su gira latinoamericana que comprende además Bolivia y Paraguay.
Tras 11 horas de viaje desde Roma, Francisco, cuyo avión lucía la bandera y el escudo del Vaticano junto a los emblemas de Ecuador, recibió una cálida bienvenida de miles de fieles, a quienes brindó una sonrisa que no se desdibujó ni cuando el viento le arrancó el solideo.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, fue el encargado de la bienvenida, junto a las principales autoridades católicas ecuatorianas.
En el primer mensaje al país, el argentino Jorge Mario Bergoglio planteó que en el Evangelio se pueden encontrar claves que permitan “afrontar los desafíos actuales”. Afirmó que hay que poner “especial atención en nuestros hermanos más frágiles y en las minorías más vulnerables, que son la deuda que todavía América Latina tiene”.
Francisco le dijo a Correa que puede contar siempre “con el compromiso y colaboración de la iglesia para servir al pueblo ecuatoriano que se ha puesto de pie con dignidad”.
“Desde aquí, quiero abrazar al Ecuador entero”, expresó el Papa. “Nunca pierdan la capacidad de dar gracias a Dios por lo que hizo y hace por ustedes, la capacidad de proteger lo pequeño y lo sencillo, de cuidar de sus niños y ancianos, de confiar en la juventud”, aconsejó.
Pidió además a los ecuatorianos “maravillarse por la nobleza de su gente y la belleza singular de su país, que según el señor presidente, es el paraíso”.
En efecto, a dar la bienvenida al pontífice, Correa contó que hay comentarios presidenciales que aseguran que “el Papa es argentino y Dios es brasileño, pero el paraíso es Ecuador”.
Correa también habló de la situación de la pobreza y desigualdad en América Latina y dijo que el mundo no vive solo un orden social injusto sino inmoral y que la solución “es la unidad de los pueblos”.
“¿Cómo podemos llamarnos el continente más cristiano del mundo siendo a su vez el más desigual?”, preguntó el mandatario. “Estas injusticias claman al cielo”, añadió.
“Agradezco a Dios haberme dado tantos privilegios, entre ellos el de poder recibirlo en mi patria”, dijo Correa.
El papa fue objeto de una cálida y multitudinaria recepción de cientos de miles de ecuatorianos que bordearon el acceso principal del aeropuerto y de un colorido acto de bienvenida preparado por medio centenar de niños ataviados con diversos trajes típicos, a los que el pontífice saludó emotivamente.
Al finalizar el acto, el Papa inició el recorrido calculado originalmente en 45 minutos, pero que demoró más de dos horas desde la localidad de Tababela donde está el aeropuerto, hasta la nunciatura apostólica en Quito.
Lo hizo a bordo de un pequeño auto Fiat junto al presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE), Fausto Trávez, y un conductor.
Para el último tramo se preparó un papamóvil para saludar a decenas de miles de personas que desde temprano se agolparon para verlo y recibir sus bendiciones.
Los concurrentes apretujados en las veredas no se cansaron de lanzarle flores al obispo de Roma.
Este lunes, Francisco viajará a Guayaquil, donde oficiará una misa campal, orará en el santuario de la Divina Misericordia y visitará con carácter privado a los sacerdotes jesuitas del colegio Javier, con quienes almorzará.
En la tarde regresará a Quito para cerrar la jornada con una visita de cortesía a Correa y un recorrido por la Catedral Metropolitana, donde saludará a los fieles que estén en el lugar.
El martes, Bergoglio se reunirá con los obispos ecuatorianos en el centro de convenciones del parque Bicentenario y en esta misma explanada celebrará una misa campal a la que se espera asistan dos millones de personas.
En horas de la tarde tiene encuentros con educadores en la Universidad Católica y con la sociedad civil en la iglesia colonial de San Francisco. Su día se cerrará con una visita privada a la iglesia de la Compañía, administrada por los jesuitas, su congregación.
El miércoles Francisco dejará Quito en la mañana y antes del mediodía visitará una residencia de ancianos en la cercana localidad de Tumbaco, mientras que en el Santuario de El Quinche se reunirá con el clero católico de Ecuador.
Su salida hacia La Paz, Bolivia, será al mediodía local de ese miércoles.

El Papa rompe el protocolo y sale de la residencia de la Nunciatura

El papa dejó de lado el protocolo ayer en Quito y salió de la residencia de la Nunciatura Apostólica para rezar con los fieles congregados en los exteriores.
Los sorprendidos feligreses vieron salir al Papa, quien les dijo: “Voy a bendecirles para que vayan a descansar y dejen dormir a los vecinos”, tras lo cual rezaron todos un Ave María.
Ellos habían estado pidiendo por el Papa, desde su llegada en la tarde del domingo.
“Viva el papa Francisco” fue luego el grito de los congregados que luego de la actitud del Pontífice empezaron a abandonar el sitio.
“Nos vamos a ver y pasado mañana (martes) también estaré en Quito, así que nos vamos a seguir viendo”, les dijo el Papa.
Las tres noches que Francisco pernoctará en Ecuador lo hará en Quito, en la sede de la Nunciatura Apostólica, ubicada en una zona comercial del norte de la capital ecuatoriana.

Fieles, voluntarios y comerciantes esperan la primera misa papal en Ecuador

Camisas, abanicos, estampillas y otros artículos con la imagen del papa Francisco se vendían y repartían ayer en los exteriores del Parque Samanes, donde este lunes el sumo pontífice oficiará la única misa prevista en su gira para la ciudad costera de Guayaquil, en el suroeste de Ecuador.
El movimiento en la avenida Paseo del Parque, la principal vía del lugar, fue intenso desde tempranas horas. Los vehículos que llevaban los últimos detalles para la ceremonia y de la organización eran los únicos que podían transitar por el sitio.
Los voluntarios inscritos para el evento fueron los primeros civiles en ingresar ayer a las 50 hectáreas destinadas para la ceremonia.
Mientras tanto, otros voluntarios se preparaban para la vigilia de la noche del domingo. Preparaban dinámicas de grupo, cantos y organizaban actividades religiosas como oraciones y rosarios.
Tras la misa multitudinaria y otras actividades que realice en Guayaquil, el papa, que llegó ayer a Quito, volverá a la capital de Ecuador para reunirse con el presidente del país, Rafael Correa, y visitar la Catedral, situada en el centro histórico de la ciudad.

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