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Recuerdan a Rockdrigo González la Orquesta Sinfónica de Coyoacán y el Grupo Qual

*La Casa de Cultura Reyes Heroles celebró 30 años de intensa actividad y se rememoraron también las tres décadas del sismo que sacudió a la ciudad de México el 19 de septiembre de 1985, y una de cuyas víctimas fue el propio Profeta del Nopal

Agencia Proceso

Ciudad de México

Así como se dice que el gran intérprete español Andrés Segovia sacó del arrabal la guitarra y la llevó a la sala de conciertos, Rockdrigo González, El profeta del nopal, abrió el camino para que los rupestres rockeros mexicanos, con su guitarra de palo, irrumpieran con una orquesta sinfónica.
Y de esa manera la Orquesta Sinfónica de Coyoacán interpretó ayer, junto con el Grupo Qual de Fausto Arreguín, en los jardines soleados de la Casa de Cultura Reyes Heroles de Coyoacán, 30 años de intensa actividad.
Doble celebración, pues también se cumplen tres décadas del sismo que sacudió a la ciudad de México ese 19 de septiembre de 1985, y una de cuyas víctimas fue el propio Rockdrigo.
Es la primera vez que una sinfónica se dejó seducir por una canción roquera mexicana, esta vez con la rola emblemática de El profeta del nopal, Metro Balderas, que el público coreó mientras Fausto Arreguín la cantaba, también acompañado por su bajo Paco El Charro Acevedo y su baterista Mario Chario, del grupo Qual:
“No no no no no no…
En la estación del Metro Balderas,
ahí quedó embarrado mi corazón.”
Para Enrique Abraham Vélez Godoy, de 28 años, director huésped de la orquesta (el titular es José Luis Bustillos Terreros), el reto fue fascinante al unir la música de concierto con la popular, pues el programa constó además con la ejecución de obras de Revueltas (Redes), Eduardo Magallanes (Mexicano), Moncayo (Huapango) y Enríquez (Rapsodia Latinoamericana). “Metro Balderas se tocó dos veces… al final el público la pidió a rabiar. Vélez concedió La Vikina primero, pero la gente (unas 250 personas) insistieron en la rola del tampiqueño, con arreglo del músico ruso Seguei Gossachinsky.
“Fue muy emocionante conjuntar en el concierto a la música no tradicional, creo que la gente no se lo esperaba, y verla cantar es muy emotivo. Me invitaron y cuando supe que se trataba de Metro Balderas, dije va. Yo la conocía gracias al Tri… es de corte popular, y me gustó interpretarla, pero porque está bien escrita, pues normalmente con los músicos haces música.”
La presentación estuvo a cargo de La Beba González Guzmán hermana de Rockdrigo, y el promotor del evento, Jorge Pantoja, quien desde hace 15 años venía pugnando porque se hiciera realidad (formó parte como subdirector de la Dirección de Cultura de Coyoacán que presidió Susana Cato cuando la invitó la primera delegada que alcanzó el puesto por votación popular, María Rojo).
En una mesa lateral se exponían para la venta los CDs y videos de sus canciones: Portate sensato, La nave de los locos, Urbanohistorias… mientras a nombre del delegado Salvador Fraustro –quien no acudió a aniversario de la casa de cultura más importante de la ciudad–, su secretario Saúl Torres leía el Manifiesto rupestre donde el rockero describió lo que en buena medida era una constante de la generación llamada del Movimiento Rupestre, integrada, entre otros, por los retratados muy jovencitos en aquella ya famosa foto que abre el Rupestres… El libro: La cantante Nina Galindo y los compositores Fausto Arreguín, Rafael Catana, Roberto González, Eblen Macari, Roberto Ponce, Armando Rosas.
“(…) Se trata simplemente de un membrete que se cuelgan todos aquellos que no están muy guapos, ni tienen voz de tenor, ni componen como las grandes cimas de la sabiduría estética (o peor) no tienen un equipo electrónico sofisticado lleno de sinters y efectos muy locos que apantallen al primer despistado que se les ponga enfrente.
“(…) Los rupestres por lo general son sencillos, no la hacen mucho de tos con tanto chango y faramalla como acostumbran los no rupestres pero tienen tanto que proponer con sus guitarras de palo y sus voces acabadas de salir del ron…”
No estuvo también Amanditita, hija del cantautor. Pero sí Eblen Macari y Roberto Ponce. Y el cronista Javier Chelico, que los ha perseguido siempre con la pluma, y el fotógrafo tapatío Alfredo López Casanova. Y la directora de la Reyes Heroles, orgullosa de su recinto, Dalia Quintero Martínez, entusiasta, incansable, quien ofreció un sencillo coctel al término del evento único en la Galería 3:
“Fue una experiencia maravillosa la combinación de la Sinfónica con nuestra música popular, que es parte de nuestra cultura, una fusión fantástica, poco común. Y aquí, en este lugar… qué le puedo decir, siempre vivo, donde el día 2 partimos el pastel.”
Ya con la Filarmónica de las Artes, el Grupo Qual volverá a tocar, el día 19 a las 19 horas en el Centro Cultural Universitario, Metro Balderas, también dirigida por Vélez Godoy, y otra rola de El profeta del nopal, Un día con suerte, exorcismo conmemorativo de los 30 años del sismo, acto organizado por el grupo de cabaret Las Reinas Chulas. Esa misma noche, desde las 18:30, comenzará en el Foro Alicia un homenaje de los Rupestres a Rockdrigo, con canciones de Catana, Macari y Qual, Roberto Rodríguez, Beto Ponce, y la voz suprema de Nina Galindo.
Día de fiesta, soleado, frente a la Plaza de Santa Catarina, en Coyoacán, con la tocada de los Rupestres a las puertas del cielo sinfónico.

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