Afectan a Acapulco dos escurrimientos entre playa Tamarindos y el hotel Krystal Beach

Karla Galarce Sosa

Existen al menos dos desembocaduras donde los turistas caminan o nadan en aguas residuales, se ubican en la frontera entre las zonas Dorada y Tradicional de Acapulco.
Se observaron ayer, entre playa Tamarindos, frente a la tienda Aurrera, pasando por frente al Papagayo y hasta el hotel Krystal Beach, área donde concluye la zona Tradicional y comienza la Dorada, las desembocaduras de dos canales pluviales donde existen incesantes escurrimientos de aguas residuales.
Los integrantes de la familia de acapulqueños González Fernández, comentaron que la imagen en Acapulco cada vez se deteriora más, pues los escurrimientos de aguas residuales son permanentes e incluso durante los días de sequía.
“Antes sólo veíamos el escurrimiento de aguas residuales cuando llovía, pero últimamente esos escurrimientos de aguas pestilentes son todos los días”, comentó la señora Alicia Fernández, quien iba acompañada de sus hijas María y Alicia, dos adolescentes.
El tramo de playa entre el parque Papagayo y playa Carabalí, esta prácticamente abandonada, pues transitan por esos tramos solitarios vendedores ambulantes, hay pocos toldos y, por consecuencia, pocos visitantes. Sólo en el área de los restaurantes Mi Vereda Tropical y El Nono o los Anafres hay movimiento.
Los peatones y turistas en general utilizan las banquetas para evitar saltar de un lado a otro el escurrimiento del río del Camarón, del escurrimiento que desciende del parque Papagayo y desemboca a un costado del hotel Krystal Beach.
Este último escurrimiento, ubicado entre el hotel Krystal y el parián Papagayo, es donde aguas pestilentes desembocan por debajo de la plaza politécnica.
Los concesionarios del área pidieron a las autoridades resolver los escurrimientos de aguas residuales de las partes altas de la ciudad, para así evitar que los desechos lleguen al mar y afecte la imagen de las playas y del puerto.
El olor en la zona es insoportable al mediodía, se quejaron los vendedores de artesanías asentados en la explanada, quienes añadieron que ni los turistas se acercan por ese motivo.