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Más de la mitad de los nidos de tortuga golfina de la zona Diamante son saqueados, denuncian

*Los huevos los ofrecen como “limones” en los restaurantes o en las colonias céntricas del puerto, afirma el ecólogo marino Víctor Verdejo Ramírez

Karla Galarce Sosa

Más de la mitad de los nidos que las tortugas de la especie golfina desovan en la zona Diamante son saqueados.
Durante un recorrido que este medio realizó el lunes por la noche y el martes en la madrugada con integrantes del campamento Playa Larga, fueron cuantificados 74 rastros de quelonios, sobre una superficie que no rebasó los 3 kilómetros de playa. Sin embargo sólo 36 nidos fueron recuperados por los colaboradores de ese campamento, cifra que representa, menos del 50 por ciento.
Alertaron esa noche de la presencia de al menos nueve personas caminando en la playa, en una distancia que no rebasó los 12 kilómetros de superficie, quienes se ocultan entre la maleza para evitar ser descubiertos, pues la mayoría “son gente del pueblo”, en referencia a que se trata de vecinos de San Andrés y Barra Vieja, y que “corren” al escuchar el motor de alguna cuatrimoto.
El presidente de la Mesa Guerrerense de Protección, Conservación e Investigación de la Tortuga Marina, Víctor Verdejo Ramírez, informó que en el tramo que va del ejido San Andrés a playa La Gloria, sólo trabaja un campamento tortuguero, pues los encargados de otros dos, esperan la liberación de los recursos del Programa de Empleo Temporal (PET) que la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) otorga desde hace cuatro años a los campamentos que mantienen el programa de conservación de la especie en peligro de extinción.
El trabajo en el campamento ubicado en playa Encantada, comenzó a las 10 de la noche, cuando dos de los 24 colaboradores –todos habitantes del poblado de Barra Vieja– llegaron.
“Comenzó el viento fuertecito y quizás haya más tortugas”, comentó uno de ellos, pues las arribazones de las tortugas comenzaron el 15 de agosto pasado en playas de la zona Diamante.
El encargado del campamento, Verdejo Ramírez atribuyó el aumento en la población de quelonios, a la permanencia del programa que apoyó la Escuela Superior de Ecología Marina de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), hace más de 20 años en Acapulco.
Sin embargo, lamentó que las autoridades encargadas de vigilar a la especie enlistada en la norma 059, no impulsen mecanismos para impedir que los saqueadores de nidos continúen con el robo de huevos.
Informó que el precio de una docena de huevos de tortuga en el mercado negro durante las semanas de mayor arribo de tortugas a la playa, oscila entre los 14 y 15 pesos.
“Los ofrecen como ‘limones’ en los restaurantes o en las colonias céntricas”, comentó el ecólogo marino, quien ofrece charlas de conservación y asesoría a los condóminos de la zona Diamante, donde mantienen los nidos in situ, cuando las tortugas desovan en sus áreas concesionadas.
El paisaje en los últimos cinco años cambió drásticamente, afirmó Víctor Verdejo. Un ejemplo de ello, es la existencia de hace apenas cuatro años del condominio El Palmar, localizado a unos 2 kilómetros del campamento y a un kilómetro del campo de golf Tres Vidas.
En el recorrido, se observó la construcción de un mayor número de restaurantes, condominios, pequeños hoteles y pensiones, que ofrecen un paisaje que aún conserva su belleza natural, pues la playa mantiene una amplia distancia entre las construcciones y sus accesos.
No obstante la existencia de paredes y bardas para delimitar los terrenos, incrementó, al igual que el número de residencias, casas y negocios en la zona, hasta llegar a playa Bonfil.
El paisaje nocturno mostraba la luna reflejada en una amplia playa, interrumpida en algunos tramos por los paredones que el propio oleaje originó durante los días en que se presentó el fenómeno mar de fondo en mayo pasado; de la playa recorrida, se observó que aún conserva vegetación silvestre, y escasas palmeras o plantas de ornato, sembradas, fundamentalmente en los negocios y casas.
El trabajo nocturno para el campamento, incluyó tres recorridos a bordo de la cuatrimoto, cuyo punto de partida fue el corral de incubación, además de la colaboración de dos hombres que recorren –todas las noches a pie– la playa, y que entregan los nidos colectados, pues también están empadronados en el PET de este año.
De acuerdo con los datos que proporcionó el ecólogo, el corral de incubación sumó más de 380 nidos reunidos tan sólo en tres semanas de trabajo. “Eso significa que aumentó la población de tortugas”, comentó, respecto al reporte de arribazones en playa Revolcadero, frente al hotel Mayan Palace el lunes en la madrugada por empleados de Protección Civil de Acapulco (PC), quienes reportaron la colecta de 25 de un total de 80 nidos esa madrugada.
Víctor Verdejo reiteró al final, la petición a las autoridades encargadas de vigilar las playas del puerto, a efectuar recorridos en la franja de arena, establecer filtros de vigilancia en las carreteras para revisar los vehículos donde se transportan los saqueadores.

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