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Félix Castellanos Hernández

El Presupuesto Base Cero, un  asalto más

Como lo anunciamos, todo indica que el recorte presupuestal para 2016 destinado a los programas sociales y rurales será sin precedentes en la historia reciente de nuestro país.
Con el pretexto, “muy de moda” de la formulación del presupuesto con la metodología Base Cero, el gobierno federal quiere aprovechar y realizar un recorte presupuestal de 135 mil millones de pesos a diversos programas sociales, justificando que se requiere hacer más con menos y de avanzar en el saneamiento de las finanzas públicas, pero esta tesis ya ha sido aplicada varias veces en otros sexenios con resultados desastrosos para los sectores más pobres y marginados de nuestro país.
Observen ustedes, en el documento Estructura Programática 201 que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) entregó el día 30 de junio a la Cámara de Diputados, la dependencia planteó disminuir de 1097 programas presupuestarios que hay en 2015 a 851 para 2016, con ello, ésta Secretaría propuso reducir en un 22 por ciento el número de programas presupuestarios que actualmente operan en el sector público.
De los ramos bajo control del gobierno federal, la SHCP propuso reducir de 818 programas a 605, asimismo plantea que 261 programas presupuestarios se fusionen en 99, sugiere la resectorización de otros 7, la eliminación de 56 y la creación de cuatro nuevos.
Pero en esencia, ¿cuál es el significado del Presupuesto Base Cero?, en realidad no es ningún cambio de paradigma como lo pretende aparentar el gobierno federal, la propuesta de una nueva metodología base cero para la formulación del presupuesto 2016 es básicamente un programa más de austeridad presupuestal, que tiene como fin seguir adelgazando al Estado, a sus instituciones, a sus funciones y al cumplimiento de sus obligaciones que le marca la constitución y otros ordenamientos legales.
¿En realidad el Presupuesto Base Cero es novedoso en el mundo? No, por el contrario, su origen está en la iniciativa privada de los años 60, más específicamente en la empresa Texas Instruments que muchos recordaran, sobre todo aquellos estudiantes de los años 70 y 80 que usamos sus calculadoras científicas que ellos fabricaban.
Esta metodología consiste, según los promotores del gobierno, en evaluar cada uno de los programas y gastos partiendo siempre de cero, se formula como si fuera la primera operación de la empresa o en este caso del gobierno federal, se debe olvidar del pasado para que según ellos se rompa el gasto inercial y creciente para estar en posibilidad de “planear el futuro”.
Se va conformando el Presupuesto Base Cero, dicen sus defensores, en base a los objetivos y metas del año siguiente, sin considerar lo que sucedió en años anteriores, como si no importaran los datos y cifras históricas.
¿Pero qué se esconde en el fondo con esta metodología? Pretende el gobierno federal minimizar costos y maximizar beneficios, pero con criterios de rentabilidad, que en la iniciativa privada es plenamente comprensible, pero en el gobierno federal con tantas funciones, atribuciones y obligaciones que le marcan los ordenamientos legales, no puede permitirse, al menos no desde un enfoque eminentemente social.
En el fondo, se parte de un rompimiento del gasto inercial y debe priorizar el gasto en programas que generen mayores retornos presupuestales y crecientes niveles de rentabilidad, para la iniciativa privada quizá esté bien, pero con este planteamiento ¿la función social del Estado en dónde queda?
No podemos olvidar que toda elaboración del presupuesto serio y responsable pasa por una revisión detallada de los ingresos del país, del gasto público y de la deuda pública, es decir, se debe formular en base a una visión integral de la política fiscal del país y no sólo con criterios ordenadores, con elementos de austeridad y de rentabilidad, porque esto último atenta contra los propósitos que todo política económica y todo presupuesto que en un país que se llame moderno se debe alcanzar: el crecimiento y desarrollo con equidad y bienestar.
En resumen, con el presupuesto base cero se pretende seguir “controlando” los indicadores macroeconómicos: el déficit, el tipo de cambio y la inflación por sobre los objetivos más importantes y estratégicos que es el de impulsar el crecimiento y desarrollo económico del país.
Como todo indica el presupuesto 2016 se elaborará en base a la metodología Base Cero, pero surgen varias interrogantes: ¿Qué pasará con los compromisos que el gobierno ha asumido con anterioridad? ¿Qué va a pasar con los gastos inerciales? ¿Qué va a pasar con la deuda, el déficit, el pago de pensiones y con la inversión en infraestructura que ya que se tenía programada? Pero sobre todo, ¿Qué va a suceder con los programas sociales y rurales?
Estas son sólo algunas de las preguntas que nos hacemos un conjunto de organizaciones sociales y campesinas que nos estamos aglutinado en el Movimiento al que le hemos denominado El Campo Somos Todos y en el cual hemos venido conociendo del tema, realizando foros, organizando cursos, invitando a especialistas y a investigadores, incluso invitando a discutir a los funcionarios de la SHCP que por cierto no han aceptado reunirse con las organizaciones campesinas.
Nuestro movimiento, desde la óptica de las organizaciones sociales y retomando su propia metodología base cero, estamos formulando nuestra propia propuesta de presupuesto para el campo 2016 para discutirla con la SHCP y con la Cámara de Diputados, esperando ésta se instale y se conforme la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública para debatir y negociar con ellos dicho presupuesto, sólo que debemos esperar hasta septiembre cuando ya esté funcionando.
El tiempo apremia porque los diputados de la siguiente legislatura llegarán un tanto “desencanchados”, recibirán el proyecto de presupuesto por parte del ejecutivo federal a principios de septiembre y tendrán por ley hasta el 15 de noviembre para aprobarlo y con la cerrazón que ha mostrado el gobierno federal se requiere que las organizaciones pasemos de la propuesta a la protesta.
Por ello, las organizaciones que integramos el movimiento El Campo Somos Todos, estamos diseñando e instrumentando un plan de acción el cual iniciaremos con una gran marcha el próximo 10 de agosto en la ciudad de México para movilizarnos en contra de esta metodología de Presupuesto Base Cero que lo único que trae consigo es un importante recorte presupuestal a los programas sociales y rurales y con ello un asalto más en despoblado a las familias campesinas de nuestro país.

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