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Surcan el cielo de playa Revolcadero papalotes multicolores en una exhibición

*El coordinador del encuentro y representante de una fábrica que los produce en Los Mochis, Sinaloa, comentó que se trató de un acto gratuito organizado por el condominio Península

Karla Galarce Sosa

Pulpos, calamares, catarinas, aves, ruecas, rehiletes, peces y anfibios, emprendieron el vuelo y surcaron el cielo sobre las playas de la exclusiva zona Diamante de Acapulco, durante el cuarto Festival de Papalotes que convocó el conjunto residencial Península, donde se desarrollaron las actividades y que incluyó, además de la exhibición, un taller para niños.
En playa Revolcadero, frente al conjunto habitacional conformado por tres inmuebles, edificados en el ex ejido de Copacabana, surcaron el cielo durante más de 5 horas los cometas y papalotes que ayer por la tarde frente al conjunto de condominios reunió a una treintena de grandes papalotes.
Los cometas fueron izados gracias a los fuertes vientos que soplaron desde el mediodía, pues con fuerza fueron empujados los ligeros plásticos de capas multicolores, y largos listones que los constituyen para mantenerlos en el vuelo.
Las tiras de plástico hacían ver más grandes y largos de lo que parecían las formas de animales, pues cuando aún estaban tendidos en la arena sólo eran un montón de plástico.
El coordinador del encuentro y representante de una fábrica de papalotes originaria de Los Mochis, Sinaloa, José Manuel Hurtado, comentó que se trata de un acto gratuito organizado por el condominio Península.
“Lo que tenemos son papalotes gigantes, se trata de un festival y la idea es tener un taller de papalotes donde los niños pueden sentarse a diseñarlo, lo dibujan y posteriormente sean capaces de volarlos (…) Hay papalotes de todas figuras y formas, ranas tridimensionales, papagayos, tiburones, búhos, pulpos de 30 metros”, detalló mientras sostenía un par de palas con las que después cavó un hoyo y ancló el papalote de un calamar.
“Se trata de una decoración de figuras eólicas y todo lo que enmarca el festival, son alrededor de 30 papalotes que a partir de las 4 de la tarde, esperamos tener más figuras y tener el cielo lleno de papalotes, porque conforme pasa la tarde, el viento favorece más la utilización de los papalotes”, explicó.
Comentó que son 11 personas las que ayudarían a mantener las diferentes formas de papalotes en el cielo, anclados algunos, sobre la misma arena, otros atados con troncos que el mar arrastró.
Varios niños que no rebasaban los 10 años de edad, eran auxiliados por sus padres o por sus abuelos para echar a volar sus papalotes, algunos con forma de mariposa, de pez, de cometa, todos con bandas, lunares y formas geométricas multicolores.
El espectáculo pasadas las 3 de la tarde, lo mantenía una treintena de papalotes, algunos que superaban los 30 metros de longitud y se pudo disfrutar hasta pasadas las 4 de la tarde, cuando el viento soplaba más fuerte.
Para sorpresa de algunos paseantes, la mayoría invitados o propietarios de algún departamento, condominio o villa de la zona Diamante, las distintas figuras en vuelo, alcanzaron hasta 50 metros de altura según explicó el coordinador.
El espectáculo sobre el aire, era capturado por la mayoría de los bañistas, que aún bajo la sombra de los toldos en la zona residencial, salían de vez en cuando para observar y fotografiar los distintos movimientos, que a capricho del viento, movían listones y columnas de nylon.
Esta vez construir castillos de arena en esa zona, no fue prioridad para los niños, pues decidieron echar al agua sus buggies y nadar un poco en el mar, pero la mayoría de ellos, quería volar un papalote, fuera con forma de una mariposa, de un rombo, o de cualquier cosa, pues fueron repartidos 50 de ellos, principalmente entre los hijos de los dueños de los departamentos.
En el área de alberca del inmueble de lujo, adornado en algunos recovecos con efigies de sacerdotes hindúes, se observó a algunas parejas, familias que no rebasaban los cuatro integrantes, y a los grupos más numerosos que eran de jóvenes, aunque no superaban los seis miembros.
Cerca del área de alberca, frente a uno de los tres edificios que conforman el complejo, aún inconcluso, se encuentra delimitada por lo que aparenta ser un amplio corredor que dividirá la zona concesionada, con el acceso a los edificios de departamentos. Se observaron las maniobras que cinco trabajadores realizaban a bordo de un camión, donde trasladaba palmeras que fueron sembradas a manera de cerca, entre la propiedad y la zona de playa.
En el terreno contiguo del conjunto Península, había algunos montones de cascajo, los cuales por la disposición que tienen se deduce que serán utilizados como relleno, pues las dimensiones semejan el volumen de un camión de carga pesada.
En contraste a esa escena, el lujo y la belleza del conjunto residencial es de limpieza impecable. Entre adornos, camastros, zonas de descanso, pequeñas áreas verdes, un bar en el área de la alberca y, el tránsito de algunos empleados, quienes explicaron, apenas fueron contratados hace un par de semanas, pues la empresa constructora y los desarrolladores, aún mantienen la construcción para la mitad de uno de los tres edificios que conforman el conjunto residencial.
Mientras mantuvieron su vuelo los papalotes, hubo un largo desfile de bañistas, la mayoría usando trajes de baño en diferentes diseños y colores, e incluso, hubo un momento en el que frente al conjunto residencial, hubo tráfico de vehículos sobre la playa, que incluyó también, a cuatro caballerangos, quienes montaban sus equinos y, ofrecían paseos a caballo.
Era el mismo caso de algunos prestadores de servicios motorizados, quienes avisaban de su paso al hacer sonar el claxon de sus cuatrimotos.
Sobre el largo tramo de playa, que abarca desde el centro comercial La Isla, hasta la desembocadura de la laguna Negra de Puerto Marqués, a un costado del hotel Pierre Marqués, a pesar del espectáculo de papalotes, la realización de talleres y la participación de algunas decenas de familias que auxiliaban a los más pequeños para hacerlas volar, no estuvo tan concurrida cómo en otros años.
Un taxista quién traslada a los empleados de distintos condominios en la zona de mayor plusvalía de Acapulco comentó: “la gente ya no viene como antes, ahora todos se van a Cancún. Yo pienso que es por todos los muertos que ha habido”, dijo brevemente mientras conducía su Tsuru blanco.
La exhibición de papalotes también se llevará a cabo hoy a partir de las 12 del día en la playa y serán distribuidos 50 papalotes para niños que lo soliciten, aunque, para llegar a la zona de playa, sus padres o acompañantes, deberán pasar por el área del sótano de uno de los edificios y registrarse.

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