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Arrecia el drama migratorio en Europa con miles de refugiados varados en Budapest

*Mientras el aluvión avanza y los operativos nacionales parecen verse desbordados en diversos países, Alemania, Francia e Italia refuerzan su postura de hallar una política común. En un documento que será presentado en Luxemburgo, los tres países instan a aplicar un procesamiento ágil de las solicitudes de asilo y una “distribución justa” de los migrantes dentro del bloque

DPA / EFE

Budapest / Múnich / París / Sofía

El drama migratorio continuó ayer en Europa, con miles de refugiados aún varados en la estación de tren de Budapest y nuevos operativos en el Mediterráneo, mientras las principales naciones del bloque buscan unificar sus políticas para la acogida de migrantes.
Mientras la policía checa decidió no obstaculizar el paso de refugiados sirios hacia otros países europeos, Hungría volvió a imponer ayer restricciones en la estación de Budapest, inundada por migrantes que buscan continuar viaje, e Italia ofreció redoblar sus controles en la frontera con Austria.
En República Checa, fuentes policiales informaron que aquellos sirios que hayan solicitado asilo en Hungría ya no serán trasladados a campamentos de deportación, sino que serán “dejados en libertad bajo la condición de que abandonen el país en un plazo de siete días”.
Como alternativa se les ofrece solicitar asilo en República Checa. Según fuentes oficiales, de este modo Praga reacciona a la postura expresada por Hungría, que aseguró que no permitiría el reingreso de refugiados, pese a que la Convención de Dublín establece que las solicitudes de asilo deben ser presentadas en el país al que se arriba dentro del territorio europeo.
El problema del gran flujo transnacional también se da en la frontera entre Austria e Italia, ya que la gran mayoría de migrantes que arriban a suelo italiano buscan continuar viaje hacia regiones del norte europeo.
En este sentido, autoridades de la región italiana de Tirol del Sur informaron haber “respondido prontamente a un pedido de Alemania expresando la voluntad de intensificar, respetando los acuerdos de Schengen, los controles en el paso del Brennero”. En consecuencia se redoblarán los controles en el paso que, ubicado en la frontera ítalo-austríaca, es el de menor altitud y en consecuencia es el más fácil de cruzar.
Mientras el aluvión avanza y los operativos nacionales parecen verse desbordados en diversos países, Alemania, Francia e Italia reforzaron su postura de hallar una política común.
En un documento que será presentado en un encuentro informal entre ministros de Exteriores en Luxemburgo, los tres países instan a aplicar un procesamiento ágil de las solicitudes de asilo y una “distribución justa” de los migrantes dentro del bloque.
En Hungría, luego de una breve flexibilización de los controles el lunes, se impidió el acceso a la estación de Budapest de miles de migrantes que pretendían continuar viaje hacia otros países.
Según estimaciones de testigos y voluntarios, junto a la estación y en el subterráneo del metro cercano acampan entre 2 mil y 3 mil personas. Las condiciones sanitarias son críticas, con sólo cuatro baños portátiles para la multitud, y la única ayuda fue brindada por la asociación Migration Aid, que repartió ropa y comida.
El gobierno local de Budapest decidió ayer construir en dos semanas un campamento para los refugiados junto a la estación Este.
Centenares de refugiados protestaron ayer por segundo día ante la estación Keleti de Budapest con gritos de “Libertad, libertad” para solicitar que les dejen embarcar en trenes con destino a Europa Occidental, mientras que miles de húngaros clamaron en la calle contra la política migratoria del gobierno.
En tanto, en diversos operativos llevados adelante por la guardia italiana y embarcaciones de “Médicos Sin Fronteras” lograron rescatarse más de 2 mil 800 migrantes ante las costas de Libia. Por el momento se desconoce la nacionalidad de los rescatados.
Por otro lado, la intrusión anoche en la estación de Calais (Francia) de inmigrantes que trataban de subirse de forma clandestina a los trenes que viajan a Londres provocó serias perturbaciones en el tráfico de los Eurostar.
En tanto, Bulgaria avanza en la construcción de una alambrada a lo largo de su frontera con Turquía para frenar la llegada masiva de refugiados y calcula que la mitad de ella estará instalada antes del próximo invierno, informó ayer la ministra búlgara de Interior, Rumyana Bachvarova.

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