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Cómplices de El Chapo construyeron el túnel a pesar del monitoreo del subsuelo

Rolando Herrera / Agencia Reforma

Ciudad de México

Los cómplices de Joaquín El Chapo Guzmán cavaron un túnel de 1.5 kilómetros de longitud a pesar de que el personal del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social (OADPRS) estaba capacitado para monitorear el subsuelo.
De acuerdo con una respuesta emitida por el OADPRS a una solicitud de transparencia, personal de seguridad recibió entrenamiento por parte de personal de la UNAM para utilizar la tecnología de Radar de Penetración Terrestre (GPR), así como de Tomografía Eléctrica de Resistividad (TRE).
El subsuelo era una área que preocupaba el Órgano al menos desde abril de 2012 le encargó a la UNAM que capacitara a su personal en esos aspectos.
También, la UNAM llevó a cabo un monitoreo sísmico en el Centro Federal de Readaptación Social (CEFERESO) DEL Altiplano No. 1.
En diciembre pasado, la respuesta a un solicitud de información el OADPRS confirmó la existencia la capacitación impartida y el estudio realizado.
“(Se tiene un) Reporte Capacitación, Supervisión e Interpretación de un estudio de Radar de Penetración Terrestre (GPR) y Tomografía Eléctrica de Resistividad (TRE) enfocado a personal de la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSP) para localizar elementos anómalos a profundidad, relacionado con el Centro Federal de Readaptación Social No. 1 “Altiplano”, anteriormente denominado la Palma en Almoloya de Juárez, Estado de México”, indicó.
Carlos Mendoza, quien es consultor en temas de seguridad pública, dijo que como parte de los protocolos de seguridad de una instalación como un penal de máxima seguridad es estar monitoreando el subsuelo, para que no ocurra justamente lo que pasó, que se cave un túnel que permita la fuga de internos.
“Ahí está clarísimo que sí disponían del equipo, que capacitaron a las personas porque contaban con el instrumento y entonces no hay razón para que no hicieran el trabajo recurrente y el monitoreo correspondiente para evitar este tipo de fuga”, señaló.
El trabajo que implica construir un túnel, de kilómetro y medio de longitud, a 10 metros de profundidad, con un apertura de 1.7 metros de alto por 70 centímetros de ancho, resaltó Mendoza, implican tareas que difícilmente pasan desapercibidas.
“Seguramente hubo corrupción, este tipo de acciones son difíciles de ocultar, el ruido que emite una excavación, el tener que estar sacando estas cantidades industriales de tierra y de escombros, no pueden hacerse sin que sea percibido en una instalación con estas características, entonces forzosamente hubo corrupción, hubo conocimiento y hubo tolerancia de funcionarios gubernamentales”, consideró.
Nadie vio 3 mil 250 toneladas de tierra

Su experiencia en habitar túneles ayudó al Chapo Guzmán a escapar de manera subterránea de las autoridades… pero ahora lo hizo desde un penal de máxima seguridad.
Para construir el túnel de kilómetro y medio de largo, 80 centímetros de ancho y metro y medio de altura se requirió extraer, según especialistas de la construcción, un volumen de 2 mil 652 metros cúbicos de tierra, suficiente para llenar 379 camiones con capacidad para 7 metros cúbicos.
Joaquín El Chapo Guzmán, preso hasta ayer en el penal de Alta seguridad del Altiplano, antes Almoloya, pudo con sus cómplices hacerlo en tiempo récord de seis meses.
El personal que excavó debió haber usado taladros y una retroexcavadora, que habrían sido perceptibles tanto en movimiento de material como por el ruido.
Pero ni desde la cárcel máxima ni en sus alrededores, ninguna autoridad vio siquiera un puño de tierra, no obstante que el personal penitenciario está capacitado y obligado a realizar periódicamente estudios de Radar de Penetración Terrestre y Tomografía Eléctrica de Resistividad para localizar elementos anómalos a profundidad, tales como túneles.
Los vecinos algo vieron. Uno de ellos, dijo que fue en agosto del año pasado cuando cinco albañiles oriundos de una localidad vecina iniciaron la construcción de la casa que encubría la excavación cercana al penal. Alrededor no había muchas casas en medio del llano y zonas de cultivo.
Una construcción del Sistema Cutzamala que se hace alrededor de la cárcel favoreció a confundir los ruidos de maquinarias.
La última vez que se le vio a Joaquín El Chapo Guzmán fue a las 20:52 horas del sábado.
A esa hora entró a la zona de regadera de su celda, ubicada en el Área de Tratamientos Especiales del penal. Y se esfumó por un hueco rectangular de escasos 50 centímetros.
El narcotraficante caminó a otro ducto vertical, habilitado con una escalera, que descendía 10 metros más y se fue por el túnel hasta una construcción en obra negra, a unos cientos de metros de un cuartel militar.

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